Granada

La Universidad de Granada lidera un grupo de trabajo internacional que estudia los incendios de sexta generación

  • Tratará de responder al porqué del aumento de la intensidad y frecuencia de fuegos como el de Sierra Bermeja, en Málaga

Fuego de Sierra Bermeja, en Málaga

Fuego de Sierra Bermeja, en Málaga / Antonio Paz (Efe)

La Universidad de Granada lidera una propuesta internacional que tratará de responder al aumento de la intensidad y frecuencia de los incendios forestales, los llamados fuegos de sexta generación, como el que se está produciendo en Sierra Bermeja (Málaga), y que están condicionados por el cambio climático.

Las propuestas, publicadas en la revista Environmental Research Letters, se basan en la elaboración de planes regionales de manejo de incendios a través de un proceso de toma de decisiones resumido en ocho puntos, de los cuales siete son independientes de la ocurrencia de un incendio en particular.

El primer paso consiste en identificar y "mapear" zonas donde se esté alterando la frecuencia e intensidad de los incendios o haya riesgo de dichas alteraciones, por ejemplo, por el aumento constatado de la temperatura y ciertos cambios de uso de suelo como el abandono del pastoreo.

El investigador del departamento de Ecología de la UGR y coordinador de este grupo, Alexandro B. Leverkus, ha apuntado que en los ecosistemas con buen estado de conservación hay que favorecerse el régimen natural de incendios.

Sin embargo, para los que están fuertemente alterados propone favorecer la abundancia de especies nativas, que son según Leverkus las mejor adaptadas al régimen local de incendios, en particular las plantas rebrotadoras en áreas donde los incendios son frecuentes.

En aquellos sitios donde se percibe o prevé una alteración en el régimen de incendios, los expertos recomiendan dos evaluaciones adicionales. Una servirá para analizar si existen especies en riesgo de conservación si se produce un incendio, lo que conllevaría crear espacios protegidos y corredores ecológicos. La segunda evaluación adicional estudiaría si esa alteración del ecosistema es evitable para, en ese caso, aumentar la resistencia a los incendios favoreciendo la biodiversidad, la creación de barreras de combustible y el aumento de la diversidad del paisaje.

Este trabajo también expone qué hacer tras un incendio para favorecer la regeneración natural y la biodiversidad asociada a la madera muerta y a los estadíos tempranos de la regeneración. "En ecosistemas con escasa capacidad de regeneración natural, los incendios pueden suponer una oportunidad para restaurar comunidades más diversas y resilientes que las que había antes", ha añadido el investigador en un comunicado.

Finalmente, el equipo internacional ha apostado por aumentar la divulgación y la diversidad del paisaje y evitar acciones desesperadas como la tala extensiva de bosques incendiados.

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