La Lomce entra a regañadientes en los centros educativos de la provincia

Los profesores lamentan la improvisación y el trabajar con instrucciones de última hora en vez de con la normativa Ya se trabaja, a ciegas, en la planificación del próximo curso

P. Ingelmo · A. Asensio

16 de mayo 2016 - 01:00

"Estamos trabajando con borradores. El año pasado hubo hasta tres. Este año se ha publicado uno. Y nos sentimos como Penélope. Tenemos que deshacer lo hecho para adaptarnos a cada nuevo borrador". Esta opinión de Manuel Rodríguez Garzón, director del IES Zaidín Vergeles, sobre la Lomce es general en el sector. Se trata de una ley educativa sin consenso, un ejemplo más de cómo la politización de la enseñanza genera incertidumbre entre los profesionales. Si a esto se añade que la comunidad autónoma que tiene que desarrollar la ley es contraria a la ley nos encontramos con un caso como el andaluz.

Es una ley que entra con fórceps y a regañadientes en los centros, pese a que más que ley es una modificación de la anterior, la LOE, y que introduce 109 cambios, pero sin plazos claros, lo que trae de cabeza al último eslabón, a quienes la tienen que aplicar, directores y jefes de estudio. Hablamos de futuros decretos y órdenes, si es que el mapa político no manda la Lomce a la papelera, con más de 400 páginas. Y, de momento, no hay nada de eso, sólo indicaciones que, además, en ocasiones no pasan del nivel de borrador

Los padres de los alumnos se acercan a los centros a preguntar cómo afectará a sus hijos los cambios que todavía prevé la Lomce, sobre todo los que tienen hijos en Enseñanzas Artísticas. "Para esa gente esto es un lío por duplicado". El problema es que los propios centros carecen de información. Es la Consejería la que tiene que regular en Andalucía cómo se aplica la Lomce.

Pablo Quesada, portavoz de Apia, la Asociación de Profesores de Instituto, opina que "a mí tampoco me gusta la Lomce, pero es la ley que hay, con lo que habrá que aplicarla, pero en Andalucía no se está desarrollando. Se adoptan medidas que a los profesores nos llegan en forma de instrucciones tarde y mal. Las instrucciones se redactan en verano y nos las desayunamos en septiembre, sin poder hacer una programación meditada".

Manuel Rodríguez Garzón, director de uno de los institutos más grandes de la provincia, con casi 1.700 alumnos, reconoce que el principal problema es que la Lomce nació sin medios para su aplicación. "Si no hay dinero, no se puede". No hay ninguna orden que regule el curriculum básico de ESO, Bachillerato y Formación Profesional Básica. Y ya es mayo. "Lo hacemos lo mejor posible para que afecte lo menos posible a los alumnos con los medios que tenemos y ajustándonos a la ley".

De momento, en el curso actual, 2015-2016, se ha implantado en Primero y Tercero de ESO, Primero de Bachillerato y Primero y Segundo de FP Básica. La FP Básica ha sustituido a los antiguos Programas de Cualificación Profesional (PCPI). El alumnado entre 15 y 17 años que haya cursado segundo de ESO y precisa un itinerario diferente , encuentra la alternativa educativa de cursar un Ciclo Formativo Básico, de dos cursos académicos de duración, con prácticas en empresas y que permite el acceso a un posterior Ciclo formativo de Grado Medio. Pero una vez más Quesada, de Apia, lamenta que esas prácticas con empresas estén todavía dibujadas de manera difusa y ni siquiera el sector empresarial tiene mucha información sobre esto. "Además, la laguna es que desconocemos si en los cursos venideros cursar un ciclo de FP Básica supondrá la obtención del título de la ESO. La Lomce no lo contempla", lamenta Montero.

Para el próximo curso la implantación alcanza a segundo ESO, con la novedad de la posibilidad de cursar el Programa de Mejora del Rendimiento Académico como medida de atención a la diversidad. Esto supone que se adelanta un curso escolar la medida de atención con respecto a la extinta diversificación curricular.

En cuarto de ESO también hay modificaciones. Aparece el itinerario de Iniciación Profesional para el alumnado que desea cursar Ciclos Formativos, coexistiendo con el itinerario para estudios de Bachillerato.

Lo que los directores tienen claro es que, al manos, tendrán que aplicar la normativa vigente un año más. La repetición de las elecciones garantiza que en septiembre se inicie el curso con la Lomce, que prevé, por ejemplo, la desaparición de la selectividad -aún se desconoce el diseño de la prueba que la sustituirá-, se aplicará por primera vez en segundo de Bachillerato y también modificará el primer año de esta etapa. Los centros tendrán que minimizar, en la medida de lo posible, los probables perjuicios que se puede causar al alumnado. Ya hay experiencia. Este curso, los que tenían que repetir cuatro asignaturas de primero de Bachillerato han tenido que matricularse del curso completo, y examinarse de nuevo de asignaturas que ya habían aprobado. La LOE preveía pasar de curso con hasta cuatro. Con la Lomce suspender dos implica repetir año.

Raimundo Fornieles es director del IES Hermenegildo Lanz, un centro con unos 2.100 alumnos, que también ha tenido que afrontar la "falta de concreción" en la normativa educativa "Hay cierta indefinición, y eso no es bueno para los alumnos, ni para los profesores, ni para nadie", señala. En su centro se trabaja ya en la planificación para el curso que viene, y lo hacen a ciegas. "Lo estamos haciendo sin saber cuantas horas se impartirán de cada asignatura". Asegura que la plantilla docente ha tenido capacidad para asumir la improvisación con la que se ha trabajado este curso, pero que se han visto obligados a "interpretar" cuestiones que dependen de la Administración, no de los centros. "Para el año que viene esperamos que los decretos estén listos de aquí a septiembre. Si no es así, estaremos en la misma situación que este curso".

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