Otura despide conmocionada al joven fallecido de muerte súbita

Otura despidió ayer entre grandes muestras de dolor a Adrián Cabello Anguita, un joven de 18 años que falleció por muerte súbita mientras jugaba al fútbol en el estadio municipal de la localidad del Área Metropolitana. El multitudinario acto de sepelio tuvo lugar en la parroquia Virgen de la Paz.

El suceso, según confirmaron fuentes del centro de emergencias 112, se produjo en torno a las diez y media de la noche del miércoles. Adrián estaba entrenándose con el equipo juvenil del Otura Club de Fútbol cuando, sin causa aparente, empezó a sentirse mal y sus compañeros, alertados por la circunstancia, optaron por llamar a las asistencias sanitarias.

Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Local, de la Guardia Civil y de los servicios sanitarios del 061, que le practicaron en el campo de fútbol labores de reanimación durante casi una hora. Pero todo fue inútil. Los intentos de salvar su vida no valieron de nada.

Por el momento se desconocen con exactitud las causas del fallecimiento, algo que determinará la autopsia.

En el mismo campo de fútbol se exteriorizaron las primeras muestras de dolor. Enterados de la noticia se pasaron por allí numerosos familiares y amigos del joven, que estaba a punto de cumplir 19 años. Rabia, impotencia y, sobre todo, mucha tristeza, eran los sentimientos predominantes.

Ayer, el Ayuntamiento decretó jornada de luto oficial y se ofreció a la familia del muchacho, muy conocida en el pueblo, para facilitarle unas instalaciones donde oficiar el funeral.

El alcalde, Ignacio Fernández, se deshizo en elogios hacia el infortunado joven. "Estamos todos conmocionados, porque era un chico sano y deportista. Su vida era el deporte, no fumaba ni bebía, era un buen estudiante y de los más destacados en el deporte. Estaba muy ilusionado porque iba a pasar al primer equipo del Otura Club de Fútbol", comentó.

El regidor restó importancia al hecho de que en el polideportivo municipal, donde estaba entrenándose el equipo, no haya un desfibrilador. "Hay campos de Primera división que tampoco lo tienen", justificó.

Sucesos de este tipo son infrecuentes pero por desgracia ocurren. No sólo en el campo profesional -todos recuerdan el caso del jugador del Sevilla Antonio Puerta, que falleció o del madridista De la Red, que ha tenido que abandonar temporalmente la práctica del fútbol- sino también en el aficionado.

El precedente más cercano en Granada se produjo hace prácticamente un año. El 4 de septiembre de 2009, Aurelio Fajardo, de 33 años, falleció mientras jugaba al fútbol sala en el polideportivo Bola de Oro. Al igual que ahora ha sucedido con Adrián, era un chico sano, sin patología reconocida.