Granada

Polémica por la presencia de autoridades civiles en la beatificación de 16 mártires granadinos

  • Granada Laica denuncia que acudieran a un acto religioso de exaltación de "mártires" del bando nacional-católico de la Guerra Civil

  • Lo consideran contrario a la aconfesionalidad del Estado

Polémica por la presencia de autoridades civiles en la beatificación de 16 mártires granadinos

Polémica por la presencia de autoridades civiles en la beatificación de 16 mártires granadinos / G. H.

El 26 de febrero tuvo lugar en la catedral de Granada una ceremonia solemne de beatificación de 16 mártires de la Guerra Civil, presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Un acto que ha ocasionado la reacción de Granada Laica, que denuncia la presencia de autoridades civiles. "De ser meramente una acto interno de la Iglesia católica, poco o nada tendríamos que decir desde Granada Laica. Sin embargo, la asistencia de numerosas autoridades públicas de la capital granadina, de la provincia y de la autonomía andaluza hace que merezca la pena prestar atención a las características del evento", asegura Granada Laica, que informa de que desde 1987 se han producido 2.069 beatificaciones de “mártires” de la Guerra Civil y de la II República española, más de la mitad (1.068) realizadas por el papa Francisco. Además, 11 de los mártires han sido canonizados, por lo que ya son santos.

"Curiosamente todas, absolutamente todas las personas beatificadas, se consideran muertas a manos de los republicanos, mientras no se dice nada de los numerosísimos crímenes del bando fascista, que fue el bando de la propia Iglesia, pues no olvidemos que respaldó y alentó la “Cruzada” contra el “ejército rojo” (recordemos a los obispos y cardenales cruzadistas Gomá, Pla y Deniel, Olaechea, etc., etc., y su Carta colectiva de 1937 en apoyo de los golpistas). Incluso olvidan que muchas de las personas asesinadas por el bando nacional-católico (digamos, no mártires de la Iglesia, sino mártires a manos de la Iglesia como corresponsable criminal) fueron creyentes católicos, incluso sacerdotes", explican en un comunicado.

"Recordemos también que más adelante, durante muchos años (en particular tras la derrota del nazismo) el Vaticano paralizó las beatificaciones de “mártires” por temor a aparecer como beatificadora de la dictadura de Franco, pero que esa aprensión desapareció con Juan Pablo II, que las inició en 1987. La retórica eclesial habla de no reabrir viejas heridas, pero cada beatificación es un recuerdo de las maldades del bando republicano sin que haya un reconocimiento ni petición de perdón de las de la Iglesia desde el bando golpista. Fue especialmente significativa la beatificación masiva (498 “mártires”, un récord) del 28 de octubre de 2007, precisamente unos días antes de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, tan enérgicamente rechazada por la Iglesia, que también es contraria a la condena de los crímenes franquistas. Por cierto, aquel récord lo superó el reconciliador y progre papa Francisco con la beatificación de Tarragona de 2013: 522 nuevos “mártires” beatos de una tacada. Con tanto “mártir” católico, destaquemos que, según Josep Termes, portavoz del colectivo católico Església Plural, y de acuerdo con algunos historiadores (como Hilari Raguer), no se puede considerar mártires a muchos de los nuevos beatos, pues habrían sido asesinados por razones políticas más que por proclamar su fe en Jesús".

En definitiva, la Iglesia católica española y vaticana sigue, con estas beatificaciones, "identificándose o mostrando su simpatía con los golpistas del 36 que acabaron con la legalidad republicana, y continúa ignorando a las víctimas de su complicidad criminal con los fascistas".

Presencia de autoridades y peregrinaciones

Por eso consideran "grave e intolerable que en las ceremonias de beatificación, como la del 26 de febrero en Granada, haya representación de la Administración". Nombran a delegados de la Junta en Granada, presidente de la Audiencia Provincial, del Consejo Social de la ciudad, el Defensor del ciudadano, el presidente y otros miembros de la Diputación, concejales del Ayuntamiento de Granada, alcaldes de Cájar, Pinos Puente, Alhama de Granada, Lanjarón, Comares, Morelábor, Motril, Loja y La Zubia. El arzobispo de Granada saludó simplemente a las “excelentísimas autoridades civiles y militares”.

Además, desde los municipios granadinos originarios de los nuevos beatos se organizaron numerosos “fletes de autobuses” para trasladar a los fieles al ceremonial “para congratularse públicamente de la elevación a los altares de los nuevos mártires de la iglesia”. Y que públicamente se programaron peregrinaciones desde “Almuñécar, Motril, Salobreña, Órgiva, Alfornón, Lanjarón, Loja, Alhama de Granada, Coín, Comares y Moreda, entre otras”.

"Desde Granada Laica denunciamos la asistencia institucional a cualquier acto religioso, pues es contraria a la aconfesionalidad del Estado y al respeto a la ciudadanía. Pero en este caso podemos añadir que los representantes públicos que han participado en una ceremonia de beatificación que exalta de una forma tendenciosa, de sectarismo profranquista, a “mártires” del bando nacional-católico de la guerra civil, han agraviado de una forma especialmente ofensiva a millones de ciudadanas y ciudadanos comprometidos con la democracia y la justicia independientemente de sus creencias. Además, pedimos que se investigue si las “peregrinaciones” mediante fletes de autobuses se han organizado y costeado con fondos públicos", concluye.

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