Méndez de Lugo advierte de que el derecho de huelga es "inconciliable" con los jueces

El presidente del TSJA se muestra muy esperanzado con el plan del Gobierno para modernizar la Justicia y aboga por "la sostenibilidad y la eficiencia" en tiempos de crisis

El presidente del TSJA, durante su intervención.
El presidente del TSJA, durante su intervención.
Y. H. / Granada

02 de octubre 2009 - 01:00

"La condición de Poder del Estado que corresponde a los jueces y magistrados es inconciliable con el pretendido derecho a la huelga". El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla (TSJA), Augusto Méndez de Lugo, insistió de forma contundente anoche, durante el acto de apertura del año judicial en Andalucía, en que los jueces no pueden hacer huelga. Y lo hizo, precisamente, delante de muchos de los magistrados granadinos que, esta mañana, se reunirán para decidir si secundan o no la protesta convocada a nivel nacional para el próximo 8 de octubre.

Méndez de Lugo, que ya con motivo de la huelga de hace un año afirmó que le chirriaba "un disparate" que los jueces y magistrados tuvieran derecho a realizar este tipo de protestas, no pudo evitar referirse nuevamente al asunto al instar a sus compañeros a estar "a la altura de sus responsabilidades" en el proceso de cambio planteado para modernizar la Justicia. "No se puede abdicar de esta responsabilidad, ni tan siquiera transitoriamente y por más que parezca justa la causa por la que se haga", manifestó.

El acto, en el que también intervino el fiscal superior de Andalucía, Jesús García Calderón, se desarrolló en el Palacio de la Real Chancillería, sede del alto tribunal andaluz. A la solemne cita, acudieron numerosos integrantes del mundo de la judicatura, así como bastantes personalidades de la sociedad granadina y andaluza, entre ellas la consejera de Justicia, Begoña Álvarez, o el subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz.

En general, a diferencia de anteriores ocasiones -este es el cuarto año en que se celebra la apertura del año judicial de este modo-, Méndez de Lugo se mostró bastante optimista. La renovación del máximo órgano de gobierno de la Justicia y los pasos dados hasta ahora por el Gobierno para mejorar y modernizar el sistema judicial han tenido mucho que ver en el tono esperanzado que mantuvo en su disertación.

Y es que para Méndez de Lugo se está notando que ahora hay "otro modo de hacer las cosas" en el CGPJ, así como que se han puesto las bases "para retomar el liderazgo del Poder Judicial entendido como Poder del Estado". Atrás quedaron, según agregó, "la división y el enfrentamiento que llegaron a sumir a la institución en la parálisis".

También valoró el máximo representante de la Justicia andaluza el "trabajo de diálogo" que está llevando a cabo el nuevo equipo del Ministerio de Justicia y enfatizó, sobre todo, los objetivos del recientemente aprobado Plan Estratégico de Modernización de la Justicia, con cuyos planteamientos se confesó plenamente de acuerdo.

En su opinión, son dos los principales "agujeros negros", los "puntos oscuros" que tiene la Administración de Justicia: "su esquema organizativo y la inadecuada demarcación y planta judicial". Y dicho plan contiene "un buen diagnóstico de la situación de la Justicia" y unas metas "realistas", que pueden ser alcanzadas en un plazo, según dijo, no superior a tres años.

En repetidas ocasiones, el presidente ha puesto el acento en la necesidad de cambiar un modelo judicial que fue concebido en el siglo XIX. Para ello, como destacó, no se trata de poner más dinero y recursos, "sino de reflexionar y cambiar todo aquello que hace ineficiente la maquinaria de la Justicia". En cualquier caso, implantar ese nuevo modelo propio del siglo XXI no es cosa, como recordó, de una legislatura o de un Gobierno, sino que requiere de "un amplio pacto político".

Antes de cerrar su discurso, puso de relieve la necesidad de reforzar el papel activo de los jueces en los procedimientos y situarlos desde el principio al frente de los procesos judiciales, a fin de que las decisiones judiciales sean más eficientes. De igual modo abogó por la "profesionalización absoluta" de los magistrados y por que el dinero que se invierta en Justicia tenga "como centro de gravedad el aumento de la ratio de los jueces por población".

La crisis, con mayúsculas, también se coló en las palabras que Méndez de Lugo pronunció ante el atento público. "Tenemos por delante un largo año que estará jalonado de dificultades y obstáculos", advirtió. Ante este difícil panorama, opinó que la clave está en hacer las cosas con "sostenibilidad y eficiencia".

De presente y futuro también habló el fiscal superior, que valoró el esfuerzo presupuestario que se ha anunciado por las instituciones del Estado, si bien advirtió de que "tiene que venir acompañado de una serie de reformas legislativas que son igualmente inaplazables".

De lo contrario, según agregó, ese esfuerzo puede resultar "inútil" y, simplemente, servir "para apuntalar un viejo sistema que no puede atender adecuadamente las exigencias de nuestro tiempo".

García Calderón no se olvidó tampoco de hablar de las necesidades de los fiscales andaluces. Sobre este punto, tildó de "urgente" la necesidad de modificar las oficinas fiscales, a fin de acabar "con una endémica falta de personal que no se conjuga adecuadamente con el nivel exigible al servicio público de la Justicia". Eso sí, dejó claro que no sólo se trata de dotar de nuevos funcionarios o reforzar la actual plantilla, sino de que éstas sean "tan suficiente como especializada".

También el fiscal superior se refirió a la recesión económica, porque " la Justicia tiene un serio incremento de responsabilidad en momentos de crisis y dificultad". Por ello, la persecución de los delitos, la lucha imparcial contra el fraude y la corrupción debe de convertirse para los fiscales andaluces, según señaló, "en una continua prioridad". Ya en la última memoria de la Fiscalía, de hecho, se alertaba del incremento de determinados delitos, como las estafas inmobiliarias, en los últimos tiempos.

Tras los discursos, hubo en el patio del histórico edificio un agradable ágape acompañado de los protocolarios saludos y amenas conversaciones.

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