La Universidad de Granada (UGR) apuesta por minimizar los daños colaterales que tendrá la previsible salida del Reino Unido de la Unión Europea. El Brexit, y su incidencia en los programas de movilidad y en la ciencia, ha obligado a las universidades, no sólo la de Granada, a poner en marcha planes alternativos para mantener los vínculos académicos y de investigación con el Reino Unido.En el caso de la UGR, su rectora y candidata a la reelección, Pilar Aranda, explica que “vamos a tener relaciones bilaterales” con las universidades inglesas.

La propia Comisión Europea tiene claro –y así lo señala en el portal dedicado a Erasmus+, el programa estrella de internacionalización– que “cualquiera que sea el resultado de las negociaciones en curso entre la UE y el Reino Unido, se espera que el Brexit dé lugar a numerosos cambios en el programa” de movilidad. También se señala que el reconocimiento de créditos o estudios no depende del programa, sino de las instituciones académicas. En ese sentido, la rectora apuesta por acuerdos bilaterales.

El tema económico también está sobre la mesa. La Comisión Europea recuerda que existe un reglamento –firmado el pasado mes de marzo– que garantiza que quien haya iniciado una movilidad Erasmus no verá interrumpido su programa de estudios el día que el Reino Unido salga de la UE. Esta medida se aplicará hasta el momento en el que hayan finalizado todas las actividades de movilidad educativa “que hayan comenzado antes de que el Reino Unido abandone la Unión Europea, teniendo en cuenta que estas actividades de movilidad pueden tener una duración máxima de 12 meses”.

Una vez que llegue el día del Brexit, está sobre la mesa la cuestión financiera. Los programas de movilidad cuentan con financiación de la UE. Si el Reino Unido deja de pertenecer al club de países europeos, “el coste de los programas de máster podría pasar de 9.000 a 30.000 libras en caso de que se produjera una salida sin acuerdo”. Así se expuso el pasado mes de marzo en la jornada El Brexit y las universidades españolas, organizadas por la Conferencia de Rectores (CRUE). En esas jornadas también se reconoció la dificultad de tomar decisiones en un terreno tan pantanoso como el del Brexit, en el que la incógnita sobre cómo y cuándo se mantiene.

En el caso de la UGR, Aranda señaló que “trataremos de ver la financiación posible” para que los estudiantes o docentes que quieran hacer una estancia en una universidad de l Reino Unido puedan contar con una ayuda de movilidad. Aranda también aseveró que “no podemos mirar a otro lado”, por el mismo carácter de “universalidad” que tienen las instituciones académicas de educación superior. También cabe destacar el peso de las universidades y centros de investigación ingleses. Su sistema educativo es “el más potente del mundo junto al norteamericano”, según se señaló en las jornadas de la CRUE.

La posición de la Universidad de Granada con respecto al Brexit también se recoge en el programa electoral con el que Pilar Aranda concurre a las elecciones del próximo 8 de mayo.En el apartado dedicado a la internacionalización se indica que los planes de la UGR pasan “en lo inmediato” por “velar por que la situación que se produzca tras el Brexit no perjudique las múltiples relaciones con las Universidades británicas”. También se señala que se tomarán medidas –cuando llegue el día de que el Reino Unido deje de pertenecer a la Unión Europea– para que “el impacto negativo sea el menor posible sobre el estudiantado y el profesorado implicado”.

La UGR mantiene acuerdos en la actualidad con 58 universidades del Reino Unido, entre ellas las prestigiosas Durham, la University College London o la Universidad de Edimburgo.

Además de las relaciones con las instituciones del Reino Unido, la internacionalización tiene un notable peso en la UGR: 14.110 de los 62.182 egresados de los tres ciclos entre el año 2011 y 2016 han participado en los diversos programas de movilidad institucionales existentes, lo que supone un 22,69%, indica la última edición de la Estrategia de Internacionalización.