Ha muerto el sacerdote Javier Martínez Medina, uno de los más importantes expertos españoles en arte sacro de España. Sin duda es una gran pérdida para la cultura granadina y española. Por su producción literaria y su actividad cultural con un sinfín de exposiciones y museos promovidos por él, se trata sin duda de una pérdida irreparable para la ciudad.

Javier Martínez dedicó casi 20 años de su vida al estudio de los libros plúmbeos y ha publicado varios libros y numerosos artículos sobre el tema. Fue el que consiguió que los citados libros plúmbeos, que estaban en un sótano del Vaticano, se trajeran a Granada. También ha escrito el libro más completo que se conoce sobre Fray Hernando de Talavera, el primer arzobispo de Granada. Igualmente es autor de Las teorías religiosas del poder político en la España de los Reyes Católicos, entre otros. Organizó el Museo de la Casa de los Pisa y el del Monasterio de la Concepción. Así como varias exposiciones, como la dedicada a Carlos V y a los jesuitas en Granada.

La fama mediática, sin embargo, le viene de su enfrentamiento personal y jurídico con el arzobispo del mismo nombre, con el que mantuvo un litigio al cabo del cual monseñor Francisco Javier Martínez fue condenado a una multa de 3.750 euros por delito de coacciones y una falta de injurias contra el fallecido. El arzobispo granadino se convirtió así en el primer prelado español en sentarse en el banquillo de los acusados.

El sacerdote había denunciado al arzobispo al creerse presionado e injuriado. La Justicia le dio la razón en primer instancia. Según la sentencia, la persecución del arzobispo comenzó nada más incorporarse a su cargo en Granada, en 2003. Lo hizo tras abandonar el Obispado de Córdoba, donde había mantenido un enfrentamiento con el entonces canónigo y presidente de CajaSur, Miguel Castillejo. Pero más tarde fue absuelto libremente de todos los delitos por la Audiencia de Granada.

Tiempo después, y tras advertirle de que no quería que "su clero" se relacionase con instituciones que "hacían negocios con la Iglesia", llegó la acusación de apropiación indebida en los derechos de un libro sobre la Catedral de Granada. La edición del texto estaba patrocinada por la citada caja de ahorros. Además, lo destituyó como archivero y conservador de patrimonio de la Catedral, le retiró la Cátedra de Teología y le impidió ejercer de clérigo.

Durante el tiempo que duró el procedimiento, el fallecido sufrió una gran depresión. Javier Martínez tenía 68 años y últimamente estaba siendo tratado de un problema cardiológico.