Un vuelo de Madrid tarda 8 horas en llegar a Granada por varias averías
Los dos aviones en los que embarcaron los pasajeros tuvieron que ser reparados tras detectar los técnicos diversos fallos
En el tiempo que los cien pasajeros del vuelo Madrid-Granada emplearon el miércoles en llegar a la ciudad de la Alhambra podrían haber ido a Nueva York. Varias averías en los aviones que les debían transportar hasta el Federico García Lorca hizo que los pasajeros, que deberían haber salido de Madrid a las 21:30, no llegaran a Granada hasta las seis de la mañana.
Además del tiempo perdido, los viajeros cuentan que tuvieron que pasar ocho horas de inquietud pendientes de averías y reparaciones en los aviones hasta que por fin pudieron despegar con total seguridad.
Por motivos de trabajo, Luis Miguel Calvo debe coger este avión con relativa frecuencia, al menos una vez a la semana. El miércoles, como todas las semanas, se dirigió hacia la terminal de la T-4 en Madrid con el firme propósito de coger el vuelo de las 21:50 horas. Poco después de las 21:30 informaban a los pasajeros de que el vuelo tendría retraso a causa de una avería, lo que les obligó a embarcar un poco antes de las once de la noche.
"El avión inició el rodaje por la pista pero después de un buen rato decidió volver porque, según nos explicó el comandante, había un problema en el sistema anticongelante de un ala", explica Luis Miguel Calvo.
Después de que los técnicos inspeccionaran el avión acordaron que los pasajeros se bajaran y cambiaran de aeronave. Eran las 23:30 horas. La gravedad de la avería llevó a la compañía Iberia a plantearle a los pasajeros la posibilidad de que se hospedaran de forma gratuita en un hotel en Madrid y que volaran a las 8 de la mañana del jueves, una opción que eligieron el 15% de los pasajeros.
"Había muchas personas mayores y niños pequeños a los que se les estaba haciendo muy pesada la espera así que algunos de ellos decidieron quedarse a dormir en Madrid", apunta Calvo.
El resto de los pasajeros optó por cambiar de avión con la esperanza de llegar en unas horas a Granada. Pero todavía tenían una larga espera por delante. "Señores pasajeros, esto no me ha pasado en la vida, pero este avión tiene problemas en una válvula", comunicó el comandante a la tripulación.
La avería obligó a los técnicos a volver a revisar el avión, lo que se prorrogó por espacio de una hora y media, durante la cual los pasajeros permanecieron sentados en el avión. Era ya de madrugada cuando el avión consiguió despegar, así que el aeropuerto de Granada ya estaba cerrado, por lo que el vuelo tuvo que aterrizar en Málaga. El viaje no llegaba a su fin, todavía quedaba por delante una hora y media en autobús. Cuando Luis Miguel Calvo consiguió abrir la puerta de su casa eran las 6 de la mañana.
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