Ayer y hoy
  • Siete funcionarios detenidos

  • Los ladrones dejaron 'satánicas' pintadas y sus huellas dactilares, tras llevarse 8.600 pesetas

  • El caso fue la comidilla del barrio y el cachondeo general

Robo en el Ayuntamiento de Granada

Ayuntamiento. Plaza del Carmen Ayuntamiento. Plaza del Carmen

Ayuntamiento. Plaza del Carmen

Estamos en las vísperas del Día de los Inocentes y esto que les cuento parece una inocentada, pero fue verdad. Ocurrió hace un siglo cuando Granada se preparaba para la Navidad de 1921. No se habían olvidado los tristes ecos del Desastre de Annual (guerra del Rif, verano, 1921), pero ya la pastelería El Sol de Puerta Real anunciaba sus afamados mantecados y sus ricas tortas reales; igual hacía el recién abierto establecimiento Monerriz con sus riquísimos turrones de Jijona que despachaba en la Plaza del Carmen esquina a Salamanca.

Fue una madrugada de noviembre de hace cien años; dio la voz de alarma Miguel Mezcua, un peón de la limpieza que, al sacar los carros para iniciar su tarea, fue avisado por Nicolás, el carbonero de enfrente que observó una soga que colgaba de un balcón del Ayuntamiento por la calle Escudo del Carmen frente al Salón Regio. Enseguida fueron alertados el conserje Antonio Capeli y el cabo de guardia que estaban durmiendo.

1.- Robo en Granada. Recortes de prensa 1.- Robo en Granada. Recortes de prensa

1.- Robo en Granada. Recortes de prensa

Recorridas las estancias reconocieron que, efectivamente, el Ayuntamiento había sido víctima de un robo. Puertas forzadas, cajones abiertos con palanqueta registrados con desorden y hasta ladrillos levantados para pasar a las estancias inferiores. Por los restos de cera se sabe que se alumbraron con velas y con papeles quemados.

Avisaron al alcalde José Gómez Jiménez y este al juez de instrucción Eduardo Romero Bataller que enseguida inició sus diligencias, resultado de las cuales fueron la detención de siete funcionarios del Ayuntamiento, relacionados todos con el servicio nocturno, hasta tanto se esclarecieran los hechos y se diera con la banda de ladrones que ya se sabía estaba actuando en Granada. Días antes se había producido otro importante robo en un almacén de comestibles de la calle Marqués de Falces. De momento los detenidos quedaron cesados de sus empleos, entre ellos el pobre Capeli que murió el 11 enero del 22 tal vez del disgusto.

Los investigadores contaban con algunas pruebas: medio cigarrillo abandonado y algunas huellas dactilares, pero quedaba lejos lo del ADN a través de los restos biológicos y los recientes estudios del doctor Olóriz no eran aún fáciles de aplicar porque las huellas no eran muy precisas. Se sospechaba de la connivencia de los funcionarios pero no había pruebas definitivas.

Portada del libro sobre Federico Olóriz Portada del libro sobre Federico Olóriz

Portada del libro sobre Federico Olóriz

Hasta aquí el relato de los hechos; pero el robo trajo cola porque se prestó al cachondeo popular en Granada. Del "Ayuntamiento nos roba" con el que se quejaban los granadinos por los abusivos impuestos, se pasó al "Ayuntamiento robado".

Se comentaba con sorna aquello de que "quien roba a un ladrón…"; el final es que los ladrones entre monedas de plata y billetes se llevaron casi 9000 pesetas de las arcas municipales, es decir, de todos los granadinos porque el dinero público sí tiene dueño; de momento no se pudo dar con los verdaderos autores a los que no les faltó sentido del humor.

Los primeros en tomarse el robo a pitorreo fueron los propios cacos. Al parecer permanecieron escondidos detrás de unos paneles en el hueco de la escalera del Ayuntamiento, a juzgar por las huellas de pisadas que quedaron en el polvoriento suelo que debía llevar años sin barrer. Encima quisieron dejar la burlona muestra de su aventura pintando con tiza blanca en las puertas del despacho de Consumo dibujitos de calaveras y otras escenas macabras de difícil interpretación.

Pasa el tiempo. Y un siglo después nos enteramos de que se sigue robando en algunos Ayuntamientos, pero por otros medios que no necesitan de sogas en los balcones y en lo que tienen mucho que ver políticos corruptos, funcionarios irresponsables o ciberdelincuentes muy espabilados, a sabiendas de que España está llena de centros penitenciarios. Todo esto pasó ayer, pero es que entre ayer y hoy solo media una i griega.

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