alberto matarán. exsecretario general de podemos en la capital

"Podemos ha dejado de ser la herramienta para cambiar las cosas"

  • Tras tres años al frente de la formación morada pasa página para centrarse en el proyecto de Vamos Granada

Alberto Matarán continúa su trauectoria política en Vamos Granada.

Alberto Matarán continúa su trauectoria política en Vamos Granada. / g. h.

-¿Cómo ha sido el proceso que ha terminado con su salida de Podemos después de tres años como secretario general en Granada?

-Terminamos nuestro mandato de tres años, pero Podemos dejó a la organización sin dirección demostrando que no le interesan para nada las ciudades, y menos una como Granada. Hemos tenido roces con la dirección nacional y la andaluza en temas que considerábamos prioritarios para nuestra ciudad, porque en principio no se tomaron nada en serio el tema de la desfusión hospitalaria. Después de empujar mucho conseguimos que se unieran, pero sin entusiasmo. Tuvimos conflictos serios en el tema de los desahucios, en concreto en el de Natividad Ibáñez, donde los parlamentarios de Podemos mantuvieron un apoyo velado al desahucio por parte de la Junta. Eso fue duro y me costó más de un enfrentamiento. Nosotros hemos tenido como principio la defensa de la ciudad frente a cualquier otra componenda, lo que no pasa en otros partidos. Evidentemente eso nos ha costado que desde las direcciones nacional y andaluza hayan estado buscando otros peones para colocar en Granada. Para nosotros lo primero es Granada y Podemos ha dejado de ser la herramienta para cambiar las cosas.

"La realidad es que sigue haciendo falta, más que nunca, un proyecto transversal y granadino"

-En su momento fueron públicas las fricciones entre la secretaria general de Podemos, Teresa Rodríguez, y el médico Jesús Candel. ¿Cuál fue su papel en esa crisis?

-Es que subieron al carro tarde y mal, no entendieron que no es un movimiento partidista con gente de todos los partidos, entre otras cosas porque hasta el que tiene un seguro privado acude a la sanidad pública cuando tiene una enfermedad seria porque es donde están los buenos profesionales. Eso es transversal y así tiene que serlo. Desde fuera se nos considera una ciudad periférica y sin importancia y por eso no llegan las grandes inversiones.

-También se especuló con la intención de 'reclutar' a Candel para Vamos Granada. En este sentido, es uno de los pocos políticos con los que el líder del movimiento contra la fusión parece tener cierto 'feeling'. ¿En qué momento están esas relaciones?

-Candel es un líder importante de la sociedad granadina y si ha mostrado respeto a Vamos Granada es también por el respeto que le hemos procesado. Jamás se nos ha ocurrido intentar capitalizar el movimiento contra la fusión hospitalaria y en ningún caso intentar conseguir réditos políticos. Respetamos el carácter antipartidista del líder del movimiento contra la fusión.

-¿Piensa que Podemos ha purgado a los errejonistas?

-Ha habido una mala praxis organizativa en Podemos en general, lo que ha hecho que mucha gente pierda la ilusión. Pero no lo digo yo, hay un escenario con la pérdida de un millón de votos. No me preocupaba tanto lo organizativo, aunque veníamos de las plazas, de lo horizontal, de lo transparente, pero también están las decisiones políticas. Me preocupa que haya tenido que presionar a la dirección andaluza para que se posicionara en contra del traslado de las salas del TSJA a Sevilla y Málaga. Si se me ha purgado por defender a Granada estoy encantado.

-En todo caso, ¿las tesis más moderadas de Errejón chocan con las del sector anticapitalista de Teresa Rodríguez?

-Yo partí de la idea de un Podemos transversal en busca de mayorías sociales, que es lo que entiendo que es la nueva política. Las recetas fracasadas del pasado no son útiles para el siglo XXI. Aquí hay un conflicto serio entre lo que planteó Errejón en Vistalegre y lo que se plantea desde los anticapitalistas en Andalucía, lo que genera conflictos constantes. La política de instalarse en el no es perjudicial y la nueva política es romper con la política tradicional para crear un proyecto de mayorías, por lo que necesitas más transversalidad. Este es el éxito de las alcaldías del cambio en Madrid o Barcelona.

-¿Se ha sentido traicionado por las dimisiones en el Consejo Ciudadano Municipal de Carmen Lizárraga o Ana Terrón?

-Son cosas personales, quien haya traicionado sus ideas y el voto de la gente es su problema. Para mí la lealtad es clave porque esas deslealtades que se ven en PP, PSOE o Ciudadanos son parte de la vieja política. Pero lo importante es lo colectivo, no importa que me hayan traicionado a mí, lo importante es que hay gente como Luis de Haro o Pilar Rivas que ha traicionado a los votantes de Vamos Granada. No es cuestión de traiciones personales, porque yo he demostrado que no tengo ambiciones personales, y esa es la diferencia entre unos y otros.

-Podemos y Vamos Granada ya se han divorciado oficialmente. ¿Qué papel sigue jugando Luis de Haro?

-Podemos Andalucía apoyó a Luis de Haro y Pilar Rivas cuando dieron el golpe de mano en contra de los cientos de inscritos en Vamos Granada, no de Marta Gutiérrez. En este juego de deslealtades han incurrido en contradicciones; mientras Teresa Rodríguez busca el enfrentamiento con el PSOE sea el tema que sea, Luis de Haro apoya constantemente a José Entrena y Francisco Cuenca. Ellos han intentado acabar con el trabajo anticorrupción de Marta Gutiérrez, que ha destapado tres de los grandes cinco casos de corrupción en esta ciudad. A Pilar Rivas y a De Haro ya solo les apoya el PSOE porque se benefician de ellos.

-¿Cree que Podemos ha podido intentar minar el camino de Vamos Granada?

-Vamos Granada fue apoyado por más de 600 inscritos en Podemos, fue la candidatura municipalista con más apoyos respecto al porcentaje de inscritos de toda España, más que Ahora Madrid. Podemos Andalucía ha decidido de un día para otro desvincularse de un partido con estos apoyos. Esto al final se resume en que cuando las decisiones se toman fuera eso supone problemas para nuestra provincia. Somos maltratados porque nuestros representantes, cuando cogen el carguillo, se convierten en representantes de su partido y se benefician en Madrid o Sevilla.

-¿Cuál es el futuro de Vamos Granada?

-La realidad es que sigue haciendo falta, más que nunca, un proyecto transversal y granadino. Vamos Granada lleva haciendo este trabajo tres años en el Ayuntamiento y ha demostrado ser un instrumento muy potente, lo que se demuestra en la coherencia política y en la cercanía. Es increíble que los casos de corrupción que van al juzgado son los que ha llevado Marta Gutiérrez y Vamos Granada. Somos el único partido que ha apoyado sin dobleces las manifestaciones contra la fusión hospitalaria y contra el aislamiento ferroviario.

-¿Presentarán una candidatura paras las elecciones de 2019? ¿Será Marta Gutiérrez la candidata del partido?

-Es una decisión de los inscritos en Vamos Granada y, sobre todo, de la ciudadanía. Si deciden que tiene que haber un proyecto capaz de generar una alternativa ahí estaremos. Sobre la candidatura de Marta Gutiérrez será ella quien tenga que posicionarse, que tiene su autonomía. Hemos dejado Podemos por decisiones como la de elegir desde Sevilla a dedo al coordinador provincial de Granada, algo inaudito. Hemos salido de Podemos porque no podíamos defender nuestra ciudad con este instrumento político, el instrumento para defender nuestra ciudad es una candidatura municipalista en la que lo importante no sea lo que decide el partido, sino lo que deciden los granadinos.

-Salió de IU por no identificarse con el proyecto. ¿La posible confluencia ha sido uno de los motivos de su salida?

-La unidad de la izquierda me parece bien como concepto, pero tiene que ser una cosa más amplia, porque en caso contrario se repite el bucle de siempre y las mismas fórmulas fracasadas. Negociamos en 2015 con IU para que se sumara al proyecto del cambio, pero dijeron que sólo lo harían si se presentaban con sus siglas. A algunos les interesa más su ideología que cambiar las cosas. Es que tampoco se aceptaron las listas abiertas y yo estoy en contra de los acuerdos de mesa de camilla que maltratan a la ciudad.

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