Veinte años cuidando a los que ladran

En 1994 un grupo de jóvenes preocupados por el abandono animal decidió crear en Granada la Asociación de Amigos de los Animales. Por aquel entonces apenas sumaban los cuatro o cinco voluntarios y sus tareas se centraban en la recogida y cuidado de perros y gatos abandonados en un cortijo situado en Gójar. Desde aquel entonces hasta hoy, esta asociación no solo ha crecido en tamaño sino también en trabajo. Ya no solo se trata de recoger a aquellas mascotas que han sido abandonadas tras un capricho momentáneo por parte de sus dueños. También hay que concienciar a la gente para que no adquieran o adopten un animal que no puedan mantener como mínimo, para siempre. Y en eso están.

"El objetivo a la hora de crear esta asociación fue sacar los animales de la calle. Antes había más que ahora. Se ha conseguido una mayor concienciación aunque queda muchísimo por trabajar", explica en este sentido Natan Blanco, presidente de la asociación. Por eso, además de cuidar de los animales en un amplio recinto situado en Albolote, los voluntarios ofrecen charlas en colegios y celebran eventos con el objeto de concienciar. De esta forma se intenta que padres e hijos no vean a las mascotas como un simple animal de compañía sino como una responsabilidad.

Ahora mismo en la asociación hay más de 150 perros. Blanco afirma que la mayoría han sido abandonados en la puerta del recinto aunque también hay muchos que ellos mismos han recogido de la calle. Su misión es encontrar familias que deseen compartir sus vidas con estos animales por lo que cada día actualizan su página web, así como el Facebook, con el objetivo de buscar un adoptante o, como mínimo, una persona que acoja al animal por unos días mientras se busca al que será su dueño. Lo bonito de esta asociación con respecto a otro tipo de organizaciones es que aquí todos los animales tienen, en la medida de lo posible, un final feliz. Según detalla Blanco, la Asociación de Amigos de los Animales no sacrifica y "si un perro no tiene la suerte de encontrar una familia, se queda con nosotros hasta el fin de sus días".

Todo, con una vida relativamente feliz teniendo en cuenta la alegría y el cariño con el que los más de 50 voluntarios que trabajan en la asociación tratan a estos animales. Eso sí, sin olvidar que lo mejor es encontrar una familia que les ofrezca un hogar.

Sobre las dificultades que atraviesan este tipo de asociaciones, Blanco explica que sería todo más fácil si consiguieran más socios o voluntarios, pues crecería en trabajo mucho más. No obstante, se muestra satisfecho con el trabajo realizado, donde otra de las prioridades consiste en castrar a los animales que son adoptados para que no den lugar a "camadas descontroladas". Precisamente ésta es una de las recomendaciones más comunes de estas organizaciones, pues es mejor una solución a tiempo que verse con cuatro cachorrillos y no saber qué hacer con ellos.

Para ello cuentan con la colaboración de algunos veterinarios que se prestan a realizar las intervenciones a un precio más económico. Sobre las adopciones, Blanco explica que la mayoría se realizan desde Alemania, pues son muchas las familias alemanas que se interesan por estos animalitos sin hogar. Después de establecer un contacto, la asociación se encarga del envío también a través de voluntarios. En el lado opuesto, Blanco relata que son pocas las familias españolas que se decantan por los animales de la asociación, aunque también las hay. Al parecer existe todavía esa preferencia por los animales de raza que deja a otros muchos, dispuestos a dar el mismo cariño, a la deriva. Una situación que esta asociación que cumple ahora veinte años intenta solventar.