El Covid-19 entró como un ciclón en la vida que conocíamos y lo puso todo del revés. Todo cambió. Pero el tiempo, aunque a veces parezca que no, sigue corriendo y cura. Lo malo pasa, y el sol vuelve a salir. Ayer, en las calles y negocios de Granada corría una brisa de absoluta normalidad. Sí, es cierto que hace un año también se vio una imagen similar aunque limitada –las restricciones, ya saben– y que hizo a muchos obviar que la realidad, todavía, era otra bien distinta como se comprobó tan solo unos días después con el golpe de aquella ola que tanto daño hizo, casi más que la anterior. Pero ahora es distinto. Ahora sí se ha inoculado –llámese Pfizer, Moderna, Jansen o AstraZeneca– la normalidad que tanto ha sido anhelada. Nada material, tan simple como poder salir sin prisas, sin horarios, sin exclusiones, con la sonrisa al descubierto, una sonrisa de recuperación. El puente del Pilar ha confirmado que Granada vuelve a ser Granada, aún con cierta precaución, eso sí, pero con datos que invitan a volver a sonreír. Las calles, repletas de gente, los establecimientos, desbordados. El puente del Pilar acaba de empezar, pero ya ha confirmado ser el ‘chupinazo’ de la temporada alta del turismo en la capital.

Ayer era suficiente con dar un paseo por las zonas donde se concentra la mayor parte del ocio de la ciudad para darte cuenta de que la reactivación del turismo va viento en popa. Las previsiones respecto al puente del Pilar eran muy alentadoras en cuanto a la recuperación económica se refiere, algo que se está confirmando con rotundidad. Ya sin restricciones de ningún tipo, Granada tiene un 85-87% de ocupación hotelera en la capital, bajando la media a un 80% en el total de la provincia.

Así era según la previsión de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, la cual ya advertía que la jornada de ayer y la zona del centro era cuando mayor afluencia de gente se esperaba en calles y comercios. Y no se equivocaron. Sobre las 14:00 horas, en la Plaza de Gracia, las conversaciones de los presentes allí, junto a algún ¡vivan los novios! en plena celebración de una boda, eran la banda sonora. No había ni un hueco libre. Si se seguía para calle Recogidas, la sensación era la misma. "Vamos a tomar unas tapas, que ya está bien de compras", se le escuchó decir a un par de amigos al salir de una tienda.

Es un puente muy esperado por los comercios, pero sobre todo por la Federación de Hostelería y Turismo. Se trata del primero de una serie de festivos que se espera que ayuden al sector a salir del pozo en el que estaban inmerso por la pandemia. Por ello, el presidente del colectivo, Gregorio García, en declaraciones a Granada Hoy, se mostró orgulloso y contento por los datos obtenidos, los cuales ayudarán a paliar las pérdidas de etapas anteriores. "Estamos contentos y esperamos que la cosa siga hacia adelante, pero con la subida que ha habido en energía no estamos obteniendo demasiada rentabilidad, aunque ahí vamos. Lo estamos superando y para adelante", dijo García. Asimismo, el presidente de los hosteleros llegó a afirmar sin titubeos que, "si seguimos como ahora, estamos a la altura del 2019 o incluso por encima. Los hosteleros están contentos porque se espera y se ve mucha gente".

Atravesar el estrecho pasillo que dejan las terrazas de los establecimientos de la calle Navas se tradujo en un bonito viaje a esa normalidad que tanto se echaba de menos. Desconectar entre carcajadas, con la seguridad de que todo va mejorando. Respirar con la certeza de que la sonrisa que se perdió vuelve a ganar. Con estos aires de fiesta, y encontrando el final de la calle Navas, un grupo de valencianos cantaba sin parar a la música de la guitarra de uno de ellos, "qué ganas de normalidad y libertad", decían entre compás y compás, finalizando con un brindis al cielo y un "¡viva el sur!".

Así, cientos y cientos de personas se repartieron ayer por establecimientos y calles de la ciudad, que acompañados de un tiempo prácticamente veraniego, disfrutaron de las tapas, las cañas o los vinos, y toda la rica gastronomía granadina. No se veía ni una mano vacía. Cuántas veces se habrá realizado ese brindis "por volver a la normalidad y que esto pase". Pues bien, ahora, ese brindis, con datos en la mano, cobra más sentido que nunca.

Respecto al tipo de cliente que está visitando Granada en este puente, desde la Federación afirmaron que el cliente es mayoritariamente nacional, pero con un incremento progresivo de viajeros franceses, alemanes y estadounidenses. Asimismo, despiezando los datos provinciales, la Costa Tropical y el Poniente están al 70 y 75% de ocupación respectivamente, mientras que Baza, Huéscar y Altiplano alcanzarían el 90%. Guadix, Marquesado y Alpujarra se quedan en el 80% de media.

Sobre objetivos a conseguir, desde la Federación de Hostelería, insistieron en que tendrán que continuar luchando, ya que aunque el sector comienza a resarcirse de la crisis pandémica, la situación presenta trabas a superar, como "la subida descomunal de la electricidad y los combustibles, que está penalizando a las empresas y la generación de empleo".El sábado continuó la senda y en el tardeo la calle Ganivet se lleva la palma. La zona, que está en plena polémica con los vecinos por el ruido –se han dado protestas y 'caceroladas' esta semana– volvió a llenarse de gente en sus diferentes locales de ocio nocturno. La vía llegó incluso a colapsarse por el exceso de tráfico, ocasionando dificultades para pasar en un momento de la tarde a una ambulancia.

En este sentido, Granada Hoy consultó a Policía Local de Granada cómo habían transcurrido las jornadas de viernes y sábado. Según el portavoz del colectivo, Jacinto Sánchez, todo ha ido marchando "con normalidad". El viernes se realizó "algún control de alcoholemia puntual a conductores con síntomas de ebriedad", y el sábado se tuvo que desplegar bastantes efectivos en la zona del concierto de Aitana, en el Palacio de Deportes, donde ""había muchísima gente". En este sentido, Jacinto sí lamentó el vandalismo de un grupo de jóvenes –identificados inmediatamente– que rompieron retrovisores de coches situados por el entorno de calle Recogidas. Por lo demás, ningún incidente que destacar al cierre de esta edición.

Dicen que la vida está llena de curvas. Desde que naces,te subes a una especie de montaña rusa donde irás aprendiendo basándote en una simple ecuación: error y lección. Objetivos, sueños, ambiciones. Los humanos se proponen miles de cosas a lo largo de la vida, pero nunca se está preparado para sobreponerse a lo que no se espera. Problemas que enfrentar, miedos que se convierten en desafíos. En marzo de 2020 se paró el tiempo. Los locales cerraban sus persianas. Las personas, encerradas en sus casas. La vida, a través de la ventana. El cuerpo, en ocasiones, sin fuerza. Y hasta el rostro perdió su curva más esencial. El puente del Pilar permite al granadino disparar el optimismo y reforzar la esperanza de que este virus, aunque siga presente, ya está un poquito más apartado de lo era, es y será realmente vivir.