Ha muerto el poeta de la magia Miguel Aparicio Covaleda. Un granadino con aspecto de sabio, voz de barítono, manos ágiles y corazón de oro. Ha sido sin duda el más prestigioso mago que ha tenido Granada a lo largo del siglo XX. Formado en las letras y en las artes, lector empedernido, igual lo veíamos con Cela o Machado que con Cervantes o León Felipe; igual se entusiasmaba con el surrealismo de El Bosco que con el mundo imaginario de Escher.

Su tierna y paternal mirada presidía siempre una amena conversación seguida con atención por todos los amigos que compartimos su tertulia. Al 'poemago' Miguel Aparicio dedicaron los poetas granadinos un entrañable homenaje escrito en aquel ramillete de elogios titulado El perfil del naipe porque eran las cartas de la baraja las que manipulaba con arte de prestidigitación y cadencia poética. "No hay poesía sin magia, ni magia sin poesía", repetía una y otra vez.

Nunca le faltó la cita culta, la anécdota simpática. Miguel Aparicio te envolvía en un sueño; era el ilusionista de los sentidos pues distraía tus oídos con bellas palabras mientras te hacía ver que lo blanco era negro, las picas se volvía corazones y los caballos eran reyes. Miguel Aparicio es el autor de lo que él llamaba la Macrocartomagia; juegos de ilusionismo con grandes cartas de la baraja con las que hacía manipulaciones inverosímiles en tus propias narices.

Es difícil olvidar a un ser tan especial que ahora desaparece en silencio pero su huella, su amistad, su fidelidad y su escuela permanecerán siempre entre nosotros. Hoy le llora toda su gran familia, los poetas, los amigos, magos ilustres que con él convivieron: el Mago Migue, Juan Tamarit, René Lavand. Hoy le llora Granada. Descanse en paz el que tantas bellísimas horas nos hizo pasar. Muchas gracias Miguel.