Últimas tardes con Torres Vela

La exclusión de la lista de senadores en representación de Andalucía, para lo que contaba con promesa de alto nivel, y la oferta en enero a Domech, que gravitaba sobre el grupo, desembocan en el abandono

Torres Vela, en primer término, junto a Francisco Álvarez de la Chica y Manuel Chaves.
Torres Vela, en primer término, junto a Francisco Álvarez de la Chica y Manuel Chaves.
Ramón Ramos

29 de mayo 2008 - 01:00

"Me han enseñado la puerta de salida..." Significados representantes del socialismo granadino han escuchado esta frase en boca de Javier Torres Vela, el digno portavoz socialista en el Ayuntamiento de Granada, hace un año candidato del PSOE a la Alcaldía de la ciudad.

La frase tiene un momento y un contexto. No va más allá de un mes y se pronuncia a raíz de la designación de los senadores en representación de la comunidad autónoma, entre los que Javier Torres Vela creía tener puesto, por decisión de máximo nivel en el socialismo andaluz: Manuel Chaves. La exclusión vino a sumarse a una serie de acontecimientos correlativos hasta desembocar este lunes pasado.

Hacia las siete de la tarde. Escenario, la sede provincial del PSOE, en Torre de la Pólvora. Javier Torres Vela, recién llegado de Madrid, adonde había volado de madrugada y vuelto ese mismo día con el tiempo justo para pasar por casa, comunicaba a unos estupefactos Francisco Álvarez de la Chica y Ángel Gallego su renuncia a la vida política, por la que ha transitado en cargos orgánicos e institucionales durante más de 30 años.

La secuencia que siguió a continuación se enmarca en los intentos, vanos, por disuadir a una de las figuras más representativas del socialismo granadino. Depositarios del secreto, los secretarios provincial y local se dieron un día de plazo. En la anochecida del lunes, ambos sabían que Torres Vela había convocado a la prensa para mediodía del miércoles. Esperaban con esperanza que habría alguna forma de dar marcha atrás durante las 24 horas siguientes. Tal vez, disuadiendo de su marcha a Sevilla a López Domech, el hombre de confianza de una candidatura diseñada para 'gobernar' y no para soportar cuatro años en la oposición.

A vuelta de Navidad, Torres Vela ya conocía la 'oferta' recibida por Domech, tan pronto como supo que, en aras de la 'paridad', si el PSOE volvía a ganar las elecciones autonómicas -como ocurrió-, la presidencia del Parlamento andaluz recaería en Fuensanta Coves. Que ya por esos días se había apresurado a ofrecer a su antiguo compañero en la Consejería y en la Universidad de Almería un cargo en su gabinete.

Pero el martes discurrió sin encontrar la fórmula, mientras la drástica decisión pasaba inadvertida a la militancia. Tanto, que la asamblea local, convocada para esa fecha desde días antes y que registró escasísima participación, transcurrió cansina y ausente del tema que apenas unas horas después iba a convulsionar la vida política provincial.

Ayer, antes de las 10, Torres Vela reunió al grupo municipal y comunicó su decisión. Los teléfonos, a partir de ese momento, echaron humo. "¿Cómo es posible?". La frase es ilustrativa de la sorpresa que reinó a partir de ese momento en el socialismo granadino porque fue escuchada en boca de Antonio Cruz, subdelegado del Gobierno pero, más que eso, emparentado con Torres Vela.

Cita final del desencuentro de los últimos tiempos. Torres Vela vino a Granada -¿empujado?, ¿semiempujado?- consciente de la difícil empresa de asaltar electoralmente la Alcaldía. Los resultados fueron aún más duros que la previsible derrota que auguraban las encuestas. Su compromiso de mantenerse al frente de la oposición no incluía la promesa de volver a ser candidato. En los doce meses y un día transcurridos pudo comprobar las estructuras de poder social que el PP dispone en Granada capital. A la vista de los resultados del 9-M en Granada, las críticas larvadas a la dirección provincial y -sobre todo- local del partido superaban ya la categoría del sotto voce. Pasado el 'calentón' y habladas las cosas con Gallego, el desencuentro parecía superado. Hasta que salieron designados los senadores...

"La hemos 'cagao' a lo grande..." Dijo ayer un significado socialista granadino. Y remató la frase: "Otra vez".

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