El Oleum consigue la mejor fabada

Gregorio García organiza estos días en su restaurante un encuentro gastronómico para el que cuenta con la célebre Casa Chema para mezclar lo mejor de la cocina asturiana con lo más suculento de la granadina

Belén Rico

23 de noviembre 2011 - 01:00

Gregorio García, propietario y esencia del Oleum, este verano concibió la idea de invitar a otros cocineros amigos a su restaurante para preparar un menú especial para sus clientes. Los elegidos para esta visita gastronómica a Granada son el alma de otro popular restaurante asturiano: José Luis Bernández y Joaquina Rodríguez, propietarios de Casa Chema, que en marzo de este año consiguió el premio a la mejor fabada del mundo dentro del marco de las Jornadas Culturales Gastronómicas de las Fabes.

Pero Gregorio García, con su amplia experiencia como chef y como representante de la Federación de Empresas de Hostelería de Granada, no tenía en mente unas jornadas gastronómicas tradicionales sino algo mucho más especial: un encuentro. "Mi idea no era sólo ofrecer la cocina asturiana sino mezclarla con la granadina", comentaba ayer en el primer día del encuentro.

Todas las mesas estaban completas. En total, 170 personas pudieron disfrutar del menú, compuesto por un jamón serrano al corte y una emulsión de mango de Motril sobre crema de queso de cabra de Cabrales, como entrada. De primero, una ensalada de pimientos asados sobre bonito de taberna en escabeche y aceite de oliva virgen extra. De segundo, el plato fuerte, la fabada asturiana con su compango de Casa Chema. De postre, un arroz con leche requemao y, de acompañamiento, pan de escanda asturiano y pan de Alfacar, una muestra de lo que es el espíritu de fusión que preside esta propuesta culinaria.

Fue un encuentro prácticamente fortuito lo que originó estar jornadas: Gregorio García se hospedó en un hotel cercano al coqueto restaurante asturiano y el recepcionista le recomendó probar su cocina. Allí conoció a José Luis, se intercambiaron productos y de allí surgió una amistad que es la que les ha animado a participar. "Nunca habíamos cocinado fuera de Asturias pero Gregorio y yo compartimos la misma idea sobre la importancia de la cocina de vanguardia pero también del peso que sigue teniendo la cocina tradicional hecha con los productos de la tierra, estacional", señalaba ayer José Luis mientras escanciaba sidra.

Su esposa es la que guarda el secreto de las famosa fabada, aunque su marido dice que la clave sólo reside en emplear los mejores ingredientes y en hacerla con mucho mimo, durante más de tres horas, con tranquilidad y dedicación.

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