Verano

Piscinas de urbanizaciones: un ejemplo cumpliendo los protocolos anticovid

  • Las comunidades de vecinos están concienciadas con la problemática y respetan las medidas sanitarias en todo momento

Piscinas de urbanizaciones: un ejemplo cumpliendo los protocolos anticovid

Piscinas de urbanizaciones: un ejemplo cumpliendo los protocolos anticovid / G. H.

El de 2020 será recordado como un verano extraño, atípico y cargado de novedades. El Covid-19 ha cambiado los hábitos y la mayoría de los granadinos se adapta a las nuevas medidas para evitar contagios. Uno de los ejemplos más claros se encuentra en el caso de las piscinas privadas ubicadas en urbanizaciones.

Desde el Departamento de Coordinación de Servicios de Socorrismo de la empresa Limpiezas Castor señalan que este año han abierto menos piscinas, “bien por miedo o porque no se podían aplicar las medidas de seguridad exigidas por el Gobierno”. Las urbanizaciones que sí han decidido abrir han retrasado la apertura una media de 15 días. “Muchas comunidades han esperado para ver cómo se desarrollaban las cosas”, explican.

El trabajo diario para empresas de mantenimiento y para los socorristas ha aumentado este verano. Durante el confinamiento han tenido que estar pendientes de las medidas que se iban adoptando de cara a la temporada veraniega. “En mayo salió el primer protocolo a seguir, así que nos pusimos a trabajar”, explican desde Limpiezas Castor. “Informamos a todas las comunidades de vecinos de las normas y empezamos a desinfectar las piscinas y los espacios asociados”, añaden. 

Las medidas tomadas en las piscinas de las urbanizaciones se ciñen al establecimiento de una entrada y una salida; uso de hidrogel a la entrada del solarium y los baños; duchas obligatorias antes de darse un chapuzón; el uso de mascarillas hasta llegar a la parcela en la que poner la toalla, en caso de estar delimitada; la prohibición de usar juguetes infantiles y el consumo de comida. Además, al césped hay que entrar descalzo en caso de no existir una alfombra desinfectante a la entrada. 

Los socorristas ahora cumplen una doble función. Por un lado, deben vigilar y prevenir accidentes y, por otro, desinfectar dos o tres veces al día las duchas, las escalerillas, las barandillas, los servicios y zonas de tránsito. “Tienen que estar muy pendientes para que se cumplan todas las normas y, por ahora, en nuestras piscinas no hemos detectado ningún caso positivo”, apunta la empresa de limpieza.

Responsabilidad vecinal ante el virus

Las juntas extraordinarias este verano han estado centradas en el uso de la piscina común. Tras varias discusiones y discrepancias entre vecinos, en dos urbanizaciones de Granada decidieron adoptar todas las medidas oportunas y seguir adelante con la apertura. “Antes de abrir se decidió llamar a un perito para que nos explicase los procedimientos a seguir”, cuenta Irene Romero Oliver, vecina de la zona Parque del Genil. “Se dividió el césped en parcelas, teniendo que dejar una de separación entre grupo y grupo”, agrega. “Tanto a la entrada como a la salida, tenemos que apuntar el piso, el número de personas que vamos y la hora de entrada”, declara Romero Oliver. Mucha gente este año se ha quedado sin vacaciones, bien por problemas económicos o por miedo a los rebrotes. Irene coincide con Natalia Mercado García, vecina de una urbanización en el Cerrillo de Maracena, en que no han notado un incremento de la gente en la piscina con respecto a otros años. “Estamos bajando los mismos y estamos respetando todas las normas”, sostiene.

Otra de las medidas que señala que se ha aprobado en la junta es la prohibición de personas ajenas a la urbanización en el complejo. “Si hay un brote es más fácil tener controlado quién entra y sale si solo somos los vecinos quienes usamos el espacio”, argumenta. 

A pesar de haber sido un verano singular, los vecinos con piscina comunitaria han podido sofocar el calor granadino cumpliendo las medidas correctamente y respetando al resto de residentes. 

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