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La "injusticia histórica" que enjuga la Universidad de Granada con sus últimas honoris causa

La "injusticia histórica" que enjuga la Universidad de Granada con sus últimas honoris causa

La "injusticia histórica" que enjuga la Universidad de Granada con sus últimas honoris causa / Antonio L. Juárez (Photographerssports)

Por segunda vez en la casi cinco veces centenaria de la Universidad de Granada (UGR) tres mujeres han sido nombradas honoris causa en el mismo acto, una cita con una significación especial. Fue la actual rectora, Pilar Aranda, -la primera mujer en asumir esta responsabilidad- la que promovió en 2016, poco después de llegar al Rectorado, que tres investigadoras fueran reconocidas con esta distinción. Así, 2017 fue el año en el que Susan Fiske, María Josefa Yzuel y Aziza Bennani escribieron un capítulo inédito para la historia de la UGR. Las tres fueron protagonistas del solemne acto celebrado en el Crucero del Hospital Real. Ahora, seis años después de aquello y con Aranda a punto de culminar su segundo y último mandato, otras tres mujeres, Pilar Roig, Saskia Sassen y Marina Pollán han sido investidas con el grado de honoris causa. Son, con estas últimas incorporaciones, quince las mujeres que han alcanzado esta distinción desde 1957. En este tiempo, por contra, han sido 112 los hombres nombrados honoris causa por la Universidad.

"Esta comunidad universitaria trata de reparar en cierta medida una injusticia histórica", afirmó Aranda antes del inicio del acto de investidura. Hasta 2015, año en el que fue elegida rectora, se contabilizaban cuatro mujeres honoris causa por la UGR. Ahora, ocho años después, son quince. "Poco a poco tratamos de que esa igualdad que defendemos sea una realidad", aseguró la máxima responsable de la institución. "No se puede tratar igual a lo que es desigual y hay que tratar de igualarlo adoptando medidas de discriminación, y en este caso se hace porque los currículum son tan buenos o mejores que los de algunos hombres", explicó sobre los nombramientos de las tres investigadoras.

La primera doctora honoris causa por la Universidad de Granada fue la arabista e historiadora Rachel Arié en 1988; para que hubiera una segunda hubo que esperar a 2010, cuando esta distinción recayó en la historiadora Mary Nash en 2010. 

Pilar Roig, catedrática e investigadora del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad Politécnica de Valencia e investigadora del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la UPV, fue amadrinada por Ana García Bueno. Roig agradeció el apoyo de su familia y en su discurso reflexionó sobre la investigación en el área patrimonial y la nueva Ley de Enseñanzas Artísticas Superiores, la labor del restaurador y tres ejemplos de actuaciones relevantes: la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia, la intervención en la parroquia de San Pedro Mártir y Nicolás de Bari también en Valencia y la Real Parroquia de los Santos Juanes.

Saskia Sassen, premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales en 2013, es una destacada investigadora en Ciencias Sociales por sus numerosas e importantes  contribuciones a la resolución de problemas sociales y de desigualdad mundial a nivel global. Comenzó su discurso con un deseo. "Quiero cantar". No llegó a hacerlo durante su discurso. Fue presentada por Rosa María Soriano.

Marina Pollán, cuya laudatio correspondió a la decana de Medicina, Aurora Valenzuela, es directora el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y el Ciber de Epidemiología y Salud Pública. Especialista en la lucha contra el cáncer, recordó su trayectoria desde sus tiempos de estudiante, cuando decidió cambiar sus estudios de Física por la Medicina -una decisión que conllevó una dura experiencia personal- o el papel de su madre, "una mujer alegre, curiosa, optimista, simpática y empática", en un momento, su juventud, en el que no tuvo mujeres referentes. "He tenido el privilegio de vivir una transformación en la forma de entender la epidemiología y de investigar las causas de enfermar", destacó en su intervención. "Nadie construye desde cero", aseveró, para explicar que "he tenido la suerte de ir abriendo camino a otras mujeres, más jóvenes, mejor preparadas, que espero puedan disponer de más y mejores medios".

Pilar Aranda, en el discurso que sirvió para cerrar la ceremonia que rinde tributo a estas investigadoras, agradeció a las tres nuevas honoris causa el representar "lo mejor que la Universidad puede y debe ofrecer a la sociedad", el rigor, el compromiso y la transmisión de "valores universales".

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