Granada

Sierra Nevada se mantiene en el 'top' de los parques nacionales más visitados

  • El delicado equilibrio entre las visitas y la conservación ha obligado a restringir el acceso a puntos sensibles, como en los parajes de Lavaderos de la Reina y la Dehesa del Camarate

Más de 735.000 personas visitaron el Parque Nacional de Sierra Nevada a lo largo de 2017, lo que coloca a este espacio protegido como uno de los que más visitas atraen en España, por detrás de los Parques Nacionales de las islas Canarias y -ya en la Península- de Picos de Europa y Sierra de Guadarrama, con más de dos millones de visitas en el pasado ejercicio, según los datos del Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN) y de la memoria anual del Parque Nacional de Sierra Nevada para 2017.

El dato de Sierra Nevada es similar al registrado un año antes. El crecimiento experimentado por otros parques nacionales no ha tenido reflejo en el espacio protegido que comparten las provincias de Almería y Granada que, lejos de experimentar un aumento progresivo de los visitantes, se mantiene en cifras que desde hace una década rondan las 730.000 entradas. No es casual. Desde el Parque Nacional se tiene claro que el fenómeno que sufren espacios como la Sierra de Guadarrama (que ha pasado de 1,3 millones de visitas en el año 2013 a los 2,6 del pasado ejercicio, según los datos del OAPN) no pueden ser soportados en Sierra Nevada. Valoran, más que el número, la calidad de la experiencia que el visitante se puede llevar de un espacio excepcional.

La necesidad de preservar y de hacer compatible ese objetivo con el atractivo turístico del entorno ha obligado a que en los últimos años se realicen estudios sobre el aforo de los puntos más sensibles -como son las cumbres del Veleta y Mulhacén-, se estudie el impacto de las pruebas deportivas -cada vez más populares- y se tomen medidas. Ya se han acordado restricciones para los parajes de Lavaderos de la Reina, en el término municipal de Güéjar Sierra, y la Dehesa del Camarate, en Lugros.

Dentro de las actuaciones significativas que figuran en la memoria del Parque Nacional del pasado 2016, se recoge que en ese ejercicio se puso en marcha un "modelo estadístico para la estimación de la capacidad de acogida física y psicológica en las altas cumbres occidentales, sector Veleta-Mulhacén". Así, en los meses de verano, agentes de Medio Ambiente, celadores forestares y guías "han tomado datos en las proximidades al Mulhacén" y en la cumbre. 2016 fue el primer año de esta iniciativa, que se prolongará "varios ejercicios" para conocer el número real de visitantes que se acercan a este paraje. Este dato permitirá "la adopción de criterios de gestión" con el fin de ordenar este punto. Este tipo de medidas ya se han adoptado en otros parajes especialmente sensibles. En Lavaderos de la Reina y la Dehesa del Camarate se ha estimado la capacidad "de acogida" y, en vista de la "creciente afluencia", en el caso de Lavaderos de la Reina en la época de deshielo y en el paraje de Lugros en otoño ha sido "necesario establecer medidas para compatibilizar" las visitas con la "conservación".

En la memoria de 2017 se reseña que el aforador instalado en Lavaderos cuantificó 28.674 visitantes. En la Dehesa del Camarate, por su parte, se continuó el pasado ejercicio con la regulación de los accesos tanto de vehículos como de visitantes. Así, se instaló un aparcamiento para vehículos particulares en las eras de Marchalejo, se autorizó un servicio de lanzadera y el Ayuntamiento de Lugros puso en marcha una plataforma digital para la inscripción de los visitantes, con un tope de 525 personas al día, entre otras medidas. La instalación de un aforador -o contador de visitantes- indicó que del 11 de septiembre al 15 de diciembre se acercaron 12.653 personas hasta este paraje.

La recogida de datos es uno de los elementos en los que sostiene la necesidad de regular el número de montañeros, especialmente en puntos sensibles que, además, son muy frecuentados. Existe otro aforador en el Mulhacén, donde se contabilizaron 31.321 visitantes el pasado ejercicio. "La simulación teórica" apunta a 300 visitantes al día como "el valor medio de la capacidad de acogida física al Mulhacén" en los fines de semana de julio a septiembre, indica la memoria del espacio.

Otro de los elementos en los que entra a regular el Parque Nacional es en la celebración de pruebas deportivas y en la seguridad en la montaña, terreno en el que se trabaja intensamente con la Guardia Civil -así por ejemplo, se han instalado anclajes en el Veleta para facilitar los rescates por parte de los agentes del Sereim- y desarrolla una intensa de información y señalización sobre los riesgos que puede conllevar la visita a la Sierra. Se han editado panfletos divulgativos en cuatro idiomas, se han dado charlas formativas, hay señalización específica o se han mantenido las infraestructuras vinculadas con la seguridad, como los refugios, entre otras acciones.

Se es consciente de que este entorno tiene parajes "referentes para la práctica del montañismo y de otras actividades deportivas", desde la escalada al esquí. De hecho, en 2017 se autorizaron un toral de 41 actividades deportivas competitivas. Para compatibilizar el deporte con la conservación se realiza un programa de seguimiento que evalúa los "impactos sobre el medio" de estas actividades y que permite la "puesta en marcha de medidas" de regulación y ordenación. De las once pruebas deportivas más significativas celebradas en 2016, en dos -la Aparche Duatlón Cross Otura y las 37 Millas al Borde de lo Inconcebible- se ha indicado la necesidad de realizar rectificaciones para evitar posibles afecciones en el entorno. En otras dos pruebas competitivas -CxM Zenete y CxM Ultra Sierra Nevada- se señala la necesidad de pequeñas correcciones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios