El Rey se reencuentra con la Base de Armilla quince años después
Don Juan Carlos realizó ayer una visita relámpago a la sede del Ala 78, en la que aprovechó para pilotar durante un cuarto de hora uno de los helicópteros Colibrí por los cielos de Granada
La tropa estaba formada desde mucho antes de que llegasen los helicópteros. Bayoneta calada, en posición de descanso, esperaban como la banda de música y el resto de mandos en la pista de la Base Aérea de Armilla. Cuando los aparatos aún no se veían, pero comenzaba a escucharse el ruido de las aspas, una corneta tocó firmes. El Superpuma tocó tierra, la puertezuela abrió y descendió, junto al jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, José Jiménez Ruiz, Su Majestad Don Juan Carlos I, que había pilotado el helicóptero hasta tierras granadinas.
Hacía casi quince años que el Rey no pisaba la base armillera. La última vez fue en 1995, aunque realizó una visita cuatro años antes, en 1991. Sin embargo, la Familia Real tiene su vinculación propia con las instalaciones de Armilla, ya que la escuela tuvo como alumno a su hijo, el Príncipe Don Felipe, que hizo allí el curso de manejo de helicópteros un año después, en 1996, y que volvió en marzo de 2007 a la base en visita institucional.
Don Juan Carlos pasó revista a la formación poco después de que todos adoptasen un gesto marcial mientras sonaba el himno de España. Al acercarse al espacio acotado para la prensa, esbozó una sonrisa y dio los buenos días. Después, las salutaciones prosiguieron con la plana mayor también situada en la pista.
El Rey se dirigió posteriormente a la Plaza de Armas de las instalaciones, donde recibió por parte del coronel Molina, jefe de la Base, información actualizada sobre el funcionamiento y las últimas tareas de la base. Las explicaciones, que se prolongaron durante media hora, también incluyeron detalles sobre la misión internacional -la primera llevada a cabo por aparatos y personal de las instalaciones armilleras- en Sarajevo, Bosnia Herzegovina, y que se prolongará hasta abril de este año durante la operación ALTHEA.
Su Majestad visitó también las instalaciones de la Patrulla Aspa y departió con los componentes de la unidad. Lo que, a priori, le iba a venir bien, teniendo en cuenta que el programa -milimetrado- de la visita a la base informaba de que, unos diez minutos después, el Rey se pondría a los mandos de uno de los aparatos con los que los oficiales que componen la Patrulla, que se creó ahora hace cinco años, realizan su tabla de ejercicios acrobáticos en las exhibiciones por media España.
"Ahora va a probar la máquina". Las palabras procedían de un hombre uniformado a pie de pista de la Base Aérea de Armilla. El comandante Frisuelos observaba desde la lejanía, más allá de los trípodes de las cámaras, cómo varios de sus compañeros de armas ayudaban al Rey Don Juan Carlos I a subir a la cabina de un HE-25 Colibrí. A su lado ascendió al helicóptero el comandante González Leiria, jefe del Escuadrón de Enseñanza del Ala 78 -nomenclatura con la que se designa en el Ejército del Aire a la base armillera-. Durante unos minutos, Don Juan Carlos recibió del comandante unas explicaciones rápidas sobre el funcionamiento del aparato, el mismo con los que los aspirantes a piloto de este tipo de aeronaves practican para poder acreditarse como tal. Y, poco después, "la máquina" tomaba la pista de despegue de la base y se alejaba con el Rey a bordo.
Fueron quince minutos los que Su Majestad sobrevoló las instalaciones de la Base Aérea y la ciudad. También tomó los mandos del Colibrí, aseguraron después. Una vez terminó el vuelo, Don Juan Carlos se dirigió -tras saludar de nuevo a algunos de los componentes de la Patrulla y hacerse una foto con ellos frente al aparato con el que acababa de aterrizar.
Mientras eso ocurría, se empezaban a escuchar los rotores de los cinco Colibrí que iban a despegar en breve para deleitar a los presentes con una exhibición en vivo y en directo. Para ello, el Rey se dirigió a la torre de control, donde le esperaban el subdelegado del Gobierno en Granada, Antonio Cruz; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Augusto Méndez de Lugo; el presidente de la Diputación Provincial, Antonio Martínez Caler; el delegado del Gobierno de la Junta en Granada, Jesús Huertas; los alcaldes de Armilla y Granada, Gerardo Sánchez y José Torres Hurtado; el jefe superior de Policía de Andalucía Oriental, Pedro Luis Mélida; o el general de División Francisco Puentes Zamora en representación del Mando de Adiestramiento y Doctrina.
Tras saludarlos, los Colibrí comenzaron sus ejercicios frente a la tribuna de autoridades, con sus cruces y maniobras. Los cinco aparatos bailaban en el cielo de Armilla provocando la sorpresa de quien nunca pensó que un helicóptero de 950 kilogramos puede moverse como una pluma. Y después de que los aparatos tomasen tierra, todos los presentes se dirigieron a tomar una copa de vino tras la que, media hora después, Don Juan Carlos tomó de nuevo vuelo para abandonar la Base.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Aguasvira
Contenido ofrecido por CEU en Andalucía