La Agrupación de Productores de Chopo Marjal ha anunciado la celebración el próximo 21 de octubre de la primera subasta de madera en la historia de Granada, con una larga tradición en el cultivo de esta especie.

La promotora de la agrupación y gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), Patricia Gómez Agrela, ha hecho este anuncio en un acto que ha reunido a productores y representantes del Ayuntamiento de Granada, la Junta de Andalucía, la Diputación y la Universidad.

Gómez ha explicado que el objetivo de la subasta es concentrar la oferta, dar transparencia y consolidar la cadena de valor de la madera de chopo.

Se trata de una fórmula extendida en el Norte de España, que permite ofrecer a la industria transformadora una producción estable y de calidad, al tiempo que favorece los intereses de los productores, que obtienen mejores precios por su madera.

La presidenta de Marjal, Victoria Carreras, ha precisado que las condiciones de la subasta se publican este viernes en el Boletín Oficial de la Provincia y los maderistas tendrán de plazo hasta el 17 de octubre para presentar sus ofertas por los diferentes lotes, en sobre cerrado.

La apertura de plicas ante notario tendrá lugar el mismo 21 de octubre a mediodía en la sede del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de la Junta de Andalucía. Los lotes, en total más de 6.500 chopos en diversos puntos con un precio mínimo total superior a los 500.000 euros, se adjudicarán al mejor postor.

La agrupación Marjal, que reúne a 74 productores con casi 1.400 hectáreas de cultivos de chopo, se constituyó la pasada primavera en el marco de LIFE Wood for Future (Madera para el Futuro), un proyecto financiado por el programa LIFE de la Unión Europea para la mitigación del cambio climático, según han informado este viernes sus impulsores.

Los productores asociados, señaló la gerente de COSE, no solo rinden homenaje al chopo, sino que se comprometen a ofrecer un recurso de calidad, local y de producción sostenible, a aumentar los sumideros de CO2, a mantener el paisaje lorquiano y a mejorar la biodiversidad de la Vega.