La reordenación de la red de autobuses urbanos tiene todavía flecos sin perfilar. Uno en el que no está claro qué pasará es el referido a la gestión de la nueva línea C32, que se recupera después de seis años, y que asume Transportes Rober. La empresa explica en uno de sus informes que, a pesar de estar de acuerdo con la recuperación de la ruta, desaconseja su puesta en marcha debido a las "implicaciones jurídicas" que podría acarrear.

El texto se refiere a la "situación de incertidumbre" que atraviesan los trabajadores de Alhambra Bus, la subcontrata que ejecuta las líneas del centro histórico, que lleva meses en huelga y con servicios mínimos. El anuncio de que será Rober quien maneje la C32 hace temer que muchos conductores puedan perder su puesto de trabajo. La empresa estima que afectaría a 12 o 13 trabajadores de Alhambra Bus, cifra que esta compañía amplía a 30, según recogen en una pregunta abierta al alcalde en un foro de internet.

El informe no detalla el coste que tendrían esos despidos o la asunción por parte de Rober

Rober advierte que, en la información recibida desde el Ayuntamiento, no figura ninguna estimación del coste que le acarrearía a la empresa las rescisiones de los contratos de estos conductores, o incluso por cuánto saldría una posible absorción de estos por parte de la Rober. Esta es la principal reivindicación de los empleados de Alhambra Bus desde hace años. La propia compañía adjudicataria propone una medida para que el impacto sobre estos trabajadores fuera menor con el "dimensionamiento" de la línea C32 a dos autobuses, lo que solo afectaría a seis conductores.

Los trabajadores de Alhambra Bus no han cejado en sus reivindicaciones de equipararse salarial y laboralmente a sus compañeros de Transportes Rober. Desde junio de 2017 están en huelga y en días señalados realizan servicios mínimos. Un Pleno municipal en el año 2015 exigió al Ayuntamiento subrogar a estos empleados en la concesionaria del transporte público urbano de la capital.