Ayer y hoy

Cien años del Teatro Olympia

  • El espacio abierto en 1920 era tan bonito que hoy sería un centro de interés turístico; tras cerrarlo en 1968 lo hicieron añicos, pero algunos especuladores se harían ricos

Vista interior del Teatro Oympia

Vista interior del Teatro Oympia / G. H.

Cuando un teatro se derriba, algo se pierde en el alma. Y en Granada desgraciadamente se echa el cierre con frecuencia. La prensa local de hace un siglo destacó en primera plana la inauguración, en 1920 y en la recién abierta Gran Vía, de uno de los más céntricos y modernos teatros granadinos. No era el único. Granada contaba entonces con el Isabel la Católica, el Salón Regio, el Teatro Cervantes, el cutre Lux Edén y el Salón Victoria como principales espacios escénicos cerrados. Después hubo más (Ver mi artículo Muchos cines y algunos gratis, en Granada Hoy, 2007).

El Olympia iniciaba las obras en abril de 1919. En noviembre de 1920 abría sus puertas financiado por la Sociedad Constructora Olympia, proyectado por el entonces arquitecto de moda Matías Fernández Fígares, con la colaboración del escultor y profesor de Artes y Oficios Manuel Garnelo. Tenía experiencia don Matías; el año anterior y también en la Gran Vía levantó el Banco Matritense agrupando en la fachada cariátides griegas y columnas corintias. Se buscó para el Olympia un céntrico solar de casa de vecinos de las muchas que se tiraron. El Teatro tenía siete puertas, unas a la Gran Vía, otras a la calle Lecheros y otras a los mercados; se facilitaba así el acceso y la evacuación.

M. F. Figares y M. Garnelo, arquitecto y escultor del Olympia. M. F. Figares y  M. Garnelo, arquitecto y escultor del Olympia.

M. F. Figares y M. Garnelo, arquitecto y escultor del Olympia. / G. H.

Lo más llamativo del nuevo teatro empezaba en la fachada que quería hacer honor al nombre de Olympia, en cuyo templo de Zeus se inspiró Garnelo para las esculturas del frontón a imitación de la Grecia clásica, con las alegorías del Tiempo y la Historia, la figura de Apolo en el centro entre las musas, Talía de la comedia y Euterpe de la música, a las que siguen las demás. Estaba de moda el estilo historicista. Frente al neogriego del Olympia ya se había levantado el neogótico de la iglesia del Sagrado Corazón. La descripción del edificio que nos deja la prensa es bastante precisa. Se accede a la sala superior por una amplia escalinata de mármol (yo de niño he corrido por ella buscando mejor asiento al no ser numeradas las entradas, cuando fue Cine desde 1950).

El interior se adornaba con muros estucados, cornisa jónica sostenida por pilastras doradas y grupos de cariátides con escenas de las Artes. En el centro se abría una gran claraboya de la que pendía una lujosa lámpara con franja dorada reproduciendo escenas de los juegos olímpicos. La decoración se completaba con quimeras de las que pendían cadenas con globos luminosos bajo una crestería de palmetas doradas. La iluminación corrió a cargo de la casa de lámparas Ruiz Pozo. Si se hubiera conservado hoy el Teatro Olympia hasta podría ser un visitable centro de interés turístico.

Fachada del Olympia Fachada del Olympia

Fachada del Olympia / G. H.

Los palcos se situaban tras una balaustrada con pasamanos de terciopelo rojo, el mismo material del gran cortinaje con el que se cerraba el escenario. El patio de butacas fue diseñado con asientos en hileras curvas para mejor visibilidad del escenario. Un hermoso escenario flanqueado por cariátides, apto para todo tipo de espectáculos, con el foso para orquestas y una habitación aneja para los músicos y en la que se hallaba el archivo musical. Además de unos lujosos camerinos dotados de aseos y agua corriente.

En la entrada se instaló una cafetería, en la galería de los palcos un coqueto tocador de señoras y una enfermería con botiquín de primeros auxilios. Contaba incluso con instalación de un servicio de extintores Minimax contra incendios. En la inauguración, a la que asistieron las autoridades y granadinos de fuste (se ofrecía opíparo lunch), el sexteto Olympia interpretó obras de Albéniz, Granados, Haydn y Massenet. Eso fue hace 100 años. Lo que pasó en la década de los 70 con el edificio del Olympia… Lo contamos otro día. Pero no es muy agradable, salvo para algunos especuladores y sus descendientes a los que ya no les faltará pan para sus dientes.

Se inaugura el Olympia Se inaugura el Olympia

Se inaugura el Olympia / G. H.

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