Antes de la exposición de la memoria de gestión de este extraño 2021, la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, informó a los claustrales convocados en la Facultad de Filosofía y Letras de que el tan reclamado modelo de financiación estaba en una situación de “impasse”. Recordó que ya se han aprobado las bases del modelo que permitirá crear un nuevo marco de reparto de los fondos entre las universidades públicas andaluzas, y que ahora se trabaja con los indicadores. En este punto, reconoció que “los datos son dinámicos”, pero que la UGR “saldría muy beneficiada” si se mantienen los parámetros que actualmente se barajan. Hasta ahora, el peso principal en el reparto ha sido el número de alumnos, lo que, según la UGR, ha llevado a Granada a ser “la peor financiada” desde 2007 aunque es la "la que damos mejores resultados”. Eso sí, Aranda reconoció que para que la UGR salga bien parada, otras universidades perderán. Ahora se abre un proceso de “negociación” con el resto de instituciones de educación superior, avanzó la rectora, que de nuevo explicó que la UGR está a un 90% de suficiencia financiera, y que consigue cubrir los gastos de los capítulos I y II (personal y mantenimiento) con los fondos que se obtienen de la investigación.

Sobre los presupuestos, Aranda apuntó que en la última reunión del Consejo Andaluz de Universidades con el consejero del ramo, Rogelio Velasco, “muy buena cara no le vi”. Granada reclama cinco millones más de cota de personal. Sobre la prórroga de las cuentas, aseguró que “esperamos que no haya recortes”.

Sobre otros aspectos dados a conocer a los claustrales, Aranda indicó que se ha reunido con el ministro de Universidades, Manuel Castells, para ver distintos aspectos de la LOSU. “El ministro me trasladó que la ley la aprueba el Parlamento” y que la normativa no se aprobará antes de febrero.

Protesta de los sindicatos.

En cuanto a la creación de universidades privadas en Andalucía, Aranda explicó que los rectores votaron que no a los informes presentados por dos entidades que quieren implantarse en Sevilla y Málaga, “pero va para el Parlamento”.

En cuanto a la memoria del claustro, reconoció que este 2021 fue un año “especialmente complicado y difícil” debido a la pandemia y a los distintos escenarios de docencia que ha tenido que desarrollar la Universidad. En cuanto a la financiación, “estamos en una situación complicada”. En cuanto al grado de cumplimiento del plan director, éste se cifró en un 76,49%.