El día 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, en el que se recuerda a los seres queridos fallecidos. Durante mucho tiempo, en España los difuntos fueron velados entre las paredes de sus propias casas, rodeados de la familia de una forma quizás, más cercana a la que estamos acostumbrados ahora que predominan los velatorios en tanatorios.

La práctica doméstica ha perdido gran parte del peso que tuvo en la sociedad española, tal y como han asegurado a este periódico desde Emucesa, la empresa funeraria municipal que se encarga de gestionar el Cementerio de San José de Granada, tanto el gerente, José María Toledano, como la jefa de coordinación y cementerio, Maribel Martín. La tradición ha cambiado y lo habitual es ya desplazarse a estos lugares habilitados para el duelo. Pero, ¿sería legal hacer un velatorio doméstico a día de hoy?

Los velatorios domésticos estuvieron prohibidos durante el estado de alarma de la pandemia de Covid-19 en 2020 y en algunos momentos de 2021, al igual que aquellos que iban a realizarse en tanatorios. Sin embargo, no existe en España una ley que los impida y es una práctica que se sigue manteniendo en zonas por tradición o por ser lugares en los que no hay tanatorios cerca, por ejemplo en los municipios más pequeños.

Aunque hay algunas cosas a tener en cuenta antes de llevar uno a cabo, como por ejemplo, sí es obligatorio seguir los trámites requeridos ante un fallecimiento, como conseguir el certificado de defunción, y contratar los servicios de una empresa funeraria para el transporte del difunto hasta el lugar de entierro o incineración. Y, al igual que ocurre si se decide tener un velatorio en un tanatorio o no tener ninguno, es necesario recordar que ha de pasar al menos un día entero entre la muerte del ser querido y su entierro o incineración.

Sin embargo, esta es una práctica que se ha ido perdiendo desde la creación de tanatorios en el territorio nacional. El primero fue inaugurado en 1968 en Barcelona y marcó un antes y un después en la cultura funeraria española, creando un espacio especialmente dedicado para estos eventos.

No solo la llegada de los tanatorios supone el declive en la popularidad de los velatorios domésticos, sino que esta situación también ha podido ser favorecida por un cambio en la percepción de la muerte a nivel social en España. En un texto publicado en la revista 'Meditaciones' en torno a la devoción popular, el autor Joaquín Zambrano González de la Universidad de Granada (UGR) señalaba el cambio social de la percepción de la muerte en la cultura popular española, que ha hecho de la muerte algo a rehuir más que algo con lo que se convive en el día a día.

Independientemente de cuáles son los motivos por los que esta tradición ha dejado de practicarse de forma generalizada, sí es posible realizarla si son los deseos de la persona fallecida o de su familia.