No hay nada más molesto durante unas vacaciones que el avión que se va a coger para el destino turístico lleve retraso, y más aún cuando es de cerca de diez horas. Los pasajeros del vuelo de ayer de la compañía de bajo coste EasyJet que partía de Granada hacia Milán estuvieron esperando en el Aeropuerto Federico García Lorca desde las 12:35 hasta pasadas las 22:00 horas de la noche, cuando se produjo el despegue.

Los pasajeros llevaban una hora dentro del avión con los cinturones puestos. Los auxiliares de vuelo les habían dado las instrucciones de las salidas de emergencia y demás información que se suele dar antes de partir cuando les informaron que había un problema y los hicieron descender del aparato.

Nueve horas más tarde se abrieron las puertas de embarque otra vez, hacia las 21:45, aproximadamente. En principio les dijeron a los pasajeros del vuelo Granada-Milán que tendrían que esperar tres horas. Después les señalaron que hacia las 21:00 saldría su vuelo y más tarde que a las 22:00.

La avería, que fue localizada en el motor, iba a ser solventada por un ingeniero procedente de Málaga pero al final los pasajeros tuvieron que esperar a un nuevo avión que provenía de Milán. Los viajeros se quejaron de que les informaban muy poco y si conseguían algún dato era por iniciativa de los propios usuarios.

En las últimas semanas se han registrado incidencias en vuelos operados por la compañía Vueling, entre ellos un retraso el día 14 de julio hacia París que debía despegar a las 19:00 de la tarde pero que los pasajeros tuvieron que tomar desde Málaga.

Fuentes de Aena consultadas por este periódico apuntan que la cancelaciones y retrasos producidos en los últimos meses no tienen nada que ver con la gestión y el funcionamiento habitual del Aeropuerto Federico García Lorca, situado en Chauchina. No obstante, el aumento de pasajeros y de operaciones ha provocado que desde el sector político se reclamen y reivindiquen mejoras en el personal de la instalación.