Entrevista

"Vi pronto que Lorca Dalí o Buñuel serían muy célebres"

  • Entrevista concedida por Pepín Bello a Granada Hoy con motivo de su centenario, el 15 de mayo de 2004.

A través del teléfono, la voz de José Bello Lasierra (Huesca, 1904) –que ayer celebró su centenario en Madrid en compañía de sus familiares más cercanos–,suena fuerte y rotunda, todo lo contrario de lo que uno podría esperarde una persona de su edad.

“Me encuentro bien y estoy satisfecho de la vida que he tenido. A los cien años, ¡que va a decir uno!”,afirma. Por unos minutos, José Bello acepta convertirse en Pepín y

relatar, una vez más, algunos de sus recuerdos de la Residencia de Estudiantes.

–¿Cómo era el Lorca que usted conoció en laResidencia?

–Lorca es irrepetible. Era muy brillante y siempremuy cordial. Yo lo admiraba mucho, a él y a Dalí y a Buñuel, porque vi que todos iban a ser célebres. Lo presentí porque se les veía una gran genialidad.

–¿Qué contaba Lorca de Granada en la Residencia?

–Contaba muchas mentiras que él inventaba, mentiras bellísimas que sabía que nadie se creería, pero que a todos les gustaba escuchar. Él recordaba Granada con agrado aunque también le gustabamucho estar en Madrid en la Residencia. Donde no se encontraba bien es en el extranjero, no le tiraba.

–¿Qué sintió cuando supo que mataron a Lorca?

–Sentí que estaba rodeado de muerte, porque yo estaba en Madrid, donde mataron a un hermano mío, otro estaba detenido, no sabía donde estaban mi padres... Yo mismo estuve detenido.

–Dalí era tan tímido y retraído como lo pintan?

–Sí, era muy tímido. Era desconocedor completamente de aspectos normales de la vida cotidiana, como sacar un billete de tranvía o de teatro, o leer la hora del reloj. En muchos aspectos era un completo ignorante. No sabía incluso que su padre se había casado con su tía.

–Alberti no vivía en la Residencia pero la frecuentaba. ¿Que recuerdos tiene de él?

–Venía a diario. Él me hizo un soneto magnífico que le recité como si lo hubiera hecho yo a una novia mía que tuve entonces, Araceli Durán, y quedé muy bien con ella. Le pedí que me hiciera la poesía a mediodía y después de comer ya la había hecho. Alberti es el último amigo cercano que se ha muerto. Tuve bastante relación con él cuando regresó del exilio. Fui a verle varias veces a Cádiz. Tuve con él una amistad fraternal.

–¿Por qué decidió romper sus memorias, que ya había escrito?

–Porque no me gustaron. A veces me pido más de lo que puedo dar. Estuve dudando un tiempo... Pensé en corregirlas y al final las acabé rompiendo. Ya no lo pienso

intentar más. –Se dice que hay muchas ideas de Buñuel, Dali o Lorca que son suyas...

–Sí, algunas cosas sí. Poéticamente nada, pero en algunas películas que se hicieron yo intervine. Pero no me importa que se apropiaran de mis ideas. En El perro andaluz hay algunas escenas principales, como el burro encima del piano y los curas arrastrando.

–¿Es cierto que usted aleccionó a Lorca para que escribiera algo grande sobre Ignacio Sánchez Mejías?

–No, fue él quien lo hizo. Ignacio era un amigo fraternal de los dos. No me dijo lo que estaba escribiendo hasta que me lo leyó. En mi opinión, el Llanto es la mejor pieza lírica del siglo, a la altura de las Coplas de Jorge Manrique. Como pieza suelta es lo mejor de Federico. Es una pieza redonda.

–¿Cómo era Lorca recitando?

–Tenía una voz muy buena y ondulada. Cantaba muy bien y era un músico extraordinario. Como actor era también muy bueno. Cuando leía sus obras –él me las leyó todas–, le decía: ‘Es una lástima que no puedas hacer tú todos los papeles’, porque él hacía de niño, de viejo, de mujer... de todo. Pero nunca quiso representar

nada élmismo. Tenía condiciones pero no quería.

–¿Conserva usted algun escrito inédito de Lorca que no haya querido dar a conocer?

–No. Hay inéditos de Lorca que yo tenía que ya he publicado. Lo que tenía suyo, cartas suyas que él me envió, lo di a la Residencia de Estudiantes.

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