"Soy corredor de maratones. De maratones, pero de los de verdad”. José Manuel Jiménez Arenas habla de su experiencia atlética sobre los 42,5 kilómetros, y lo hace al hilo de su trabajo como investigador. Sabe lo que es ponerse las zapatillas para entrenar durante meses y que luego, el día de la carrera, las cosas no salgan. O sí. Y sabe que Orce hay trabajo para muchos años y que todo lo hecho es mucho más que un entreno. Se han creado equipos, moldeado metodologías y diseñado herramientas para abordar una cuestión clave para la ciencia: Cómo hemos llegado hasta aquí.

No habrá campaña de excavación este verano en Orce. El proyecto general de intervención en la zona, una de las de mayor interés mundial en paleontología, ha finalizado tras cuatro años y debe renovarse mediante un proceso público. El equipo de la Universidad de Granada (UGR) encargado de los estudios en este periodo ha acelerado los trabajos en estos meses con el fin de que la Junta pueda volver a licitar el proyecto lo antes posible y se pueda regresar en verano de 2022. Así lo explica Juan Manuel Jiménez Arenas, profesor del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada y director de ProyectOrce. Tras finalizar cada uno de los cuatro ejercicios se ha entregado un informe –denominada memoria definitiva–, y al concluirse el periodo de cuatro años se debe remitir a la Junta una memoria final. Es requisito para que la Administración licite de nuevo los trabajos la entrega de ese documento, tarea en la que ahora está inmerso el grupo de la UGR con el fin de acortar plazos.

“En estos cuatro años hemos cumplido, los resultados han sido estupendos”, resume Jiménez Arenas, que señala el valor de la investigación que se ha desarrollado en Orce. “Hemos consolidado un equipo de alto nivel liderado por la UGR” y que ha contado con el apoyo de la Junta, reseña el investigador, que destaca que en este último periodo de trabajos se han abordado aspectos novedosos “que no se habían planteado en los anteriores proyectos, que también han sido muy buenos”.

El valor del yacimiento es innegable. En Orce, concretamente en Barranco León, se ha hallado el resto humano más antiguo del continente europeo, de 1,4 millones de años, y útiles en piedra tallada que presentan una fabricación avanzada con respecto a los hallazgos en yacimientos de esa época. Esto permite establecer de que los humanos de Orce poseían la capacidad de elaborar mapas mentales complejos. Estas singularidades han permitido a los investigadores hablar de este yacimiento como del Silicon Valley de la Prehistoria.

En estos años se han redactado doce artículos científicos, publicados prácticamente todos en revistas top, las de máximo impacto. Se ha tejido un equipo interdisciplinar, en el que de manera “integral” se trabaja sobre el terreno y también en el laboratorio. “Hemos aplicado la inteligencia artificial para resolver determinados problemas que nos han surgido”, explica Jiménez Arenas desde el otro lado del teléfono. Ese sumar herramientas es para el investigador una de las claves del proyecto, que espera continuar cuando se licite de nuevo.

“Vamos a una investigación de más detalle, que también tiene resultados”, arguye el profesor, que también determina que “la ventaja de trabajar en equipo es que los resultados cuadran”.El proyecto investigador, prosigue Jiménez Arenas, tiene cuatro líneas –formación, interdisciplinariedad, internacionalización y difusión– y “hemos cumplido con creces”. Pero esto no se queda aquí. “Ya estamos desarrollando ideas” para aplicar a partir de 2022 si el grupo de la UGR resulta el designado para continuar en Orce.Este verano sí se harán jornadas formativas relacionadas con el Geoparque y en colaboración con el Ayuntamiento de Orce. En este sentido, Jiménez Arenas subraya el “compromiso de la Universidad de Granada” con la provincia y con el norte, que sufre “la despoblación”. Con respecto a la Junta, el investigador expresa que “confiamos en que se renueve la apuesta”.