Nueva temporada para el balneario de Graena

El Balneario de Cortes y Graena, de época nazarí y uno de los más veteranos de España, con aguas mineromedicinales que fueron declaradas de utilidad pública en el año 1869, inició la temporada ayer con la apertura de los baños.

Ubicado en la Villa Termal de Cortes y Graena, en la pedanía de Baños de Graena, se enmarca en un entorno natural troglodítico de una belleza singular, en la estribación norte de Sierra Nevada, en la cuenca del Fardes. Uno de los atractivos de esta zona, a tan sólo 50 kilómetros de la capital, es que el turista puede alojarse en las típicas casas-cueva, características del Altiplano, y beneficiarse al mismo tiempo de los servicios y terapias de los baños termales, informa la Asociación Termalismo de Andalucía en una nota.

El uso de las aguas de Cortes y Graena viene de antiguo y se cree que los musulmanes ya disfrutaban de las propiedades de las aguas mineromedicinales de la zona. Su cercanía a una calzada romana, conocida como Vía Hercúlea, hace pensar que también los romanos se beneficiaron del manantial. A partir del siglo XV los médicos del Hospital Real de Guadix y del Reino de Granada recomiendan tomar las aguas para tratar enfermedades diversas.

El reconocimiento más importante llegó a finales del siglo XVIII, cuando un médico de gran prestigio, Juan de Dios Ayuda, llevó a cabo un estudio sobre ellas y escribió un tratado sobre sus efectos terapéuticos. Más tarde, en 1900, el balneario recibió un diploma acreditativo por la calidad de sus aguas en la Exposición Universal de París, un reconocimiento que dio fama internacional a la localidad.

Las aguas de Cortes y Graena emergen a 44 grados, son hipotermales y de caudal abundante. Por su composición se dividen en ferruginosas, cloruradas, sulfatadas, cálcicas y magnésicas. Están especialmente indicadas para mejorar las afecciones reumatológicas, respiratorias, dermatológicas y del sistema nervioso.

Graena ofrece baños en diversas modalidades: chorros, sauna natural, masajes y tratamientos especiales, con chocolate y envoltura de algas. La cultura nazarí del agua se recrea con la práctica del denominado circuito árabe, que consta de piscina templada (templarium), caliente (caldarium), nebulario (frigidarium), baño turco, pasillo de cantos rodados, sala de reposo, duchas de refresco y chorro a presión con un precio de 22 euros. También ofrecen programas antiestrés de un día por 30 euros y baños termales por 12 euros.