El Papa se suma a la alegría de Granada y destaca la "humildad" del beato

El papa Benedicto XVI habló ayer sobre Fray Leopoldo justo en el momento en el que estaba siendo beatificado en Granada. En el tradicional rezo del Ángelus, celebrado en su residencia de Castel Gandolfo (a 30 kilómetros de Roma), el Papa subrayó el ejemplo de "humildad" del capuchino Fray Leopoldo de Alpandeire.

"Hoy deseo unirme especialmente a la alegría de los fieles de la Archidiócesis de Granada, y de otras partes de España, que esta misma mañana están celebrando con gozo la inscripción entre el número de los beatos del nombre de Fray Leopoldo de Alpandeire", dijo el Papa.

Durante los saludos tras el rezo del Ángelus, Benedicto XVI destacó el estilo de vida "de este sencillo y austero religioso capuchino", que "es un canto a la humildad y a la confianza en Dios y un modelo luminoso de devoción a la Santísima Virgen María".

Así mismo, invitó a los fieles "a seguir el ejemplo del nuevo beato, a servir al Señor con sincero corazón".

La beatificación ha sido un paso fundamental para los capuchinos, que tienen en su orden ya varios casos de beatos y santos. Pero, en función de la evolución del proceso y la cantidad de cartas y testimonios que reciben sobre la intercesión de Fray Leopoldo, están decididos a continuar ahora hacia la canonización.

Para esto el proceso vaticano indica que hay que probar otro milagro. Los capuchinos tienen siete casos en cartera que pueden empezar a estudiarse y no dejan de recibir historias, la última esta misma semana desde Oviedo.

Si se cumplen después todos los requisitos el Papa emite una bula de canonización en la que declara que el candidato debe ser venerado (ya no es sólo un mero permiso como con la canonización) como santo por toda la iglesia universal. Esta vez la ceremonia la preside el propio Papa.

Los capuchinos, aunque no tienen fecha exacta y este trámite se podría prolongar de nuevo varias décadas, están animados a continuar con la causa.