Multitudinario adiós a Ana Huete: "Era muy querida aquí y en Italia"
Centenares de familiares, amigos y vecinos abarrotaron las calles de Alfacar durante el funeral
Con un sonoro aplauso despidió Alfacar ayer a Ana Huete. Lo demás fueron lágrimas y silencios. Un silencio profundo por el dolor que ha supuesto la repentina pérdida de la joven granadina a consecuencia del terrible terremoto que asoló el centro de Italia hace ya algo más de una semana. "Era muy conocida aquí y en Italia; se ha hecho conocer una barbaridad. Allí hubo un funeral precioso, muy bonito. Todo el pueblo de Illica bajó a la ceremonia y eso que todavía había personas perdidas, accidentados... Era tan querida allí como aquí". Con estas palabras el tío político de Ana y portavoz de la familia, Nicolás Espigares, recordó ayer a su sobrina y los últimos días vividos nada más concluir el emotivo funeral que acogió la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
En declaraciones a Granada Hoy, Espigares comentó el difícil momento que supone despedir a la adolescente de 27 años que pasaba unos días de vacaciones junto a su pareja y la familia de este en el municipio italiano de Illica cuando el seísmo les sorprendió. La situación anormal en la que se produjo el fallecimiento, sumado al gran círculo de amistades que Ana tenía, ha hecho que tanto en la jornada del pasado miércoles como ayer jueves las visitas al tanatorio y al funeral resultaran muy numerosas. "Ha venido mucha gente, sobre todo de Alfacar y Víznar, de Granada capital también. Infinidad de amigos, primos...", comentó Espigares visiblemente afectado. Como también lo estaban los padres y el hermano de Ana, quienes encabezaron el cortejo fúnebre agarrados de la mano y con gestos de gran tristeza.
Tras ellos, Christian, el novio de Ana, que tampoco quiso perderse la emotiva cita. Con una muleta sujeta por su mano derecha y abrazado a una familiar avanzó tras el féretro hasta adentrarse en el templo. Él resultó gravemente herido por los efectos del terremoto, como se pudo ver ayer en su rostro y sus piernas. Propietario del establecimiento Pizza Roma en la capital granadina, no dudó en acudir a asistir a su novia y demás familia tras el seísmo. De hecho, pudo salvar a su madre y a una sobrina, hija de uno de sus tres hermanos.
El punto y final de esta dramática historia llegó ayer tras las honras fúnebres que presidió el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, en la parroquia alfacareña. El prelado granadino trasladó ánimo y dio consuelo a la familia por una muerte ocasionada por unas circunstancias "espantosas y horribles". Además, Martínez indicó que "le vamos a echar de menos -en alusión a Ana- de una manera especial pero no te hemos perdido para siempre". Asimismo reconoció la aflicción que supone el hecho de que la joven se haya ido antes de tiempo. "No conozco dolor más profundo que el de una madre que ve que sus hijos se van antes que ella", dijo el arzobispo en su homilía, para la que estuvo acompañado por otros siete sacerdotes.
Al final de la misa, los familiares sintieron el calor y arropo de quienes conocían a Ana, y de los vecinos de Alfacar sin más. Las caras cariacontecidas fueron la tónica general como no podía ser de otra forma. A las puertas del Ayuntamiento, junto a la iglesia -que se quedó pequeña-, permaneció la alcaldesa del municipio, Fátima Gómez, quien quiso mostrar así su apoyo en esos duros momentos. "No quiero pensar en sus padres", relató el portavoz familiar en relación al estado de ánimo de sus cuñados.
Con la desolación aferrada al corazón, Nicolás Espigares no dejó pasar la oportunidad para agradecer el apoyo y trato recibido por los medios de comunicación, los servicios sanitarios italianos así como los estatales de uno y otro país. "Tengo palabras de agradecimiento para todos los medios, se movilizaron todos cuando hizo falta; los seguros que tenemos lo han cubierto todo, la embajada, el consulado y el hospital se han portado de una manera extraordinaria allí. Nos han facilitado la estancia y la documentación que precisábamos al 100%. Faltan palabras de agradecimiento", reconoció Espigares.
A la hora de valorar las consecuencias de la catástrofe natural en Italia, el tío político de Ana aseguró que "aquello -en alusión a la situación que vive la población de las localidades afectadas- ha sido tremendo, estamos con ellos". Aprovechó la ocasión para enviar "un abrazo a todas esas víctimas y al pueblo de Illica en especial". Dicen que desastres como el vivido hace más de una semana unen a los pueblos hermanos. Un extremo que ayer confirmó el propio Espigares: "Yo he hecho promesa de volver , con la familia de su pareja estamos con ellos al 100%", manifestó.
Una vez concluyó el responso, el coche volvió a dirigirse al tanatorio de Alfacar donde el cuerpo fue incinerado. De nuevo, multitud de gente no dudó en seguir los pasos de la familia en un instante tan duro. A falta de la decisión final, Espigares apuntó ayer que las cenizas de Ana serán repartidas a partes iguales entre España e Italia. En paralelo las muestras de afecto siguen a las puertas de Pizza Roma. Mensajes, flores y velas que demuestran lo querida que era esta joven granadina.
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