Ayer y Hoy

Luis de Góngora estuvo en Granada

  • El culto poeta cordobés del Siglo de Oro vivió en la calle Gracia y dedicó a Granada un maravilloso poema que debiéramos conocer de memoria

  • La ciudad le debe una hermosa calle larga y limpia

Luis de Góngora estuvo en Granada

Luis de Góngora estuvo en Granada

Es verdad que el poema titulado A la ciudad de Granada tiene más de 200 versos y tal como andamos de memoria, después de la fracasada LOGSE, va a ser difícil llevarlos a la escuela y memorizarlos todos, porque algunos indocumentados pensaron que la memoria solo servía para aprender la lista de los reyes Godos.

Así dicen los primeros versos de los 235 que el poeta dedicó a Granada en el poema que escribiera hacia 1586: “Ilustre ciudad famosa/infiel un tiempo, madre/de Cegríes y Gomeles/ de Muzas y Reduanes/a quien dos famosos ríos/con sus húmidos caudales/el uno baña sus muros/el otro purga sus calles…”. Es verdad que el Darro limpiaba las calles a duras penas porque entonces el río era una cloaca.

Calle Gracia. Vivienda de Góngora, según Gómez Moreno Calle Gracia. Vivienda de Góngora, según Gómez Moreno

Calle Gracia. Vivienda de Góngora, según Gómez Moreno

Uno de los más grandes poetas barrocos, el cordobés y canónigo de la catedral de Córdoba Luis de Góngora y Argote (1561-1627), aunque, según costumbre, debía llamarse Luis de Argote y Góngora por ser este último el apellido de su madre, viajó por Andalucía entre 1585-6; visitó por dos veces Granada instalándose por su condición de canónigo en las dependencias de la parroquia de la Magdalena, en la calle Gracia, en el que, según Gómez Moreno, fue el convento de las Agustinas Recoletas.

Entusiasmado con la ciudad, escribió el precioso soneto dedicado al Sacromonte que empieza: “este monte de cruces coronado”; siendo amigo del poeta granadino Soto de Rojas (si es que entre los poetas existe amistad) y conociendo su historia y sus continuas alusiones desde que los vates árabes ensalzaban a Granada como ciudad idílica, especie de paraíso; ahora Góngora lo comprueba cuando la ciudad de Granada está de moda en el siglo XVI. Recordemos que anduvieron por aquí los Reyes Católicos y Carlos V con sus respectivas cortes de ilustres artistas y literatos; humanistas que hicieron de la ciudad poco menos que el centro del imperio español hasta bien entrado el siglo XVII, en cuyas primeras décadas desarrolló Góngora lo mejor de su culta obra, reinando ya Felipe III que incluso le llegó a nombrar capellán real en 1617.

Fue en su segundo viaje cuando vino a Granada, en visita de turista más que de trabajo y cuando dedicó esa laus civitatis, alabanza a la ciudad, tal vez una Granada demasiado idealizada, como luego hiciera con su ciudad natal Córdoba, dedicándole también un bello soneto que empieza “¡Oh excelso muro, oh torres coronadas/ de honor, de majestad, de gallardía!...”.

1.- Luis de Góngora. Por Velázquez 1622. 1.- Luis de Góngora. Por Velázquez 1622.

1.- Luis de Góngora. Por Velázquez 1622.

Conocía Góngora los romances fronterizos en los que se hablaba de Granada; mostró especial entusiasmo por sus monumentos, su Universidad, su Chancillería, sus cármenes, su clima y hasta por la belleza de sus mujeres; nada se deja en el tintero pues a través de sus más de doscientos versos aparecen nuestros ríos, sus manantiales, la Alhambra, el Generalife, el Albaicín, el Sacromonte, la Capilla Real, la Catedral y en el verso 193 un precioso piropo a nuestras mujeres: “…y a ver de tus bellas damas/los bellos rostros iguales/a los que en sus hierarquías/las doradas plumas baten/…”.

Estamos ante un poeta muy culto, representante máximo del culteranismo y cuya esencia literaria es a veces difícil de entender por las continuas alusiones clásicas y complicadas figuras literarias que solo los más cultos pueden apreciar.

Así termina el precioso poema que debieran conocer los granadinos: “…pues eres, Granada ilustre/granada de personajes/granada de serafines/granada de antigüedades/y, al fin la mayor de cuantas/hoy con el tiempo combaten/y que mira, en cuanto alumbra,/el rubio amador de Dafnes”.

Si queremos proyectar una Granada Cultural echemos mano de los maestros; en la escuela está la clave; dediquemos a Luis de Góngora una calle; no debiera conformarse Granada con tener un equipo en 1ª División, largas colas en la Alhambra y buenas tapas de huevos con jamón.

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