La Junta pidió hace un año el cierre de Peña Escrita por "falta de seguridad"
Un informe de Medio Ambiente aseguraba que no había un sistema adecuado, por lo que se propuso "el cierre al público de todos los recintos que constituyen el Parque Zoológico" en julio del año pasado
Si el Parque Zoológico de Peña Escrita hubiera estado cerrado al público, tal y como propuso la Delegación de Medio Ambiente de Granada hace más de un año, quizá el hombre que se llevó un susto de muerte y sufrió magulladuras de un león el 10 de agosto, no habría sido atacado. La situación aún podía haber sido peor si se hubiesen reproducido las circunstancias -el Ayuntamiento dice que muchas han mejorado- que se daban en el complejo en febrero de 2005, cuando ya estaba abierto al público. No había un sistema adecuado de seguridad general en Peña Escrita, tampoco uno específico para evitar posibles transgresiones, el rifle para una inmovilización física de animales en caso de accidente no podía ser usado por el cuidador por falta de permiso de armas y la pistola estaba en un armero propio del vigilante. El equipo en total se componía de una pistola, redes y un rifle, tampoco había anestésicos para narcotizarlos en caso de necesidad, no había una barrera suficiente que impidiera los escapes de animales, ni un sistema de vigilancia específico (como cámaras) para los peligrosos, no existía cierre de seguridad en los recintos, era más que probable el contacto físico de los visitantes con los animales. Todo ello según el informe técnico de la Delegación Provincial de Medio Ambiente que se emitió en la fase de solicitud de autorización para la continuación de la apertura del Parque. A pesar de todo, el zoo siguió abierto.
Finalmente, la Junta debió estimar que no todo había sido subsanado, puesto que años más tarde, en base a un informe del Servicio de Gestión de Medio Natural de la Delegación de Granada de Medio Ambiente, ésta remitió el 24 de julio de 2008 a la Dirección General de la Consejería una "propuesta de cierre al público de todos los recintos que constituyen el Parque Zoológico". Algo que -según matizan desde aquélla- es distinto que el cierre de las instalaciones, que es competencia del Ayuntamiento de Almuñécar el cual, como se sabe, es propietario de las mismas. "No obstante, hasta la firma de resolución por la directora general su contenido no será definitivo y podría contemplar modificaciones". Lo cierto es que aún no ha habido contestación por parte de Sevilla.
Las circunstancias, según Ecologistas en Acción, desde 2005 no han variado, "excepto en el caso de las obras de ampliación y un proyecto de diques, según nos consta", señala Javier Egea, responsable de la organización en Granada, quien también afirma que no ha habido resolución por parte de Sevilla porque "nos la habrían notificado, al ser parte en el procedimiento". El expediente -según confirma también la Delegación granadina- está parado allí, desde hace un año, pendiente de resolución. De esta última depende que el parque siga abierto o no.
La petición de cierre se produjo casi un año después (octubre de 2007) de que el propio Ayuntamiento anunciase que se encontraba en posesión de autorización de la Consejería de Medio Ambiente para la apertura al público del Parque de la Naturaleza Peña Escrita como Parque Zoológico. Según el Consistorio, "se puso fin de esta forma a más de tres años de tramitación administrativa, que concluyó con la inscripción en el Registro Andaluz de Parques Zoológicos de Peña Escrita, en el que se le asignó el número GR-003".
La Dirección General de Gestión del Medio Natural remitió al Ayuntamiento de Almuñécar una resolución en tal sentido, con fecha de 10 de septiembre de 2007. En la misma se hizo repaso a toda la tramitación, iniciada por el Consistorio en septiembre de 2004, obteniendo, por silencio administrativo, una autorización provisional a los seis meses, lo que permitió la apertura al público de las citadas instalaciones. "La tramitación se demoró de forma inexplicable", según fuentes municipales, quienes afirman además que en todo momento existió colaboración entre los técnicos municipales y los de la Junta. Durante este tiempo se procedió a sucesivas ampliaciones de las instalaciones.
"En la resolución firmada por el director general de Gestión del Medio Natural, José Guirado Romero, se autorizaba a la apertura al público con una serie de condicionantes, la mayoría de los cuales, especialmente los más importantes, ya están corregidos o en vías de solución", según el Ayuntamiento. Pero parece que esto último no está claro, o por lo menos todo apunta a que sí se han subsanado los problemas o están en vías de solución, la Junta cree que el Ayuntamiento no lo ha acreditado suficientemente.
Y es que la comunicación desde el principio no ha sido fluida. El Ayuntamiento estuvo solicitando desde septiembre de 2004 la autorización para mantener abierto el recinto de Peña Escrita, después de que la Junta le advirtiera que debía contar con la correspondiente licencia, según la Ley de Conservación de la Fauna Silvestre en los Parques Zoológicos. Desde ese momento, con el zoológico ya abierto al público desde 1997, comenzaron una correspondencia cruzada entre Medio Ambiente y el Ayuntamiento sexitano, en las que la Delegación le pedía ciertos documentos necesarios para darle la licencia de apertura y el Consistorio los iba aportando aunque la documentación seguía estando incompleta en 2006, según un informe firmado por el inspector de parques zoológicos de Granada.
El 9 de mayo de 2005, el delegado, entonces Gerardo Sánchez, en respuesta a la solicitud del Ayuntamiento y después de que se produjese la visita de la inspección efectuada el 17 de febrero de 2005, exige una serie de documentación, como copia de los contratos del personal que trabaja en el centro, títulos universitarios del personal técnico (conservadores, veterinarios y educadores) y de los cuidadores que las posean. También se dice que la presencia y la dedicación del personal veterinario, que acude según el informe una vez al mes, "es insuficiente y no se corresponde al mínimo exigible para este tipo de centro". Asimismo, se deberá aportar un programa de conservación ex situ (que participa en actividades de investigación y de intercambio de información), acreditar que se cumple con un plan educativo, un registro de animales, identificación de los mismos, pruebas de que se realiza prevención de transmisión de plagas y parásitos, se deberá completar un programa de vacunación y cumplir los protocolos establecidos en medidas de limpieza, desinfección y desinsectación, y de eliminación de cadáveres y materias contumaces.
Un año más tarde, en marzo de 2006 la Delegación realiza una nueva inspección en la que considera que faltan de nuevo papeles, en concreto, "la identificación de todos los animales, el protocolo de eliminación de cadáveres, el plan de prevención de transmisión de plagas y parásitos, el protocolo de asistencia veterinaria", entre otros. La Delegación también impone una serie de reformas.
En concreto, en el capítulo de seguridad, el escrito señala que "los animales que habitan en semilibertad dentro del recinto general no tienen garantizada su permanencia en cautividad ya que el cercado que rodea todo el recinto carece de la firmeza, resistencia y altura necesaria para evitar fugas, como así se detectó durante la visita de inspección, al contemplar algún muflón junto al vallado exterior del parque".
Entre las once actuaciones necesarias, según Medio Ambiente, se encuentra también la necesidad de un plan de prevención y otro de autoprotección, "en el que venga reflejado el sistema de evacuación que garanticen la integridad de los residentes y visitantes del parque".
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