Aromas y sabores
  • El vino siempre es un regalo perfecto, sea cual sea la ocasión

  • Este año, sorprende y deleita a tu padre con una botella de vino Y si es posible, compártela con él

Vino, el regalo perfecto para el Día del Padre

Vino, el regalo perfecto para el Día del Padre Vino, el regalo perfecto para el Día del Padre

Vino, el regalo perfecto para el Día del Padre

Escrito por

Margarita Lozano

En el calendario existen ciertas fechas señaladas en las que celebramos cosas de las que estamos orgullosos. Hablamos de fechas como el Día del Padre, en el que se alaba la figura paterna, entre otras consideraciones, con detalles especiales. Llegados aquí, seguro que muchos se hacen la misma pregunta: qué le regalo este año a mi padre, porque queremos que sea algo más que un simple gesto amable. ¿Por qué no una caja o una botella de vino? El vino no solo se regala por su valor gastronómico sino por el fuerte valor simbólico que lleva detrás. El vino es una alegoría de la amistad o el cariño que profesamos a alguien, y tiene un gran valor añadido.

Primero, porque al regalarle una botella de vino a nuestro padre, demostramos que queremos estar con él más tiempo, ya que si regalo una caja o una botella de vino, lo hago pensando poder beberla y deleitarme con él, hablando sobre cualquier cosa y disfrutando de su compañía y por supuesto de ese vino. Regalar una botella de vino significa que deseas compartirla con la persona a quien se la regalas.

Pero además, si tenemos en cuenta que una botella de vino necesita del paso de mucho tiempo, y del tiempo de muchas personas (desde la vendimia de las uvas hasta que lo servimos en la copa pueden pasar años) y que cada vino es el reflejo del lugar en el que se elabora, de su paisaje y de su entorno, ya que quien elaboró ese vino lo hizo con la idea de transmitir las virtudes de su tierra y viñedos, capturar un momento, nuestro vino es un regalo cargado de sentimientos y un viaje a través de los sentidos.

Una de las cosas que siempre buscamos cuando hacemos un presente es que nuestro regalo sea original. Pues bien, el vino no es solo un regalo original, es un regalo único, porque como bien se dice, no hay dos botellas de vino iguales, ni en una misma caja, ya que el vino es un producto vivo y lleno de matices. Nuestro padre será el único afortunado que pueda tomar esa botella, y además le permitimos que elija con quién o dónde disfrutará de ella.

Por si todo esto fuera poco, regalando vino regalamos salud, puesto que está demostrado que los componentes del vino son beneficiosos para nuestra salud: los taninos son un elemento antioxidante muy importante para mantener la piel tersa, así como para nuestro organismo, porque todos nuestros órganos necesitan ayuda para mantenerse jóvenes. También para nuestro cerebro, ya que hay estudios que demuestran que un consumo continuo y moderado de vino es muy beneficioso para prevenir enfermedades como el alzheimer.

Si ya estás convencido de que el vino es el regalo perfecto, y a no ser que conozcas una marca por la que tu padre tiene especial predilección, seguramente te harás otra pregunta: ¿qué vino compro? Es evidente que cada uno tiene sus gustos. El mismo vino no tiene porque gustar a todos, el vino es un elemento inetiquetable e inclasificable. Cuestión de gustos. Pero también, de momentos, de compañía, de estado de ánimo. Todo ello va a hacer que un vino nos guste más o menos. Es curioso cuando a veces me hacen esa pregunta de "¿tú que eres ¿más de tintos o de blancos?" o "¿cuál es tu vino favorito?". Nunca me decanto por decir que blanco o tinto, o una marca u otra, o una variedad u otra. De hecho, nunca contesto lo mismo, porque, además, en el momento de la pregunta puede haber condicionantes o circunstancias que me hagan contestar espontáneamente respuestas diferentes. A veces, he preguntado por el vino favorito de alguien y, otro día, le he servido ese vino junto con otro, ambos en copa y sin que viera la botella y el vino que más le gustaba en ese momento no era el que me había dicho en la ocasión anterior. El condicionante pudo ser el segundo vino o el momento, o cualquier otra circunstancia.

Dicho esto, tenemos dos puntos de partida: uno es el presupuesto que tenemos, ya que el precio que cada cual considera aceptable también es un factor a la hora de elegir. Hay vinos muy asequibles que gustan mucho y vinos de mayor precio que gustan menos. Y viceversa. Porque cada uno interpreta. Y el precio también se interpreta.

El segundo factor a tener en cuenta es si nuestro padre es un bebedor de vino ocasional o si tiene mayor o menor conocimiento sobre el tema. En el primer caso, inclínate por vinos fáciles de beber y que tengan buenas puntuaciones en las guías, como tintos jóvenes o con media crianza y blancos especiales (como por ejemplo con crianza sobre lías, que los hacen más complejos) pero frescos y frutales.

Si papá, por el contrario, entiende sobre el tema, elije un tinto crianza o un reserva, y ten en cuenta que, en estas categorías, encontrarás vinos con una excelente relación calidad-precio en las denominaciones de origen menos 'famosas' (recuerda que hay 69 DDOO en España) y además, lo sorprenderás con algo que, seguramente, no conozca.

Y como aún quedan días para esta fecha señalada, podemos ir aún más lejos, ya que existen empresas en internet que ofrecen personalizar la botella de vino que quieras regalar: elige el vino, la botella, la cápsula y diseña la etiqueta y contraetiqueta. Incluso podemos personalizar la caja y algunas copas de cristal para completar el conjunto.

Solo quedará brindar con él deseando que sean muchos años más.

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