Covid-19

Programa de la asignatura: ¿sexta ola en Granada?

  • La vuelta a 'cole', el inminente inicio de las clases en la Universidad de Granada y el aumento de la movilidad, trasfondo del posible próximo aumento de contagios

Zona de copas del centro de Granada en el comienzo de curso del año pasado

Zona de copas del centro de Granada en el comienzo de curso del año pasado / Jesús Jiménez (Photographerssports)

Si no hay normalidad, se le parece mucho. Desde prácticamente todo el verano, a pesar de que si brotes y que si quinta ola del coronavirus, lo cierto es que casi todos los ciudadanos han hecho en los últimos meses una vida como la de antes. Con mascarillas, aunque cada vez menos en exteriores y ya empiezan a verse incluso ciertas ‘relajaciones’ con los cubrebocas en los interiores. Sí, hay cotidianidad, algo muy parecido a hace dos septiembres, y una sensación, después de que más del 75% de los granadinos esté vacunado, de que la pandemia ha pasado.

En esa ‘nueva normalidad’, esta de verdad y no la prometida por Pedro Sánchez en junio del año pasado, entran en juego múltiples factores en lo que España y, en especial, Granada se van a jugar mucho de cara al invierno pandémico. Y uno de ellos es la vuelta de las clases en la Universidad de Granada, con más presencialidad, con los Erasmus de nuevo por la ciudad... Y con el recuerdo de que el inicio del curso, las fiestas y la falsa sensación de post-pandemia, llevaron a la provincia a ser el agujero negro del coronavirus de todo el país.

La situación, eso sí, es bien diferente a la de hace 365 días. De entrada, el año pasado el curso se inició una semana más tarde que en este, el 21 de septiembre. Pero sobre todo en una situación epidémica distinta. Hace un año, cuando el famoso puente de la Hispanidad, que marcó el punto de inflexión y el estallido de la segunda ola del Covid-19 en Granada, no había vacuna y se vivía en una fase de ascenso de contagios lenta, pero en constante crecimiento. El próximo lunes, cuando comience el nuevo curso universitario, la provincia y la ciudad llegarán con las tasas más bajas en más de un año y con la tendencia contraria, hacia el descenso, ya lento pero sí sostenido.

Así, el 21 de septiembre del año pasado la provincia contaba con una tasa de incidencia de 176 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas, viniéndose de una fase de crecimiento desde el mes de agosto, cuando los indicadores marcaron el mínimo de toda la pandemia gracias, sobre todo, al estricto confinamiento de los meses de la primavera. En el momento actual se llega con una incidencia de 114 casos y en franca bajada. El asunto está en saber cómo se comportará la curva a partir de la semana que viene. El curso pasado, desde el 21 de septiembre, se pasó de un estancamiento a no parar de crecer hasta mediados de noviembre. También la situación hospitalaria tiene diferencias. La provincia llega al inicio de curso con los registros más bajos en un año. En el anterior, con tendencia alcista, había más de cien hospitalizados que luego fueron pacientes UCI.

El inicio del curso más parecido a la post-pandemia, entonces, se enfrenta a nuevo retos. La vacunación evita en casi su totalidad la enfermedad grave y en un porcentaje menor los contagios, pero la mezcla de grupos, la sensación de final de la pandemia, y una mayor libertad de movimientos, y los próximos puentes festivos de octubre pueden llevar a fenómenos como una sexta ola, cuya intensidad será desconocida ante este nuevo panorama, aunque los expertos coinciden en que no igualará la virulencia de las tres primeras.

La Universidad de Granada para este curso deberá guardar una distancia de seguridad a 1,2 metros entre estudiantes en las aulas o éstas deberán estar al 50%. En algunos centros o grupos se comenzará con una presencialidad total, como en Farmacia, Caminos o Edificación. De lo que no hay plan es para el control del botellón y fiestas en residencias universitarias y colegios mayores. Será entonces cuando entre en escena el Ayuntamiento de Granada, que previendo situaciones de este tipo, ya no solo a nivel pandémico, sino vecinal, reforzó el plan de la Policía Local para atajar esta actividad recreativa, tanto en domicilios como en espacios públicos, y que una vez comience el curso, también deban intervenir en los alojamientos estudiantiles.

La situación es difícil e incierta, aunque el panorama sobre el que se asienta esta vuelta de la Universidad a las clases, no es la peor. El profesor experto en Salud Pública, Joan Carles March, cree que habrá una sexta ola de contagios, “pero que no será igual. No vamos a tener la segunda ola tan dura como tuvimos. Pero es verdad que puede ser el inicio de situaciones no controladas”, dijo. Apuntó para ello que falta gente sin vacunar entre 20 y 40 años, por lo que “no podemos pensar que está todo solucionado”. March también pone el foco en el curso escolar y en las medidas de reducir espacios entre el alumnado, y recuerda que la variante Delta “es más contagiosa y es un riesgo que no sabemos qué puede tener”.

Por ello, aguarda una ola que será, según sus estimaciones, “de menos número de casos que la quinta, seguramente con menos mortalidad, pero con riesgo de que haya incremento de ingresos. No vamos a aumentar mucho como ha pasado en las anteriores, van a ser más suaves”, añadió.

Para el profesor de la EASP, las situaciones del año pasado a este “no son igual de preocupantes pero lo siguen siendo”, entre otros factores por la situación vacunal. Pero ha recordado que en las próximas fechas se van a juntar “mucha gente en la Universidad y presencial, y los no vacunados que haya pueden entrar en UCI como elemento clave. Granada es un sitio de acogida y eso obliga a vigilar los entornos y que no haya aglomeraciones, botellones, y que no haya distancias. Es un riesgo para que haya un aumento de casos”, finalizó.

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