Las Meninas de Velázquez, a la sombra de naranjos y galanes

Las Meninas de Velázquez, a la sombra de naranjos y galanes
Brígida Gallego-Coín Granada

16 de mayo 2015 - 01:00

Llevan en la sangre el pedigrí de Rafael Velázquez, fundador de esta saga familiar de hosteleros, un hombre que derrochaba su creatividad y talento desde la cafetería que fundó en 1942, y aún funciona en la Gran Vía. Tres generaciones han seguido sus pasos y entre ellos su hijo Antonio Manuel, propietario de Las Meninas de Velázquez. "Uno de mis cuadros favoritos es Las Meninas, como guiño simpático a nuestro apellido, puse este nombre a mi restaurante".

Familiar y entrañable, Las Meninas de Velázquez está a un paso del Hospital Real, su ambiente es una curiosa pero siempre agradable mezcla entre altos cargos universitarios y estudiantes. Abre a las 8 de la mañana, para ofrecer desayunos y permanece abierto hasta las 12 de la noche, ininterrumpidamente. Su único día de cierre es el domingo.

Tiene dos ambientes, el comedor interior y una agradable terraza con amplias sombrillas, rodeada de naranjos y galanes de noche que la inundan de perfume. Una de las peculiaridades de Las Meninas es que la cerveza Alhambra se sirve siempre es grandes copas de cristal fino. Antonio Velázquez, gran experto en vinos ha elaborado una excelente bodega a medida de sus exquisitos gustos, "con caldos algunos poco conocidos pero de gran calidad".

En este restaurante los platos están pensados para que vayan al centro de la mesa. Una buena idea para ir a comer tres o cuatro personas es empezar con un "croquetón de codillo y pimientos verdes", cremoso y suave, se funde en la boca. La "brocheta de trucha con bacon" es una forma nueva de disfrutar del sabor de este pescado. La base que lleva de puerro frito picado como si fueran patatas pajas resulta muy original. Otro plato muy recomendable por su ligereza son las "alcachofas plancha con genovesa", al tiempo que llama la atención el tostado de la alcachofa.

Una de las estrellas de la carta es la "carrillada perfumada al cacao negro", una manera exótica y diferente de comer esta carne, puesto que te llevas a la boca el perfume del cacao sin que para nada sepa dulce.

La hora del dulce llega ahora, con los postres. Mi recomendación es el "coqueteo de amaretto y chocolate con vainilla", la almendra le da un punto muy rico y el "sirope de naranja", presentado como un flan de textura granulada y con un original sirope de naranja amarga.

Para quien no desee comer a la carta, las tapas también son muy sabrosas y variadas. Este restaurante de la acera de San Ildefonso se ha construido su fama "con el boca a boca" de la gente. No hacen publicidad ni participan en concursos de tapas, "son los clientes los que han ido dirigiendo con sus gustos y comentarios la trayectoria del negocio", explica Antonio Manuel Velázquez Carvajal. La cocina la dirige María, acompañada de Angie y la barra, Santi y Pepe.

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