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Marihuana El delito que huele
Granada es la "despensa" de Europa de cannabis sativa La defraudación de fluido eléctrico, su ilícito 'hermano'
Es un delito que se huele. El cultivo clandestino de marihuana para su distribución y venta a terceros se ha convertido en el ilícito contra la salud pública que más se comete en Granada, donde las plantaciones ilegales crecen como las malas hierbas. De hecho, la provincia está considerada la despensa de cannabis sativa de Europa, ya que una elevada proporción de la producción se 'exporta' a otros países de nuestro entorno.
Las plantaciones pueden ser de exterior o interior. Las primeras se encuentran al aire libre y se ocultan dentro de cultivos agrícolas, donde se marca una zona de protección. Las segundas, también llamadas indoor, se suelen ubicar dentro de viviendas, garajes, locales o trasteros. Tanto unas como otras se extienden por todo el mapa provincial, aunque los puntos calientes de los cultivos de exterior se sitúan en la Vega y la Alpujarra, mientras que en Cinturón proliferan más las de interior. En la capital, la mayoría se localizan en la Zona Norte. Suelen ser plantaciones en pisos que llevan aparejadas otro delito: el de defraudación de fluido eléctrico.
El robo de electricidad es, por así decirlo, un ilícito 'hermano' del cultivo de marihuana, pues para que las plantas crezcan bajo techo, en el interior de cuatro paredes, necesitan unas condiciones especiales de luz y humedad. Para lograr que estas sean óptimas, se usan lámparas, extractores, aires acondicionados, humidificadores... El uso de tantos aparatos eléctricos provoca 'picos' de consumo que en la mayoría de los casos se alcanzan gracias a enganches ilegales.
Las cifras más recientes que manejan tanto Policía Nacional como Guardia Civil reflejan el trabajo que da la 'maría' a los investigadores de ambos cuerpos. A lo largo del mes de junio la Guardia Civil ha llevado a cabo 16 actuaciones contra el cultivo ilegal de marihuana, por las que han sido puestos a disposición judicial 33 personas por delitos contra la salud pública por cultivo de droga y de defraudación de fluido eléctrico. Además los investigadores del Instituto Armado han intervenido un total de 6.645 plantas. Las dos actuaciones más importantes de este mes en la provincia han sido en Loja, con más de 1.500 plantas de cannabis, y Santa Fe, con 1.178. Por su parte, el grupo especializado en Pequeño Tráfico de la Policía Nacional ha desarrollado en lo que va de mes 5 operaciones y 6 registros, que se han saldado con ocho detenidos, 900 plantas intervenidas y 300 gramos de cogollos.
De perseguir a los cultivadores y traficantes de esta droga -no incluida entre las que causan un grave daño a la salud- se encarga en la capital el equipo que dirige el inspector O.M.C., que es el Grupo V de la Brigada Provincial de Policía Judicial. El grupo se creó hace cinco años y, desde un principio, su actividad ha sido muy intensa y valorada. En 2015 detuvo a un total de 79 personas y localizó 12.500 plantas, que habrían alcanzado los 600 kilogramos de 'maría' aproximadamente. Desde enero, ya son 53 los detenidos. En cuanto a las intervenciones del primer semestre, han localizado 4.000 plantas, cuyas partes altas -los cogollos, que es lo que se vende- han arrojado un peso aproximado de unos 220 kilogramos.
La Guardia Civil, por su parte, acumula ya este año un centenar de investigados (entre imputados y detenidos) y ha llevado a cabo más de cien aprehensiones. "El peso bruto, a día de hoy, está cerca de las dos toneladas", explica por su parte el teniente M.A.L.L., que es jefe de Investigación Criminal de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Granada. Los agentes que tiene bajo su mando, que cuentan con una importante colaboración por parte de los miembros de los distintos puestos de la provincia, son el azote de los traficantes de 'maría' de la provincia, que el año pasado encabezó el ranking en el número de intervenciones en España. La posición que ocupa este año se desconoce de momento, pero sigue estando "entre las que más aprehensiones tiene realizadas".
Atarfe fue escenario de una las operaciones más relevantes firmadas por la Guardia Civil. Se trataba de una familia que se dedicaba al cultivo de marihuana en varias viviendas. "Aparte de un cultivo intensivo, tenían zulos preparados de difícil acceso", comenta el responsable de la Benemérita. También en ese municipio, la Policía Nacional detuvo recientemente a dos individuos que tenían 578 plantas en una nave.
Los cultivos producen mucho olor. Ese aroma sospechoso, fácilmente reconocible, pone en alerta a los vecinos, que no dudan en dar aviso a las fuerzas del orden . También, según otras fuentes de la Benemérita, es esencial la cooperación de las compañías eléctricas cuando detectan consumos extraordinarios.
El número de plantas que se interviene en cada operación depende, lógicamente, de las dimensiones del cultivo. "Es como un invernadero, dependiendo de los metros cuadrados de instalación, pues así será la producción", subraya el responsable del Servicio de investigación Criminal. En los cultivos de interior, la cifra suele oscila entre 200 y 500 plantas, que son las que caben normalmente en una habitación o sótano.
Dentro del narcotráfico, el negocio de la marihuana es el más rentable, pues está "muy bien cotizada" y la pena que conlleva, al ser una sustancia que no causa grave daño a la salud, es mucho menor de la que puede acarrear el tráfico de otras sustancias más nocivas, como la cocaína o la heroína. Traficar con esta sustancia puede acabar en condena de "entre un año y medio de cárcel y tres como mucho".
Los investigadores no creen que exista un perfil de traficante de 'maría'. "Es cualquier persona que no tenga recursos económicos, tenga posibilidad de acceso a la red de electricidad y decida preparar una habitación". Entre los detenidos de ambos cuerpos hay de todo: desde antiguos delincuentes que se dedicaban a cometer otras fechorías a personas limpias de antecedentes que deciden introducirse en este mundo en busca de pingües beneficios.
¿Y tener una planta de marihuana en casa es ilegal? Si no hay otros indicios que lleven a determinar que hay una preordenación al tráfico, no, aunque si está a la vista sí puede dar lugar a una sanción administrativa. Otra cosa sería si además de la maceta, se tiene una balanza y el material necesario para envasar al vacío. Ahí sí habría delito y no consumo propio.
Para la destrucción de la droga decomisada, existe un protocolo. Lo que se hace es coger una muestra de las plantas, mediante unos métodos científicos establecidos, para llevarla a Sanidad. Entonces se obtiene el peso neto y se hace la extracción del THC , que es el tetrahidrocannabinol, principal constituyente psicoactivo del cannabis. El resto de la droga se queda pendiente de una orden de destrucción por parte del juzgado. "Una vez que todo el procedimiento se ha terminado, se hace el análisis y se deja una parte de sustancia para hacer un contraanálisis a las partes, el juez puede ya ordenar que se destruya el resto de la droga", aclara el teniente. La destrucción se hace a través de medios del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado. Habitualmente se manda a Almería para su incineración.
Las explicaciones que los dueños de las plantaciones dan a los agentes cuando son pillados suelen girar en torno a la crisis y a una mala situación económica familiar. "Muchos nos dicen que es su medio de vida, y que si no hacen eso no tienen para dar de comer a sus hijos", comenta M.A.L.L., que no considera acertado afirmar que la marihuana sea la droga de moda, pues "ha existido siempre". Lo que sí se ha puesto de moda es el cultivo. En las aprehensiones de la Guardia Civil, la 'maría' sobresale hasta acaparar el 98%. A la marihuana le sigue el hachís, la cocaína, las drogas sintéticas y, por último, la heroína.
En el caso de la Policía Nacional, la 'maría' se lleva el 90% de las intervenciones. El inspector O.M.C. corrobora que en los últimos años el cultivo de esta droga se ha ido instaurando en Granada hasta el punto de ser "la despensa de Europa", ya que viene mucha gente de fuera de la provincia para aprovisionarse e incluso llevarla fuera del país. "Es un negocio que da dinero con poco riesgo", recalca también.
El trabajo policial que está realizando el grupo que lidera este mando en la Zona Norte está siendo crucial además para acabar con los continuos cortes de luz que sufren los vecinos de sus barrios. Cuando se desactiva un punto interior de marihuana no sólo se evita que la droga acabe en la calle, ya que al ser un delito que está "unido" al de defraudación del fluido eléctrico, tiene una repercusión positiva tanto para la compañía eléctrica como para el vecindario, que se ve a oscuras con demasiada frecuencia "porque se queman los transformadores".
Cada semana, los integrantes del Grupo V realizan una o dos operaciones. En la ciudad, al ser prácticamente todos los cultivos de interior, se encuentran con la dificultad añadida de tener que encontrar e identificar al dueño del domicilio, a fin de pedir "mandamiento de entrada y registro". Y es que a veces son los propietarios de los inmuebles quienes van a regar y cuidar las plantas, y otras son personas delegadas o contratadas como "jardineros". Ello conlleva arduas labores de vigilancia y jornadas de trabajo nocturno. Esa dificultad se compensa, no obstante, con la gran ventaja que tiene este tipo de droga: su olor, pues es un delito "que puede percibirse desde el exterior". Y si un piso huele, al final su fragancia llega tarde o temprano a la comisaría.
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