El barrio del Realejo es el gran protagonista del Miércoles Santo, junto al Sacromonte y el Centro. Cinco hermandades recorren las calles de la ciudad en una de las jornadas que mayor interés despierta entre los cofrades y los granadinos.
La devoción gitana se funde en genuinos cantes al Santísimo Cristo del Consuelo. El Señor de la Meditación recibe las plegarias de la tuna universitaria. El valor de los costaleros de la Hermandad de las Penas se renueva, un año más, en la gran escalinata de la Imperial de San Matías. El Albaicín y el Realejo se funden en la Hermandad del Rosario, una de las cofradías que mayor fervor despierta en la Semana Santa granadina. Un profundo recogimiento domina la calle Varela al paso de Jesús Nazareno.
Las hogueras del Sacromonte
Los gitanos del Sacromonte aguardan a las puertas de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús la salida de la Hermandad más reconocida de la ciudad. El genuino cante gitano es el prólogo de la manifestación de fe más multitudinaria de la provincia, que recorre las calles de Granada cada Miércoles Santo.
La Banda de Cornetas y Tambores Fe y Consuelo de Martos acompaña musicalmente al Santísimo Cristo del Consuelo. La obra original es atribuida al reconocido imaginero granadino José Risueño, y se custodia todo el año en la Abadía del Sacromonte.
Tras su paso por la Catedral, la Cofradía emprende el que es sin duda el regreso más popular de la Semana Santa. Las cuevas del Sacromonte son protagonistas de la jornada en la que los gitanos expresan su devoción más ancestral. Las hogueras y cantes se alzan en la madrugada, para recibir a la Virgen del Sacromonte.
A los sones de la Unión Musical Granatensis, los costaleros portan a la Virgen por las populares siete cuestas. Los hermanos llegan a la Abadía del Sacromonte a altas horas de la madrugada, acompañados del fervor y la emoción de los granadinos que se unen al pueblo gitano en un profundo sentir religioso.
La tuna de la Universidad
La plaza de la Universidad acoge a una gran multitud de granadinos, que se agolpan a las puertas de la Colegiata de los Santos Mártires Justo y Pastor para presenciar la salida de la Cofradía de los Estudiantes. El Señor de la Meditación es recibido en las calles de Granada a los sones de la tuna universitaria.
La Banda de Cornetas y Tambores Jesús Despojado de sus Vestiduras interpreta marchas clásicas para un misterio que goza de gran popularidad en la Semana Mayor granadina. Su cuadrilla femenina es una de las más numerosas de la ciudad, y demuestra en cada chicotá una gran determinación.
A los sones de la banda de música de la Corporación, la Virgen de los Remedios recorre las principales calles del centro de la ciudad con gran sobriedad. Es obra del imaginero Israel Cornejo, y presenta las particularidades propias de la imaginería de la escuela granadina. Cobijada bajo un original palio de cajón, la dolorosa cautiva a los granadinos a su regreso por la calle San Jerónimo.
La gran escalinata de San Matías
La Hermandad de las Penas sienta cátedra en la Semana Santa de Granada. Sin duda, los costaleros de la Cofradía afrontan la salida más complicada de toda la Semana Mayor. Las ajustadas dimensiones de la portada de la Imperial de San Matías, junto a la gran escalinata que se revela frente a la Iglesia conforman un escenario de gran dificultad para el cortejo procesional. La valentía de los costaleros fascina a los cofrades granadinos, que esperan con gran expectación.
Uno de los binomios más distinguidos de la Semana Santa granadina lo forman la Agrupación Musical María Santísima de la Estrella y Jesús de la Paciencia, una de las obras cumbres de la imaginería de la ciudad atribuida a Pablo de Rojas. El clasicismo en la interpretación de las marchas procesionales imprime elegancia a una de las Cofradías más reconocidas del barrio del Realejo. El regreso por las calles del barrio atrae a los cofrades granadinos cada Miércoles Santo.
Los jóvenes organizan grandes lluvias de pétalos para recibir a la Virgen de las Penas tras la Estación de Penitencia. La Asociación Musical San Isidro de Armilla interpretará este Miércoles Santo la nueva marcha procesional A mi Virgencita, dedicada a la dolorosa de la Corporación.
El Rosario, la unión del Realejo y el Albaicín
En pleno corazón del Albaicín, las monjas franciscanas clarisas custodian en la intimidad del Convento de Santa Isabel La Real a Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas durante todo el año. Cada cuaresma, los cofrades de la Hermandad del Rosario lo trasladan en unas pequeñas andas hasta la Iglesia de Santo Domingo, desde donde procesiona cada Miércoles Santo. La Cofradía une a los dos barrios más castizos de la ciudad.
La Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos es portada bajo uno de los palios más imponentes de la Semana Mayor. La Banda Municipal de Morón de la Frontera interpreta la popular marcha “Rosario, Capitana del Realejo” al paso del palio por la Carrera Oficial.
El regreso al barrio es uno de los más esperados por los cofrades granadinos, que se congregan horas antes de la llegada de la cruz de guía para reservar un sitio privilegiado. La entrada del Stmo. Cristo, junto a la interpretación de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, emocionan al público. Los costaleros realizan los populares “izquierdo” y “costero a costero”, expresiones que forman parte del argot cofrade de una ciudad que se estremece al paso de Ntro. Padre Jesús de las Tres Caídas.
La salve marinera es entonada por los granadinos para despedir, un año más, a la Virgen del Rosario. Una advocación que el barrio del Realejo lleva rindiendo culto durante siglos, y que cada Miércoles Santo renace en las calles de Granada.
El Silencio del Realejo
El silencio quiebra el júbilo del Miércoles Santo al paso de Jesús Nazareno. Una de las Cofradías más jóvenes de la Semana Santa, pero que ha marcado una línea muy personal en la Semana Mayor granadina. El Cristo procesiona sobre un regio paso por las calles del corazón del barrio del Realejo.
La Asociación Músico-Cultural San Sebastián de Padul interpreta marchas clásicas que reafirman el carácter austero de la Hermandad. La Virgen de la Merced cada Miércoles Santo cautiva a los granadinos, que admiran la excelente presentación que cuidan los hermanos cada año.
Ceñidos en un cinturón de esparto, los penitentes portan pesadas cruces de madera tras Jesús Nazareno. Los hermanos de la Corporación son el cirineo de un Cristo que despierta gran fervor en la ciudad.
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