"Hay que mirar a Latinoamérica para captar talento y llenar los laboratorios"
Francisco Herrera Triguero. Catedrático de la Universidad de Granada
La UGR tiene a uno de los investigadores más influyentes del mundo en Inteligencia Artificial. Sus recetas para mantener un ritmo competitivo son los jóvenes o la transferencia a la industria.
"El mejor investigador de la UGR", como lo define la rectora, trabaja casi todo el día, viaja, se relaciona con científicos de cualquier país, pero Paco es un hombre cercano y relajado que parece disponer de todo el tiempo del mundo para explicar, en lenguaje casi familiar, su complejo trabajo en el mundo de la computación y, sobre todo, para hablar de la situación actual de la investigación en este país y en su Universidad. Como los buenos científicos, no solo detecta los problemas, también trata de aportar soluciones factibles.
-¿Cuál es el secreto de la excelencia? ¿Qué le diferencia de otros investigadores?
-Yo trabajo en un área, Inteligencia Artificial, en la que hace unos 20 años comenzamos a trabajar en líneas de investigación que entonces estaban naciendo como quien dice, fuimos pioneros y nuestros trabajos han sido referencias, muy citados. Siempre he tenido el interés de moverme, de no quedarme cómodamente en una temática en la que puedo seguir años con lo que estoy haciendo. Abrir continuamente líneas nuevas hace que seamos bien considerados por la comunidad científica y por eso nuestros trabajos son muy citados por otros investigadores.
-¿Es también importante la incorporación de talento nuevo?
-Cuando trabajas continuamente con doctorandos, con nuevos jóvenes que tienen ilusión grande, tú te sientes obligado a iniciar nuevas líneas. Es fundamental contar con gente joven nueva, con alta capacidad, que te exija mantenerte al más alto nivel. El problema actual es la escasez.
-¿La falta de este tipo de valores ha sido el mayor problema en estos años de crisis?
-Ha sido un problema muy grande en general y lo sigue siendo. Yo he tenido la suerte de mantener un número importante de jóvenes que han conseguido becas y contratos asociados a los proyectos. Pero en general, en la Universidad, ha habido una disminución muy grande de becas y de jóvenes colaboradores. Y eso se nota. En cualquier laboratorio de la Universidad el número de doctorandos es menor. Cuando tienes jóvenes con talento y no tienes posibilidad de financiarlos los equipos se van viniendo abajo. No podemos mantener la investigación en áreas donde existan laboratorios si no tienes jóvenes. Los senior estamos continuamente abriendo nuevas líneas de investigación, preparando proyectos y convocatorias, y no somos los que estamos en el laboratorio. Sin los jóvenes, puedes tener una idea pero vas a tener difícil llevarla a cabo.
-Pero a pesar de todo, los resultados de producción científica en la UGR han mejorado estos años. Parece una contradicción...
-Los resultados son muy buenos y no hemos llegado a bajar, lo cual dice mucho de la calidad de la Universidad y de su profesorado. Queda refrendado en los rankings internacionales. A pesar de la situación adversa hay un enorme esfuerzo por mantener la investigación. Pero si cogemos la serie de publicaciones científicas de los últimos años, podemos comprobar que desde 2005 a 2016, en la primera etapa, ha habido un crecimiento alto del 10 y el 15%. Pero si se comprueba la serie de los últimos tres años no disminuimos pero las mejoras son mínimas. Hay sitios como Asia, muy emergente, o Estados Unidos, donde ese crecimiento sigue siendo continuo. Si otras universidades a nuestra par, tienen crecimiento importante y nosotros estamos en una meseta en la que apenas subimos, cuando pasen unos años nos quedaremos atrás. En esta Universidad estamos manteniendo el tipo muy bien, pero no es suficiente.
-¿Hay que aspirar a más?
-Es necesario. Tras los recortes de las becas del Ministerio de formación de personal universitario (FPU), la UGR hace un esfuerzo que es tres veces mayor de su tamaño, y eso es lo que se está trasladando en el reconocimiento de la excelencia de la UGR. Con muchos menos fondos, menos financiación, mantener los niveles de la investigación en todas las áreas, es mucho...
-¿Cuál es su propuesta en este contexto nacional tan difícil?
-Yo apuesto porque una de las grandes opciones para mantener un nivel de investigación óptimo es traer talento de Latinoamérica, pero para formarlo. Es muy difícil ahora mismo traer talento ya formado (posdoctoral), porque no tenemos ni la legislación, ni las plazas... Por eso mi apuesta es la de captar talento para formarlo aquí. Ahora tenemos un problema, los laboratorios están mucho más vacíos que hace ocho años, tenemos menos becarios, hay una oferta grande de directores de tesis que hoy ni tienen doctorandos, hablas con compañeros que dicen que hacen 2 o 3 años que no tienen un doctorando. Creo que hay que mirar a Latinoamérica para captar talento y llenar los laboratorios. Nos unen lazos especiales, culturales, de idiomas... Por desgracia, en países donde hay más desigualdad llegar a una universidad es más dificil, probablemente hay una selección mayor. En esas aulas tenemos talento. Hay países de Latinoamérica que ahora no tienen apuesta importante de investigación y están financiando a sus doctorandos para que salgan a hacer la tesis fuera. Si Granada se pone a la cabeza de hacer una buena oferta, firmar convenios con otras universidades, y ofrecer plazas de doctorado a esos jóvenes, habría una simbiosis. Nosotros llenamos los laboratorios de investigadores de calidad (los nuestros son muy poquitos porque hay muy pocas becas aquí), vamos a meter una producción de calidad, de desarrollo, de transferencia científica con esos doctorandos. Esos doctorandos van a volver a sus países, porque aquí no hay apenas oferta para quedarse como doctores, y todos aspiran a volver a sus países, pero nosotros vamos a mantener un feedback continuo, vamos a seguir trabajando con ellos, cooperando, con posibilidad de desarrollar proyectos conjuntos y vamos a poder seguir captando talento que ellos mismos van a hacer de puente.
-¿Por qué especialmene de Latinoamérica y no de otras zonas emergentes del mundo?
-Se puede traer de otros países pero no nos engañemos, en China hay un nivel altísimo, pero captarlos es muy difícil, hay una preferencia por el mundo anglosajón. Vamos a competir difícilmente con Inglaterra o Estados Unidos. Igual pasa con la India u otros países. Pero si miramos a Latinoamérica sí estamos en una situación preferente, porque el sistema español de investigación es bueno y somos un referente para ellos. Venir a España para ellos es positivo para formarse. Pero eso habría que desarrollarlo, poner los medios, para hacer esa oferta.
-¿Y los doctores formados aquí que se han tenido que marchar al extranjero?
-Yo confío en que cambien las circunstancias y muchos de los jóvenes que están en el extranjero puedan volver el día de mañana y recuperemos así ese talento que nos ha costado mucho esfuerzo formar. Veo muy bien que se vayan al extranjero, nuestros doctorandos están muy bien valorados y rápidamente tienen trabajo. Pero aspiraría a que tengan posibilidad de volver el día de mañana, porque es gente de calidad.
-¿La transferencia es una asignatura pendiente en la Universidad? Aunque precisamente su área es un ejemplo de aplicación de la investigación a la vida real de las personas...
-Sí, es una asignatura pendiente, hay que seguir empujando. Es cierto que en nuestra área sí tenemos una transferencia importante frente a la media. Yo siempre le he dado importancia. En nuestro grupo tenemos responsables de transferencia y mantenemos contacto con empresas, consultores y hacemos un continuo intento de hacer proyectos conjuntos. Firmamos contratos de asesoría con empresas, de desarrollo de proyectos... Creo que es fundamental, la investigación no puede desarrollarse de espaldas a la sociedad. Los grupos de investigación deben intentar mantener un equilibrio entre investigación básica e investigación que esté madura y que se transfiera hacia la empresa. Es importante porque al final la universidad está financiada por la sociedad. La investigación tiene que ser útil para la sociedad.
-¿Qué es la Inteligencia Artificial?
-Crear sistemas informáticos que tienen capacidad para hacer aquello que hacen los humanos cuando se habla de inteligencia. Hay mucho debate de dónde están los límites y hay distintos tipos de inteligencia artificial. El ejemplo típico es el ajedrez, el juego que está asociado siempre a un nivel intelectual importante. En el año 1997 una máquina desarrollada por IBM fue capaz de ganar al campeón del mundo de ajedrez. Estamos haciendo tecnología que viene a hacer lo mismo pero de otra forma.
-Suena a algo deshumanizado pero se trata de cosas que están cada vez más en nuestro día a día...
-La inteligencia artificial está en nuestras vidas. Cuando conducimos el coche, éste está lleno de inteligencia artificial. Un limpiaparabrisas que se activa cuando cae agua, es porque tiene un sensor que detecta que hay agua y tiene un sistema inteligente que toma decisiones sobre la intensidad del limpiaparabrisas. Hay coches que tienen sensores para detectar, por el movimiento de los párpados, si tenemos sueño o cansancio y sale una alarma. En cualquier electrodoméstico es normal que tengamos sistemas inteligentes, lavadoras que toman decisiones, que deciden la intensidad de lavado en función de la carga y de la suciedad. En el ámbito del Big Data, el análisis inteligente de datos, es necesario el uso de técnicas para convertir los datos en información y conocimiento. Actualmente es fundamental en las empresas. Los software que toman decisiones para dar un préstamo, tienen inteligencia artificial. En el ámbito médico, las aplicaciones son inmensas... En el día a día estamos rodeados de artefactos inteligentes, aunque no seamos conscientes de ello y creamos que han estado allí siempre. La inteligencia artificial es totalmente humanizada. Luego, si pensamos en lo que se ve en las películas, las guerras de los robots con los humanos, que genera esas controversias del mundo futuro, cual es la posición de los humanos frente a la máquina. Eso está en el ámbito de la ciencia ficción.
-¿Cree entonces que ese debate está superado?
-No, en los últimos años, algunos investigadores han puesto el punto en ese debate, dónde está el control del sistema inteligente y cómo llegar a convivir con esa naturaleza artificial. El debate esta ahí. Pero a lo largo de la historia son las personas las que han hecho uso de la tecnología, a veces positivamente y otras no. La energía atómica se ha usado para la medicina y para la guerra. Son los humanos los que usan la tecnología contra los humanos. Pensar en la máquina que se rebela contra el humano hoy día lo veo como ciencia ficción. Aunque hay que respetar que está el debate y que es importante regular en un futuro esas máquinas.
-Un ejemplo serían los coches sin conductor. ¿Qué posición tiene al respecto?
-Hay un debate interesante sobre cuál es la decisión que tiene que tomar un coche en un momento en el que puede haber un accidente. Puede haber personas que están cruzando la calle o personas que hay dentro del coche. En una situación límite en la que tiene que elegir entre ir hacia esas pesonas de la calle o caer por un precipicio, ¿qué tiene que hacer el coche? ¿Esquivar el precipicio y dañar a los que van por la calle o irse al precipicio y muere el que va en su interior? Se plantea una dicotomía difícil de decidir. ¿Pero si tú vas conduciendo qué haces? Es una situación que va a ocurrir una cada millones de casos, una situación última. El coche va a detectar antes a esos peatones y va a tomar una decisión mucho más rápida, al intentar frenar. La seguridad actual de los coches sin conductor, de la inteligencia artificial que hay dentro de esos coches, garantiza una mejor conducción y menor número de accidentes que el hombre. Yo estoy a favor.
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