Granada

Romanones, los "amigos" que no quieren ser un clan

  • Sacerdotes y laicos acusados por 'Daniel' niegan abusos, prácticas sexuales o desnudos

Los 'romanones', ese grupo de sacerdotes y seglares allegados que fueron denunciados por supuestos abusos sexuales a un menor, sólo se reconocen como "amigos", sin más. Durante el juicio contra el padre Román M. V. C., el único acusado que al final se sienta en el banquillo, algunas de estas personas comparecieron ayer como testigos y transmitieron un mensaje unísono: negaron todo tipo de prácticas sexuales y rechazaron componer el llamado Clan de los Romanones, como se les ha conocido en toda España desde que se hizo público este mediático caso.

Tan preocupados se mostraron en rechazar esos vínculos entre ellos, que los testigos corregían insistentemente a los abogados que les interpelaban cuando utilizaban cualquier palabra relativa al colectivo. Todos se definían como "amigos" y llegó un momento en que el fiscal y el presidente del Tribunal, José Requena, tuvieron que advertir a uno de los sacerdotes que referirse a ellos como "grupo" no era dar por hecho que fueran una "secta".

Los testigos fueron negando sistemáticamente que el padre Román tuvieron hacia ellos cualquier tipo de ascendente o influencia, a pesar de su mayor edad y de ser el eslabón que los ha unido a todos en el tiempo. Sí admitieron que han mantenido durante años una convivencia y un régimen de propiedades compartidas y de economía conjunta, como quedó acreditado también en la investigación patrimonial que la Policía hizo de este grupo durante la instrucción del caso.

Algunos de los sacerdotes y un laico que fueron denunciados inicialmente en este caso, y que no fueron acusados por la prescripción de los supuestos delitos, negaron ayer que presenciaran o conocieran abusos de cualquier tipo, prácticas sexuales o desnudos entre ellos.

En sus declaraciones hubo muchos puntos coincidentes. Conocieron al acusado cuando tenían alrededor de 16 años, algunos incluso antes, y aseguraron que nunca hablaron de sexo en sus convivencias, salvo en lo relativo a la doctrina de la Iglesia. También negaron abusos en el tiempo en el que convivieron, así como prácticas sexuales o desnudos en las viviendas, especialmente en la piscina, como aseguró el denunciante de este caso, conocido en los medios con el nombre ficticio de 'Daniel'.

Sobre este joven de 27 años, que en la época de los supuestos abusos era menor de edad, los testigos han coincidido también en mostrar una imagen muy negativa de él, al tildarlo de "mentiroso" y describirlo como "manipulador" y "acosador". Los declarantes coincidieron incluso en sus suposiciones sobre el motivo de la denuncia, que a su juicio sería la proyección profesional en el futuro como psicólogo especialista en abusos sexuales. También mencionaron una posible motivación económica y una venganza con el padre Román por prestar su apoyo a la exnovia del entonces menor, al que uno de ellos acusó de maltratarla y vejarla, por lo que el sacerdote la animó a denunciar los supuestos maltratos.

Manuel F.R.R., uno de los laicos que convivió con el acusado, el padre Román, explicó ayer que conoció al sacerdote cuando tenía 16 años y que estrechó lazos con él porque quería profundizar en una convivencia cristiana, por lo que le propuso "no vivir con él, pero convivir". Declaró que compró una vivienda en Granada compartida con el sacerdote hasta que acabaron las obras de la casa parroquial del Zaidín, en la que estaba destinado el acusado, en la que dormía después con frecuencia junto a otros adultos y a la que acudía con "asiduidad" el denunciante, entonces menor de edad.

Recordó que el denunciante se quedaba a dormir unos cuatro días a la semana desde 2007, que frecuentaba también la vivienda ubicada en la urbanización Los Pinillos y que "normalmente" dormía solo en una habitación. Este testigo, fisioterapeuta de profesión, explicó que le dio masajes al acusado, pero que no le consta que lo hiciera también el menor.

"Nunca he visto a Román desnudo", subrayó este laico, quien negó que los sacerdotes que convivían en la casa de Pinillos se bañaran o ducharan en grupo y desnudos. Aseguró también no haber presenciado ningún acto ni comportamiento sexual entre los miembros de esta "comunidad". Para el testigo eran "impensables" prácticas de masturbación en grupo y aseguró que habría denunciado cualquier abuso sexual, aunque ni los vio ni los conoce.

El sacerdote Vicente R.R. dijo que estrechó relación con el acusado con 17 años y que compró con él y otras cinco personas la casa de Pinillos, donde niega que se produjeran relaciones sexuales porque "somos sacerdotes, sé a lo que me he comprometido y me gusta vivir así". Apuntó que tampoco era costumbre saludarse con besos en la boca.

El también cura José Jorge N.G., que dejó de ser copropietario de una de las viviendas hace cuatro años y antes de la denuncia, negó ver desnudo a los miembros del grupo y del mismo modo que su antecesor, aseguró que "lo habría denunciado".

También declaró ayer como testigo Manuel Q.M., cura destinado a la parroquia del acusado que negó abusos o actividad sexual en el grupo.

El juicio continúa hoy con la declaración del denunciante, que ahora tiene 27 años y que en el 2014 puso en conocimiento de la Fiscalía los hechos, ocurridos supuestamente cuando contaba entre 14 y 17 y sobre los que llegó a pronunciarse el papa Francisco.

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