La Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH) considera una provocación a las víctimas del franquismo la actitud del Partido Popular, que no sólo se niega a retirar el monolito fascista dedicado a José Antonio Primo de Rivera, sino que se empeña en rendir homenaje al escultor Francisco López Burgos dándole nombre a una plaza.

El rechazo de la asociación va más allá de las cuestiones ideológicas y la AGRMH aporta las conclusiones de varios informes de expertos en los que se refleja que una obra como el monolito a Primo de Rivera de la Plaza de Bibataubín carece de una calidad importante. Los documentos realizados por el catedrático de escultura de la UGR, Alfonso Maso Guerri y el profesor titular de Historia de Arte, José Castillo, sobre el monumento en sí, se puede leer que "carece de valor artístico digno de cualquier protección"; "y que no tiene relevancia patrimonial".

Con conclusiones así, la asociación considera que el concejal de Cultura, Juan García Montero, hace el ridículo cuando califica a López Burgos como "escultor sensacional". La asociación expone en un comunicado que "más bien estamos ante un artista mediocre que esculpió el saludo fascista, estrechó la mano con la que el dictador firmaba las condenas a muerte y guardó silencio ante la persecución de otros artistas no adeptos al régimen".

Memoria Histórica recuerda que Francisco López Burgos recibió el Premio Nacional de Escultura en 1954 por colaborar con la dictadura, mientras que otros escultores y artistas eran fusilados o tenían que exiliarse por defender las libertades democráticas.

Según la organización, con esta decisión, el PP está legitimando el golpe militar del 36 y se convierte en cómplice del terrorismo de Estado que ejerció el régimen de Franco durante casi 40 años, con más de 100.000 desaparecidos. Es por esto por lo que la AGRMH considera que el PP no debería ser admitido en las instituciones democráticas, hasta que condene sin paliativos la dictadura franquista.

La AGRMH denuncia, además, la deriva involucionista del PP que rinde homenaje a un colaborador de la dictadura, mientras olvida al alcalde democrático Manuel Fernández Montesinos que no tiene ninguna calle o plaza, y se niega a poner una placa en homenaje a los casi 4.000 fusilados en la tapia del cementerio de Granada.