La UGR revisará las horas reales de clase que imparten sus profesores
La Universidad considera necesario limitar las reducciones de horario que disfrutan muchos docentes por el desempeño de otras tareas o la edad Se estima que pueden ser 70.000 horas
La Universidad de Granada va a abordar uno de los temas más controvertidos dentro de la institución, con un estudio sobre las cargas docentes reales que asume cada profesor actualmente. La revisión va encaminada a aliviar las grandes desigualdades que hay entre unos y otros.
Pocos días antes de que finalizara el mandato del rector Francisco González Lodeiro, la UGR hizo públicas por primera vez en muchos años las tablas de carga docente que tienen que asumir los profesores en función del área de conocimiento o el departamento en el que trabajan. El documento constató una criticada situación de grandes desigualdades, hasta el punto de que unos docentes pueden impartir 4 horas semanales, mientras que otros superan la decena.
El personal docente e investigador de la UGR, a través de su Junta de Personal ha reiterado a la nueva rectora, Pilar Aranda, su petición de que ningún profesor de la institución sobrepase los 24 créditos anuales (240 horas). El Gobierno aprobó una reforma legal en 2012 que establecía la posibilidad de que los docentes alcanzaran las 320 horas de clase al año, una medida que provoca gran irritación entre el profesorado. Además, algunos rozan ese límite legal, que consideran una sobrecarga, mientras que otros tienen una carga docente incluso inferior a las 160 horas, que es la mitad de trabajo.
Habitualmente esas diferencias de carga en el horario de clases que tienen que asumir dependen de su actividad investigadora, pues la normativa premia a los más investigadores con menor obligación en sus horas de clase. Pero no todas las desigualdades se deben a esto, pues en la información que hizo pública la UGR se pone de manifiesto que las cargas docentes reales dependen del departamento al que pertenezca cada profesor, dado que hay ámbitos que tienen más asignaturas que impartir y más alumnos que otros, donde hay menos trabajo.
Y además están las reducciones docentes. El Plan de Ordenación Docente de la UGR reconoce el derecho de algunos docentes a quitarse horas de clase para el desempeño de otras tareas que también son importantes para el funcionamiento de la Universidad, como la gestión o la representación sindical.
Pero ese abanico de tareas que conlleva una compensación es muy amplio. También se reducen horas de clase los que dirigen tesis doctorales, los que llevan investigaciones, los que suscriben contratos de transferencia de conocimiento, los que coordinan programas de movilidad, los que tutorizan prácticas en empresas, los dedicados a creación artística o los que tienen más de 60 años. En cada caso las reducciones pueden oscilar entre las 10 horas hasta las 120 horas anuales.
No obstante, el Plan establece que estas deducciones se aplicarán "en función de las disponibilidades presupuestarias", pues buena parte de estas compensaciones no pueden dar lugar a un "incremento de la plantilla ordinaria del profesorado". Es decir, que a la hora de valorar si hay que hacer nuevas contrataciones no se tendrán en cuenta esas horas de reducción, salvo las de los que tienen responsabilidades de gestión, sindicales y de investigación, o tienen una edad avanzada.
La estimación del número de horas que se reducen los docentes de la UGR actualmente es de 70.000 (7.000 créditos). La propia rectora comunicó a los representantes de la Junta de Personal Docente, en una reciente reunión, que esas deducciones son muy numerosas y que por eso es necesario revisarlas. Una merma de esas reducciones podría hacer que se aliviara la carga de otros docentes que tienen que asumir más de 240 horas de clase.
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