Granada

Primer atentado en Madrid desde el ataque contra la T-4 de Barajas

  • ETA ha colocado 44 coches cargados de explosivos en la capital de España

La explosión del coche-bomba en el Campo de las Naciones de Madrid eleva a 44 las ocasiones en las que la banda terrorista ETA ha elegido este método para atentar en Madrid. La última vez atacó el aparcamiento de la Terminal 4 de Barajas, el 30 de diciembre de 2006, matando a dos ciudadanos ecuatorianos.

En lo que va de siglo, ETA ha atentado contra el Estadio de la Peineta, en el distrito de San Blas, once días antes de que se decidiera si la ciudad acogía los Juegos Olímpicos de 2012.

El distrito de San Blas ya fue objeto de la violencia etarra el 25 de mayo de ese mismo año, cuando una furgoneta cargada con 20 kilos de explosivos, estalló en la calle Rufino González, causando lesiones leves a 52 personas. Hace justo cuatro años, ETA también atentó en Ifema con un coche-bomba que dejó 43 heridos leves. En abril de 2002 los pistoleros dirigieron sus acciones contra la sede la sede de Repsol-YPF, en La Castellana. A lo largo de 2001 los terroristas consiguieron atentar en siete ocasiones en Madrid, seis de ellas mediante coche-bomba. Uno de estos atentados produjo una veintena de heridos en pleno centro, otro asesinó a un policía y el tercero estalló en el aparcamiento de la estación de Chamartín.

Además, los terroristas asesinaron a un general de brigada e hicieron estallar otro coche el día del cierre de la campaña electoral vasca, el 11 de mayo de 2001. Seis meses después, la organización hizo explotar otro vehículo en la calle Corazón de María. En aquel momento se logró desarticular al comando Madrid, gracias a que un ciudadano observó cómo los dos etarras abandonaban el lugar de la explosión y se decidió a seguirlos con su vehículo, al tiempo que alertaba a la Policía.

En 2000, el año siguiente a la tregua de ETA, la capital fue objeto de tres atentados. El primero ocasionó la primera víctima mortal tras el final de la tregua: el teniente coronel Pedro Antonio Blanco García.

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