Granada

Llegan a España las terrazas cronometradas

  • Los establecimientos de hostelería empiezan a regular el tiempo máximo para tomarse una cerveza y el mínimo de comensales por mesa

Imagen de archivo de una terraza en la capital.

Imagen de archivo de una terraza en la capital. / Antonio L. Juárez/PHOGRAPHERSSPORTS

Si hay algo que diferencia a España del resto de países europeos es que todos los bares que tienen la posibilidad de instalar una terraza en el exterior de su establecimiento, lo hacen. Hace buen tiempo casi todo el año y en la calle hay siempre buen ambiente. Por eso, algunos bares quieren sacar el máximo rendimiento a estas condiciones.

Con la llegada de la pandemia del coronavirus, uno de los sectores más perjudicados fue el de la hostelería. Ver España sin sus terrazas, cuando entraba la época estival, era una imagen deprimente. Por esta razón, cuando se reactivó la economía y entramos en la "nueva normalidad" el sector hostelero fue de los primeros en abrir y dar la mejor de las bienvenidas a sus clientes alegrando calles y plazas con sus mesas y parasoles coloridos y empezó a implementar más medidas para rentabilizar o sacar mayor provecho al retorno de los clientes al ocio. En este contexto, una de estas medidas que ya ha empezado a funcionar en ciertas ciudades es que ahora el tiempo de permanencia de los clientes en las terrazas será cronometrado. Antiguamente, algunos bares o restaurantes establecían sus medidas del tipo: "consumo mínimo", o "si no comes, no te puedes sentar". Pues ahora las medidas apuntan a tiempo y cantidad de personas.

Empecemos por preguntarnos si un bar o restaurante nos puede exigir que consumamos algo para permanecer en el establecimiento. Esta pregunta es interesante, especialmente, si comparamos el sector de la restauración con otros como las tiendas y comercios. En estos últimos muchas veces entramos para pasearnos, "darle al ojo", o simplemente porque tienen una temperatura agradable frente a la temperatura exterior (en verano o invierno). E igual que entramos, salimos sin compra ni tampoco un dependiente nos llama la atención al respecto.

¿Qué dice la normativa referente al sector de la restauración? Si echamos un vistazo a la normativa que regula bares, restaurantes y en general la restauración en España, vemos varias cosas interesantes al respecto: la normativa depende de cada comunidad autónoma y las principales normas existentes no entran en ese grado de detalle. Pero prevén una suerte de "régimen interno" de bares y restaurantes, que debe estar recogido por escrito y mostrable a quien lo solicite. Ojo, no hablamos estrictamente del derecho de admisión, que regula aspectos sobre aforo y condiciones de acceso a estos establecimientos (en principio libre por la condición de públicos de los bares). Sino de lo que normas como la canaria, denominan "normas internas de acceso y permanencia".

El artículo 4 del Decreto 90/2010 de la Comunidad de Canarias dice en el Punto 2 al respecto de las condiciones de acceso y permanencia a bares, cafeterías y restaurantes: “Los establecimientos contarán con normas internas de acceso y permanencia en las que se recogerán las condiciones de entrada, de estancia y de uso de sus servicios e instalaciones y el horario de apertura y cierre, así como los horarios de comedor o cocina, si son diferentes a los anteriores. Las referidas condiciones no podrán amparar prácticas contrarias a los derechos y principios constitucionales". Por tanto es en estas normas de estancia donde se debería aclarar si se puede echar a un usuario por simplemente permanecer en el local sin consumir.

En estos casos es el sentido común el que debe imperar, por supuesto, junto con la educación del consumidor y del propietario del establecimiento. Estar en un bar sin consumir no deja de generar molestias al propietario, que tiene que afrontar todo tipo de gastos solo por abrir la persiana. Todos hemos visto alguna vez a alguien sentado en la mesa de una terraza que echa la mañana con un café y un vaso de agua leyendo el periódico ( que además, casi siempre, es del propio establecimiento) y potenciales clientes que se sentarían a consumir pasando de largo porque no hay sitio…

Con la llegada de la pandemia, las terrazas vivieron una explosión como nunca antes. Si bien una mesa y unas sillas en la calle eran como un premio para el fin de semana, ahora es como ganar el Gordo de Navidad.

Primero porque estar en la calle en primavera y verano es un gusto en casi cualquier zona de España, donde la vida se abre la camino y no te sientes encerrado. Y segundo porque al aire libre es donde recomiendan los médicos que hagamos la vida social, de cara a evitar contagiarnos de Covid.

Y ahora, que bares y restaurantes empiezan a ver una pequeña recuperación y la luz al final del túnel, muchos ayuntamientos están planteándose obligar a dichos negocios a reducir la superficie de sus terrazas porque molestan a los peatones…

La normativa del Ayuntamiento de Granada sobre la capacidad de las terrazas, establece que “a partir de seis mesas, se limita la capacidad máxima de la terraza en función del aforo o de la superficie del establecimiento, de forma que al menos se cumpla con una de las siguientes limitaciones: que la capacidad máxima de la terraza no supere el aforo autorizado para el establecimiento; y que la superficie máxima de la terraza no exceda de uno con cinco (1,5) veces, la superficie total del establecimiento. En casos especiales y en consideración a circunstancias sociales económicas o laborales debidamente justificadas, el Excmo. Ayuntamiento de Granada podrá autorizar terrazas que excedan la capacidad según los anteriores parámetros, si bien deberán ser autorizadas por la Junta de Gobierno Local a instancias del Delegado del Área que ostente la competencia en materia de Gestión de Vía Pública.” En cuanto a la capacidad máxima de las terrazas establece, con carácter general, que se fija en veinticinco el número máximo de mesas autorizable por terraza, para cada establecimiento, lo que supone un aforo máximo para la terraza de cien personas. Pero ya, en el centro de Barcelona, ciudad líder en turismo internacional de España, hay bares que han comenzado a contar el tiempo que pasamos en las terrazas, llegando a poner horarios dependiendo de lo que pidamos.

Y no solo vigilan qué consumimos, sino también cuántos comensales somos para comer o beber algo. De esta forma, los hosteleros quieren maximizar sus ingresos en función de sus mesas en la terraza. Según informa El Periódico, un refresco o una caña, por ejemplo, da permiso para 30 minutos en la terraza; si pedimos comida, el tiempo aumenta hasta una hora. Pero nunca más.

Y lo mismo con los comensales, hay lugares que no dejan que te sientes si vas solo, mínimo aceptan parejas, para así aumentar el rendimiento económico por mesa. Y si el bar está solicitado, tampoco puedes ir en pareja, el mínimo aumenta a cuatro comensales por mesa.

De esta forma, los bares se han empezado a convertir en lugares donde tenemos que estar echando monedas para poder pasar un rato agradable con nuestros amigos, y no en sitios donde pagamos por comer y beber tranquilamente, sin tener que estar mirando el reloj cada 15 minutos.

Qué fue de aquella emblemática canción de los 80 de Gabinete Caligari, “bares, qué lugares, tan gratos para conversar…No hay como el calor del amor en un bar”.

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