Miroc: Sombrereros de generación en generación
Cuenta Miguel de la Rosa, propietario de la sombrerería Miroc, que con un padre sombrerero y un abuelo con el mismo oficio le quedaron pocas opciones de dedicarse a otra cosa. Aún así, es posible que otras profesiones no le hubiesen gustado tanto, pues hay que reconocer que cuando este hombre habla de elaborar chisteras, bombines y boinas se le ilumina la cara.
Quizás por eso describe su trabajo, transmitido de generación en generación, como "divertido, agradable, e ilusionante", sobre todo y especialmente gracias al calor y el cariño que reciben cada día de parte de su clientela "que después de tantos años nos tienen mucho aprecio".
En el negocio, dice: "Elaboramos nuestros propios sombreros en el taller, pero también realizamos aquí, en tienda, una labor de asesoramiento, pues no nos limitamos a poner los productos a la venta si no que intentamos que cada persona se lleve la mejor opción de acuerdo a sus necesidades", afirma De la Rosa, que remarca que en la sombrerería Miroc, lo más importante es la satisfacción de cada cliente. "Nosotros hacemos sombreros por encargo y a medida, aunque en la tienda también tenemos sombreros y gorras de otras marcas intentando dar así el mayor surtido posible", remarca.
Eso sí, aunque a veces traen sombreros de otras firmas, De la Rosa indica que cualquier sombrero no es susceptible de colgar en los percheros de Miroc: "Cuando traemos prendas de fuera no solo nos fijamos en la calidad, si no también en que haya sido elaborado de forma ética respetando los derechos de los trabajadores". Así, "tenemos la precaución de exigir a los proveedores ajenos a nosotros que cumplan con la normativa y la legislación en materia laboral".
Y es que según reconoce, la oferta de sombreros de Asia es cada vez más amplia pero "sabemos que sus fabricantes son personas maltratadas laboralmente y es una competencia tan desleal y tan injusta que no queremos que entre por nuestra puerta".
En general los sombreros más demandados son, dentro de la sombrerería formal, los regionales (como los cordobeses), de uniformidad o de etiqueta y ceremonia, como los sombreros de copa o chistera, los bombines o el sombrero diplomático. Asimismo, dentro de la sombrerería casual, "que no es tanto un adorno sino que se utiliza como forma de vestir " destacan los sombreros flexibles, de fieltro de lana o de pelo, enrrollables o no enrrollables y las gorras", relata.
También tiene mucho que ver la moda, de manera que "cualquier sombrero puede ser utilizado si le queda bien a esa persona". Y además, eso ha incrementado el número de sombreros en la calle, pues tal y como explica De la Rosa, los sombreros, ahora mismo están de moda, y no tanto como adorno y complemento, sino como una auténtica prenda de vestir "necesaria".
Entre los encargos también se encuentran los más variopintos estilos, como "el sombrero tricornio o el de la Real Maestranza de Caballería de Granada, los tricornios de gala o el sombrero de Indiana Jones. Aun así, De la Rosa ya no se sorprende demasiado con estos encargos, pues "nos han pedido casi de todo y siempre sentimos que para el que se lo lleva es el sombrero más importante que ha tenido nunca y así se lo planteamos y se lo hacemos saber cuando lo entregamos".
Ernesto Sáez de Buruaga, Joaquín Sabina e incluso hasta "su Majestad, el rey don Juan Carlos", son poseedores de un sombrero procedente de Miroc, ya sea porque se han personado en la tienda o porque lo han adquirido a través de uno de los establecimientos con los que trabaja esta familia de sombreros de larga tradición. Encargos, éstos últimos que, aunque les hacen mucha ilusión, nunca se hacen con menos cariño que "los que vendemos a todo aquel que entra en nuestro negocio pues cada sombrero que sale de Miroc debe cumplir, sea para quien sea, las máximas de calidad".
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