Iglesia

El Nuncio de Su Santidad en España impone el palio arzobispal a José María Gil Tamayo

Momento de la imposición del Palio al Arzobispo de Granada, Gil Tamayo

Momento de la imposición del Palio al Arzobispo de Granada, Gil Tamayo / JOSE VELASCO / PHOTOGRAPHERSSPORTS

El Nuncio de Su Santidad en España, Monseñor Bernardito Auza, ha impuesto el palio arzobispal a Monseñor José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada este sábado en la Eucaristía celebrada en la Catedral de Granada. La Eucaristía ha estado concelebrada por numeroso clero diocesano, así como el arzobispo emérito, Javier Martínez, y los obispos de la Provincia Eclesiástica de Granada, comprendida por las diócesis de Málaga, Jaén, Guadix, Almería y Cartagena.

También han asistido distintas autoridades civiles y militares, del gobierno autonómico, provincial y local, así como responsables de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y Policía Local. Las Hermandades y Cofradías han estado representadas por el presidente de la Real Federación y el Hermano Mayor de la Hermandad patronal.

En sus palabras iniciales, pronunciadas antes de la imposición, el Nuncio de Su Santidad ha recordado que el palio es símbolo de la comunión con el Santo Padre y en la Provincia Eclesiástica, así como el símbolo del Buen Pastor, que imita al mismo Jesucristo, que apacienta el rebaño, llevando la oveja sobre sus hombros, y va en busca de la oveja perdida, hasta dar su vida por ella.

Bernardito Auza ha señalado que el arzobispo metropolitano tiene una tarea especial. “Una obligación de amor, para que la familia cristiana permanezca unida en la confesión de Jesucristo, en la comunión y caridad que Él infunde”. Asimismo, ha invitado al Pueblo de Dios a fortalecer dicha comunión junto al arzobispo. “Que brille el Rostro de Cristo en nuestro servicio, en nuestro ministerio”, ha señalado en referencia a la tarea del pastor episcopal y sus presbíteros. Sus palabras han concluido encomendando la Iglesia particular de Granada a la Virgen María.

Por su parte, el arzobispo de Granada ha renovado su comunión, fidelidad y afecto al Papa Francisco y su magisterio, al mismo tiempo que ha recordado que los pastores de la Iglesia “no somos superhombres”. En este sentido, el arzobispo explicó que siendo pecadores, han sido elegidos como pastores, pero, en esa contradicción, confiesan su amor a Jesucristo.

En sus palabras, el arzobispo granadino ha incidido en la unidad de la Iglesia y en trabajar por el bien común de toda la sociedad, evitando dejarse arrastrar por el “ambiente de polarización” actual y que enfrenta a unos contra otros. “Busquemos todos la unidad. Todos estamos llamados a tejer la unidad con corresponsabilidad. Llamados al único Cuerpo de Cristo”, señaló. Una unidad que –indicó- hay que pedir a Dios y un trabajo por el bien común especialmente necesario en la actualidad con tantas personas y familias que atraviesan dificultades de todo tipo.

Sobre el palio, Gil Tamayo insistió en el símbolo de comunión y del Buen Pastor que representa, cuando los pastores van delante de las ovejas, para velar por el Pueblo de Dios y “desvivirnos”, y también en medio y detrás, para guiarlas y no dejar que ninguna se pierda.

El palio arzobispal que se le ha impuesto fue bendecido por el Papa Francisco en la Eucaristía celebrada en la Basílica de San Pedro, en Roma, el pasado 29 de junio, Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Gil Tamayo, junto a otros arzobispos metropolitanos nombrados en el último año –entre ellos otros tres españoles-, recibió este palio bendecido de manos del Papa, durante dicha Eucaristía en Roma.

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