El PTS se queda sin aparcamiento antes de comenzar a funcionar

movilidad | los estudiantes de la facultad de ciencias, sin cafetería

Numerosos conductores dejan su vehículo en descampados o aceras ante la falta de plazas Movilidad dice que no ampliará el recorrido de las líneas de autobús hasta que exista demanda

L. Mingorance Granada

14 de marzo 2015 - 01:00

Nuevos problemas para el Campus de la Salud. Los coches ya han colapsado los aparcamientos del Parque Tecnológico y eso que la actividad en el espacio más moderno de la capital no ha hecho más que empezar. A medida que pasan los días y abren nuevos establecimientos o centros de trabajo los conductores lo tienen más difícil a la hora de estacionar. Una circunstancia que ha provocado que muchos se planteen acudir al PTS en otro medio de transporte. La duda es...¿En cual? El Metro todavía no está y el autobús solo llega hasta el inicio de la avenida de la Ilustración. Una ubicación que está, por ejemplo, a quince minutos andando del Hospital Alejandro Otero al que se llega después de recorrer un entramado de aceras rodeadas de solares.

Tampoco queda cerca de esta parada de autobús por la que discurren las líneas SN-3 y U-3 el Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de la Junta de Andalucía. Así, muchos trabajadores han optado por utilizar unos terrenos colindantes al edificio o una calle cercana como parking improvisado. El problema es que ninguno de estos espacios es legal lo que ha provocado algunos problemas a los conductores.

La pasada semana, efectivos de la Policía Local de Armilla multaron a los vehículos que estaban estacionados en esta calle. Un hecho que algunos trabajadores del CADE consideran de "afán recaudatorio" pues si nunca se sanciona en esta zona no entienden porqué de repente aparece la Policía Local de Armilla, libreta en mano, para multar a todos los vehículos.

Elegir una alternativa no es nada fácil. De momento, el vehículo privado es la única opción para llegar a los edificios más lejanos, pero también para numerosos estudiantes que acuden cada día hasta la Facultad de Ciencias de la Salud. "Para venir en coche está fatal. A veces te tienes que ir a la zona donde están los colegios porque cuando llegamos a las ocho o las nueve de la mañana está imposible", explica Andrea Calero, una estudiante de Enfermería de la UGR. Según cuenta, tiempo después, sobre las doce de la mañana la actividad se relaja en el Campus lo que permite aparcar con mayor facilidad y cercanía.

El autobús tampoco les convence demasiado. "Tarda mucho, sobre todo por la mañana temprano. Lo podían hacer más directo porque da mucha vuelta", explica Andrea Medina que también estudia en esta facultad. Para ella, el regreso a casa es sin duda el peor momento. "Cuando salimos a las tres y cuarto como haya tráfico hasta las cuatro no llegamos", cuenta. Los horarios que tiene en la facultad tampoco ayudan. "Hay días que tenemos más de dos horas libres entre clase y clase", relata Medina que está sentada junto a sus amigas en medio de las vías del Metro haciendo tiempo. Dado que todavía no disponen de cafetería en el edificio de la Universidad, este espacio se ha convertido en una zona de picnic para los estudiantes.

También en la Avenida de la Ilustración, una futura comerciante muestra su preocupación por el problema del aparcamiento al que suma otro punto negativo más: la falta de zonas de carga y descarga. En esta calle, hay un primer tramo donde no existen plazas de aparcamiento ni espacios libres pues la acera linda directamente con el asfalto que cuenta con dos carriles en ambos sentidos. Ayer, por ejemplo, numerosos comerciantes y distribuidores optaron por parar en el borde de la acera para llevar los productos. "El otro día vine a ver el local donde voy a poner una panadería- pastelería y la Policía me llamó la atención", explica Conchi Martín que andurreaba ayer por la zona. En este sentido, dice que a los negocios los han dejado algo "marginados". "Está todo muy bonito, con las aceras anchas...pero deberían haberlas construido más estrechas para que los comerciantes pudiésemos aparcar", remarca. No obstante, para Martín abrir un establecimiento en el PTS es una auténtica opción de futuro. "Es la nueva zona de Granada y yo creo que me va a ir muy bien", afirma.

Por su parte, Isidro Vera, propietario de uno de los locales espera que el Campus "despierte" definitivamente en los próximos meses. Sobre esto puntualizó que el avance del Hospital Alejandro Otero donde ya funcionan los laboratorios ha animado la zona.

La Junta de Andalucía tiene previsto abrir las veinte primeras consultas del Hospital del PTS a finales de marzo. Esto provocará el tránsito de unos 500 pacientes diarios y un centenar de trabajadores que sólo tendrán dos opciones para llegar a las instalaciones: Acudir en autobús, lo que les obliga a recorrer un camino de unos 15 minutos (poco funcional si la persona está enferma o tiene movilidad reducida), o utilizar el aparcamiento privado del Hospital que consta de 555 plazas de parking público y 400 para el personal. El precio estipulado por la empresa encargada de la explotación será de 0,028 euros el minuto y 1,68 euros la hora. De momento solo tiene previsto la apertura de la primera planta a la que se accede por la calle del Instituto de Medicina Legal y desde donde se podrá subir por la puerta C y D hasta la superficie. Unas salidas que desembocan directamente frente a la puerta de acceso del hospital. El problema es ¿qué ocurre si los usuarios no quieren utilizar un parking privado? ¿Dónde van a aparcar quienes acuden a otros centros de trabajo que quedan a cierta distancia de este parking? ¿cuándo se van a ampliar las líneas de autobús hasta el interior del PTS? De momento, las dos primeras preguntas no tienen respuesta. La tercera sí. La concejal de Movilidad en el Ayuntamiento de Granada, Telesfora Ruiz, aclaró esta semana a Granada Hoy que no se ampliará el recorrido de las líneas hasta que no entre verdaderamente en funcionamiento el hospital y exista una demanda real de usuarios. Para el PP no está tan claro que las consultas vayan a empezar a funcionar a finales de marzo, una fecha que les parece un tanto precipitada. No obstante, entre en funcionamiento o no, lo cierto es que la zona de expansión de Granada está colapsada antes de su eclosión definitiva. Un problema que los políticos de todas las administraciones deberán solucionar con elecciones de por medio, o sin ellas.

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