Muere de un infarto el jefe de la Policía Local

La junta de portavoces acordó anoche conceder a Antonio Bezares la medalla de oro al mérito policial

Capilla ardiente de Antonio Bezares instalada anoche en la comisaría de la Huerta del Rasillo.
Capilla ardiente de Antonio Bezares instalada anoche en la comisaría de la Huerta del Rasillo.
G. H. / Granada

27 de marzo 2008 - 01:00

El superintendente jefe de la Policía Local de Granada, Antonio Bezares Martínez, falleció ayer por la tarde en el Hospital Clínico a los 57 años de edad a causa de un infarto de miocardio. Antonio Bezares se encontraba trabajando en dependencias policiales cuando se sintió indispuesto, por lo que fue trasladado de inmediato al citado hospital, donde ingresó a las tres de la tarde. Dos horas después se certificó su fallecimiento.

Al parecer, el jefe de la Policía Local sufrió un pequeño infarto el lunes, del que apenas si se percató. Ese día se marchó del trabajo antes de tiempo, eso sí. Y a sus compañeros les resultó raro, porque solía pasar muchas horas en las instalaciones de la Huerta del Rasillo, pero ni ellos ni él mismo le dieron demasiada importancia.

Anoche la junta municipal de portavoces acordó concederle la medalla de oro al mérito policial a título póstumo.

Antonio Bezares, que entró a formar parte del Cuerpo de Policía Local de Granada en mayo de 1986, tenía 57 años. Estaba casado y era padre de tres hijos.

El superintendente jefe de la Policía Local granadina era licenciado en Derecho, Matemáticas y Ciencias económicas, además de ser teniente de complemento del Ejército del Aire. Su gran erudición y cultura -dominaba cinco idiomas- la ocultaba muchas veces, no obstante, bajo un lenguaje sencillo, en apariencia hasta bordeando lo vulgar, pero que se prestaba a una segunda lectura interesante, lo que invita a pensar que actuaba así de forma premeditada.

Trabajador, dialogante y eficiente son tres de los adjetivos con el que en vida le calificaron sus colaboradores, ayer lógicamente abatidos.

Fue jefe de la policía local de Granada en el periodo de 1988 a 1995, y posteriormente ostentó el mismo cargo, desde el año 2005 hasta la fecha. Su último año como profesional fue probablemente el más convulso. Al igual que otros mandos policiales, se le implicaba en un caso de acoso laboral a anteriores dirigentes, una cuestión que está siendo investigada y por la que tuvo que prestar declaración en un juzgado de Instrucción.

"La Policía Local es como el fútbol; todos opinan sobre su actuación", dijo en una entrevista concedida a Granada Hoy en agosto de 2005, poco después de reintegrarse a su puesto. En ella anunció un plan estratégico global y negó de forma tajante que en el cuerpo de seguridad local hubiera un grupo de agentes racistas y xenófobos, una denuncia que hizo IU y que reiteró dos años después, cuando dos centroamericanos aseguraron haber sido víctimas de una agresión policial cerca del estadio Nuevo Los Cármenes. Bezares, sincero, no negó entonces que sus agentes intervinieran, pero recalcó que lo hicieron sólo para evitar males mayores, porque eran ellos los agredidos. "De no haber sido así, ahora estaríamos hablando de una desgracia", destacó.

La capilla ardiente quedó instalada en el cuartel de la Huerta del Rasillo y por allí fueron pasando, ya bien avanzada la tarde, muchos compañeros y amigos. Bezares será hoy incinerado. A la capilla ardiente acudieron políticos, entre ellos el de Seguridad Ciudadana, Eduardo Moral, de quien fue difícil obtener declaraciones porque, sencillamente, le faltaba la voz. "Valoro mucho su esfuerzo, su trabajo y su dedicación", dijo.

José Manuel Fernández, portavoz de la Policía Local de cara a la prensa, aseguró que Bezares deja un gran recuerdo entre quienes fueron subordinados suyos. "Era muy humano y dialogante, y por eso se le quería mucho", justificó, para añadir que era un hombre abierto a la crítica de los medios. "No siempre le gustaba, claro, pero entendía que era algo que va en el sueldo de los que tienen un cargo público", incidió.

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