Granada

S.A.SVíctimas de los recortes

  • Los ajustes decretados en el Servicio Andaluz de Salud, así como los presupuestos menguantes para los hospitales y centros de salud, provocan ya estragos al personal sanitario y a los enfermos

Los recortes en los servicios de salud y la reducción en las ayudas a la dependencia han impactado de manera nefasta en las plantillas sanitarias y en las familias con enfermos crónicos. La falta de acuerdo entre los sindicatos de la Mesa Sectorial y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) a la hora de aplicar la ampliación de dos horas y media en la jornada semanal ha incrementado la tensión en los centros hospitales y centros de salud. El Sindicato Médico ya convocó el pasado mes una huelga que fue secundada por gran cantidad de profesionales (un 70%), un hecho poco habitual entre el colectivo que demostró así que ya no pueden más. El sindicato de Enfermería-Satse, por su parte, también ha anunciado un conflicto permanente con el SAS con un recrudecimiento de las protestas.

El pasado lunes, los especialistas internos residentes (EIR) anunciaron una huelga indefinida desde el próximo 19 de noviembre.

La ruptura de las negociaciones entre los representantes de los trabajadores y el SAS se centra en el modo de aplicar la Administración sanitaria la ampliación de la jornada laboral. Cada gerente de hospital y cada director está aumentando el horario sin cumplir criterios homogéneos, lo que está provocando que en algunos puntos asistenciales los trabajadores cumplan con las 37,5 horas, y en otros, no. Asimismo en determinados centros de salud se ha instado a médicos y enfermeras a trabajar estas horas de más los fines de semana; mientras que en otros centros, la ampliación es de lunes a viernes.

Ante este "caos", el Colegio de Enfermería ya ha impugnado en la Consejería de Salud esta manera de ampliar el horario de los trabajadores. La institución colegial acudirá a los tribunales al considerar que es un trato injusto. La Oficina de Salud del Defensor del Pueblo también ha elevado una queja.

Otro punto del desencuentro es otro recorte: la reducción a un 75% en la jornada de los profesionales eventuales. El trabajo que dejarán de cubrir estos médicos contratados y enfermeros lo asumen ya los profesionales con plazas en propiedad. Algunos servicios sufren por ello una merma considerable como, por ejemplo, las Unidades de Cuidados Críticos y Urgencias, así como determinadas áreas hospitalarias como Oncología Infantil, puntos asistenciales donde los eventuales suponen un pilar de las plantillas y de la asistencia. La pérdida de profesionales, la falta de sustituciones, y la nula contratación por parte del SAS tiene como principal víctima al enfermo. Los retrasos en las consultas, las esperas para las intervenciones quirúrgicas e incluso la inseguridad en los actos médicos dibujan una realidad penosa marcada por el deterioro en la asistencia.

La precariedad laboral en el SAS comenzó hace dos años, cuando los profesionales eventuales empezaron a firmar contratos por un solo mes, cuando lo habitual, hasta entonces, eran los contratos de cuatro o seis meses. Esta precariedad ha ido en aumento en los últimos meses y, en estos momentos, las enfermeras son contratadas incluso por un solo día. A esto se suma la falta de estabilidad .

En el Colegio de Enfermería constan casos de profesionales con una larga trayectoria en programas de prevención en los centros de salud a las que ahora el SAS ha decidido destinarlas además a cuidados críticos al aplicarles la ampliación de sus jornadas. Cada unidad asistencial requiere de una especialización por parte del profesional y esta variabilidad en las funciones provocan estrés, temores e inseguridad al profesional; así como riesgos para el paciente.

Los enfermeros denuncian que cada vez son más los servicios de hospital en los que una o dos enfermeras se encargan de toda la planta, con la saturación que eso conlleva. Ahora los familiares, que hace años se consideraban meros acompañantes, se convierten en aliados a la hora de estar pendientes de los pacientes y procurarles algunas atenciones que los profesionales no les dan. En el caso de los médicos, la impotencia se multiplica porque por un lado tienen más demanda y por otro no pueden aumentar el gasto.

Las familias con enfermos crónicos son las que sufren en mayor medida los recortes en salud, a los que se suman otros decretos como el copago de los medicamentos o la pérdida en las ayudas que reciben por la Ley de la Dependencia. Ahora se suma también el copago de los productos ortoprotésicos.

Ante esta situación, lo que está claro es que el sistema sanitario si sigue por este camino va a terminar "reventando", como denunciaron desde el Sindicato Médico de Granada.

Lo que también hay que ver cómo funciona es la reordenación del sistema que está llevando a cabo el SAS con la unificación de hospitales y distritos y la reducción de directivos. Este último recorte era casi una reivindicación de los profesionales, que han explicado a este periódico que si los médicos y enfermeros asumen el trabajo de otros compañeros, hagan igual con los directivos.

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