Granada

Universidad, en el aula y en la ciudad

  • La UGR activa su papel de universidad ciudadana, recoge el guante en lo social y pide más fondos

"Ganas de volver no nos faltan". Mikael Rodríguez Chala lo dijo, clarito y sin adornos, en la entrega de los Premios Extraordinarios de Doctorado el pasado 14 de diciembre. El acto, presidido por la rectora, Pilar Aranda, sirvió para reconocer el gran talento que se ha formado en la Universidad de Granada y que, en una proporción notable, ha tenido que hacer la maleta. Al Reino Unido o a Cuba. A China o a Alemania. Rodríguez Chala, ahora en la prestigiosísima Universidad de Durham, quiere volver. De hecho, ha solicitado trabajar en la UGR gracias al programa Athenea 3I, la iniciativa puesta en marcha por el Vicerrectorado de Investigación de la UGR para atraer talento. En la resolución final de la última convocatoria este granadino, prometedora figura de la Física Teórica, ha quedado como suplente.

La ciencia que se hace en Granada tiene uno de sus puntales en los centros universitarios. Allí se ve "esperanzadora", en palabras del vicerrector Enrique Herrera, la llegada del nuevo ministro de Ciencia, Pedro Duque, aunque el tiempo es limitado y los presupuestos, también. Las cuentas son uno de los principales retos que afronta la Universidad. En concreto, asegurarse una financiación suficiente es uno de los objetivos. Para lograrlo, en este año -como en el anterior- se ha trabajado en una doble vía. Por un lado, se ha exigido a las Administraciones -tanto autonómica como central- que cumplan, se ha planteado la urgencia de que se ponga en marcha un nuevo sistema de financiación en Andalucía. La Junta pagó buena parte de su deuda -que llegó a la astronómica cifra de 165 millones de euros- y sacó de la asfixia a una institución casi cinco veces centenaria a la que, incluso, "nos cortaron la luz". Lo reconoció recientemente el propio Herrera. Pese a la delicada situación de hace apenas tres años, la Universidad de Granada ha conseguido cerrar sus cuentas del pasado 2017 con un déficit de 4,18 millones, la mitad que en 2016 (8,06). Todavía queda por cerrar el modelo de financiación. "Aunque no ha sido aprobado aún sí ha supuesto un incremento de la financiación para la UGR, si bien aún resulta insuficiente para la institución universitaria que sigue exigiendo la suficiencia financiera por parte de la Junta de Andalucía", indicó la institución académica tras el paso por Consejo Social de sus cuentas, hace unos días.

Se han ideado líneas estratégicas para asegurar los fondos a la investigación

La otra vía de financiación está fuera, fundamentalmente Europa. La necesidad de ser brillantes para competir en ese terreno de juego es lo que ha movilizado al Vicerrectorado para poner en marcha el programa Athenea y potenciar sus unidades de excelencia, un trabajo que se ha mantenido en los últimos meses y que, se confía, dará sus frutos. Se trata de una tarea en la que "no sólo" han sido importantes los discursos, también los "instrumentos" para facilitar el trabajo de los investigadores, indicó el vicerrector. Se ha dotado de más personal a la oficina de proyectos internacionales, el 'puente' entre la UGR y Europa. En el horizonte, se trata de articular las herramientas necesarias para que los científicos granadinos puedan optar a las convocatorias de la European Reseach Council (ERC). "Es estratégico", indicó recientemente Herrera. "Necesitamos incrementar nuestra presencia en Europa". Una de las medidas ha sido 'liberar' a los investigadores de la parte docente. Ya se han concedido cinco de estas licencias.

A nivel nacional, desde la UGR se ha hecho patente la necesidad de entrar a formar parte del selecto club de unidades María de Maeztu, un sello que permite una financiación notable y acceder a convocatorias restringidas. Las decisiones tomadas desde el Ministerio en la anterior convocatoria dejaron sin opciones a Granada -sólo podían presentarse las unidades constituidas antes de 2015- y sirvieron para lanzar una evidente pulla al Ministerio y a los criterios de los evaluadores. Fue por boca del entonces consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, hoy titular de Hacienda.

Más allá de los agravios, de las quejas y de las reclamaciones, la ciencia en la UGR avanza. Lo hace pese a desenvolverse en un entorno hostil, en el que la nueva Ley de Contratos Públicos es la guinda, según la queja de los docentes e investigadores. La UGR se mantiene en posiciones destacadas en los diferentes rankings internacionales. El de Shanghai, el más prestigioso -la próxima edición se dará a conocer en agosto-, la sitúa entre las 300 mejores del mundo. El número de trabajos altamente citados ha crecido desde los 13 de 2007 a los 37 de 2016, según los datos de la memoria académica. Los proyectos que han obtenido financiación en el Plan Nacional Retos y Excelencia traerán a Granada más de 8 millones de euros. Y, con las líneas trazadas desde la UGR, se pretende más. "No nos gustan los rankings, menos cuando nos va bien. Entonces nos encantan", ha manifestado en alguna ocasión la rectora.

Una de las herramientas que ha sostenido la investigación ha sido el plan propio, dotado este ejercicio con 3,2 millones de euros. De esta cantidad, 1,5 millones se destinan a la captación de talento, investigadores capaces de tirar del carro para conseguir fondos en convocatorias competitivas.

De los departamentos a las aulas, la Universidad de Granada concentra buena parte de su comunidad en el estudiantado -formado en buena medida por estudiantes de grado, unos 46.000-, que este año ha asumido el nuevo calendario académico y los necesarios ajustes con críticas en las redes sociales y poco más. Mientras que en el curso anterior Aranda tuvo que lidiar con el encierro en la Facultad de Ciencias y la irrupción de un grupo de alumnos en el consejo de gobierno en el que se aprobó el modelo de calendario, este año ha sido el de la asunción de un cambio al que le quedan bastantes flecos por cortar. En los dobles grados se ha tenido que llegar a acuerdos entre los decanatos para ajustar docencia y realización de exámenes gracias a que cada centro -en una decisión salomónica- ha podido elegir su modelo de calendario entre semestres abiertos o cerrados. Como consecuencia de la aplicación de este cambio, las clases comenzarán el próximo mes de septiembre el día 12, antes incluso que en los institutos. Será así para todos los cursos salvo primero en aquellas titulaciones con plazas libres, que deberán esperar a que se realice la Selectividad de septiembre (precisamente comenzará el día 11) y a que se tramite las matrículas de los de la convocatoria extraordinaria. Es una de las consecuencias del hecho de que la Universidad haya decidido adelantar el calendario y que las enseñanzas medias mantengan el anterior modelo. El cambio, pedido por la UGR, ni siquiera se ha planteado en la Consejería de Educación. Desde la Delegación General de Estudiantes se espera a valorar los resultados académicos de este año para reabrir el debate sobre el calendario.

Los alumnos han sido el eje de buena parte de la política universitaria. Recientemente se han modificado las normas de permanencia, tal y como pidió el Defensor Universitario, se ha ajustado el plan propio de becas. Se ha dado respuesta a reclamaciones como el hecho de que los estudiantes transexuales puedan hacer uso de su nombre real, no el asignado, se han articulado medidas de inclusión -como la reciente graduación de 19 jóvenes participantes en el I Diploma de Formación en Inclusión Social y Laboral de Jóvenes con Discapacidad Intelectual- y para facilitar su paso por la Universidad de los estudiantes con necesidades educativas, como el programa Tránsito.

Son respuestas desde la Universidad a demandas sociales, en las que el avance científico o técnico tiene que de ir de la mano de políticas de inclusión. También se ha abordado otro tipo de reclamaciones, las laborales, con la progresiva recuperación de derechos perdidos durante la crisis, según se ha defendido desde el Rectorado en los dos últimos años. Se contratarán más docentes -236 para el próximo curso, según se aprobó recientemente en consejo de gobierno- tras superar la limitación extrema en la contratación que impuso la tasa de reposición (ahora está en el 100% tras haberse impuesto un 10%), queda pendiente la cuestión de los interinos. Los profesores ayudantes doctor (PAD) y contratados doctores interinos (PCDI) mantienen una huelga indefinida desde el pasado 4 de junio para exigir su promoción automática.

Otras reclamaciones en el terreno de la docencia tienen que ver con la falta de profesores asociados, algo que reclaman centros del peso de la Facultad de Derecho. También debe cerrarse la nueva relación de puestos de trabajo (RPT) del personal de administración y servicios (PAS).

Se trata de cuestiones internas de una institución que, en palabras de Aranda, es también una Universidad ciudadana. Como tal, la Extensión Universitaria -la tercera pata, junto con la investigación y la docencia- se ha situado como otro de los elementos que ha dado forma a la gestión universitaria en los últimos meses. El ingente patrimonio universitario se ha mostrado, exhibido, como parte del patrimonio de Granada. El Hospital Real ha alojado muestras como la dedicada a Cartuja (la tercera colina) o a sus tesoros bibliográficos. Se ha avanzado en la recuperación del Albercón, un espacio singular que se quiere enhebrar con la vida universitaria y granadina. Se ha dado vida a la sala de exposiciones del PTS, un nuevo foco de atención artística de una institución que tiene a gala gestionar cuatro Bienes de Interés Cultural, el Alfar Romano, la Sala Máxima, el Hospital Real y la Madraza, además de elementos singulares como Derecho -con los andamios recién retirados- o Traducción, donde continúan los trabajos para renovar las cubiertas. En otro de los edificios más reconocidos y reconocibles de la UGR, el Espacio V Centenario, el área de reserva mantiene un trabajo tan silencioso como minucioso. Se restauran, conservan y catalogan esas piezas, testigos de la vida universitaria, de ahora son líneas en una historia casi cinco veces centenaria.

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