Máquinas que hacen máquinas

Sobre la mesa, cinco impresoras 3D. Han sido fabricadas por otra impresora 3D.
Sobre la mesa, cinco impresoras 3D. Han sido fabricadas por otra impresora 3D.
Arantxa Asensio

04 de julio 2013 - 01:00

José María Torralba, psicólogo especializado en trabajar con personas que sufren daño cerebral, sostiene en sus manos lo que parece un pequeño coche de juguete en el que el capó es una placa de ordenador, unida con una brida a una pila, que proporciona energía al invento, y conectada con varios cables al chasis y ruedas. En realidad se trata de un robot con el que en los próximos meses trabajará en la rehabilitación de pacientes de la asociación en la que trabaja, Agredace, y que Torralba ha construido sin tener ningún conocimiento de electrónica ni de informática gracias a una impresora 3D, una máquina que, además, fue 'fabricada' por otra impresora 3D, que a su vez fue impresa...

Para muchos, la primera noticia de la existencia de estas máquinas estuvo relacionada con el proyecto realizado por un estudiante estadounidense que consiguió construir con una impresora 3D un arma de fuego capaz de disparar proyectiles. Se trata de una de las interpretaciones perversas que se puede hacer de este invento, pero las aplicaciones del artilugio son infinitas. Tal y como expuso Federico Coca en la presentación ayer en la Facultad de Ciencias del trabajo de la Asociación Granada Imprusa, "el límite es la imaginación".

Torralba diseñó junto con un grupo multidisciplinar dentro del proyecto Clone Wars el robot que tiene previsto emplear con pacientes con daño cerebral gracias al software y hardware libre, a disposición de cualquiera que quiera emplearlo. Decidió dar a su proyecto un fin social y terapeútico. Para ello empleó una impresora 3D de la Asociación Granada Imprusa (www.granadaimprusa.org). Los próximos pasos son por un lado estudiar el comportamiento de sus pacientes con el robot que ha realizado y por el otro ofrecer talleres a asociaciones que estén interesadas a poner en marcha sus propios proyectos con una impresora 3D.

Pero ¿cómo funciona este invento? La impresora proyecta el material -normalmente en los proyectos de Clone Wars plástico ABS y PLA- por una cánula donde se calienta y se funde. La impresora se realiza sobre una chapa donde se superponen las capas -que se fijan con laca- de plástico hasta formar cualquier objeto de forma tridimensional, desde prótesis a medida, órganos en tres dimensiones, mobiliario -incluso se ha realizado un proyecto de una casa- hasta piezas de automóvil o de lavadora. En cuanto al material, éste puede ser desde el plástico ya mencionado al nylon o incluso chocolate.

Hay libertad en el tipo de proyecto y en el material, y por supuesto en la finalidad. Ésta puede ser lúdica, pero también puede aplicarse en el terreno de la empresa. Ecorelieve.com, puesta en marcha por Juan Robles, permite recrear el perfil de un bebé en el vientre materno a partir de una ecografía. Además, también se puede aplicar, como ha hecho Torralba, a "ayudar a la comunidad", según explicó el propio psicólogo.

El coste para fabricar uno de estos artilugios capaces de moldear cualquier objeto depende de dónde se busquen los materiales (internet o la tienda más cercana) pero ronda los 400 si se utiliza tecnología libre y puede estar lista en unos tres o cuatro días. En los talleres previstos por Granada Imprusa se quiere enseñar a imprimir una impresora en apenas dos fines de semana. Porque estas impresoras son, en sí mismas, proyectos de otras impresoras 3D, lo que conforma una especie de árbol genealógico tecnológico capaz de replicarse a sí mismo. Una vez montada la impresora únicamente hay que comprar el material -un rollo de plástico puede rondar los 20 euros y da para mucho, ya que las figuras impresas son huecas- y conectarlo a la corriente y los planos de los objetos pueden descargarse incluso por internet. Según los promotores de Granada Imprusa, se trata de un democratizar la tecnología,

El proyecto del que ayer se presentaron los primeros avances comenzó en enero de este año, y desde entonces se han fabricado cinco impresoras y se están construyendo otras seis.

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